⚘. ▎35 Pt:2

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❝Él es demasiado bueno para alguien como yo.❞
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—Olivia, ¿qué haces aquí?

Asustada y de manera violenta giré logrando que mi espalda chocara con las grandes puertas del sótano. Frente a mí aquella persona de cabellera rubia mantenía una postura recta y demandante que sin dudarlo estaba provocándome escalofríos. Yo me encontraba encogida en el lugar, pero a pesar de eso la mirada expectante de la otra persona estaba sobre mí.

Este era mi fin, literal.

—Te hice una pregunta —volvió a cuestionar, litigante, esta vez posicionando sus brazos al costado de su delgada cintura.

Tragué saliva con dificultad dando tiempo a que alguna vaga excusa se formara por mi cabeza, pero para mí desgracia, hoy no estaba creativa. Encaré a mi propia trampa y sutilmente abrí la boca.

—Lisa...yo...

—Tú.... —fui interrumpida por su vacilante voz—. Tú también lo sientes....¿verdad?

Ante sus palabras fruncí mi ceño notablemente confundida. ¿A qué se estaba refiriendo?

Lalisa se alejó un poco para observar a todos lados en la búsqueda de alguien, y al comprobar que estábamos totalmente solas se acercó a mí y comenzó a buscar en su pequeño bolso.

—No eres la única que nota algo raro en todo esto —declaró sorprendiéndome—. Yo también, y créeme que no es nada bueno.

Me miró fijamente a los ojos cuando mencionó eso. Yo solté un suspiro más aliviada al sentirme fuera del peligro real, pero sabía que no debía bajar la guardia. La rubia sacó una llave al cabo de los segundos y sin perder más tiempo la colocó en la cerradura, abriendo la puerta por consiguiente.

—¿Tú sabes algo? —quise hablar aún titubeando.

—He investigado por mi cuenta, pero nada me suena lo suficientemente coherente... —suspiró algo frustrada—. Nunca he entrado aquí ya que lo tengo prohibido, y ese motivo me hace dudar más de lo que hay ahí dentro...

Sus ojos estaban clavados en el interior del misterioso lugar, y por inercia hice lo mismo. Podía ver una tenue luz asomarse en lo profundo, aquello le daba un aspecto más horripilante a la situación y no me gustaba. Inesperadamente, Lisa tomó mi muñeca con delicadeza llamando mi atención para proceder a observarme, y sin previo aviso me jaló un poco para darme a entender que quería entrar.

—Ven, debemos apresurarnos antes de que noten más cosas raras.

Sin pensarlo dos veces asentí y me adentré junto a ella en el lugar. Tenía la adrenalina recorriendo cada pedazo de mi interior; era como si estuviera cometiendo algún delito. No obstante, los nervios eran muy palpables, tanto que erizaban los bellos de mi piel. Estaba temerosa, específicamente por esa familia ahí fuera, quienes verdaderamente no me daban su mejor impresión. Por un lado tenía la idea loca de que Lisa estaba fingiendo, sin embargo, sabía que ella no era como ellos. En su presencia había algo diferente; más dulce y natural a diferencia de sus papás, quienes solamente implantaban temor y oscuridad.

Mi acompañante en esta aventura prendió una de las luces del centro que prontamente llegó a alumbrar todo el sótano. Era un lugar grande y con mucho contenido, ¿por dónde podría empezar sabiendo que todo era importante? Habían millones de cajas, gavetas en los estantes, papeles y más.

Quería comentar algo, pero ella se adelantó. —No tengas miedo, estoy de tu lado, créeme por favor...

En sus ojos había un brillo desesperado, por el cual mostré una débil sonrisa y asentí. Sin perder más tiempo comencé a revisar dentro de las cajas y rincones para encontrar algo que sirviera bajo la ligera mirada de la rubia.

still with you • j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora