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❝Ve con ella...❞
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—Como ese donde conoces a JungKook desde hace diez años...

Para ese momento mi cuerpo tuvo control propio haciéndome detener la caminata de una forma abrupta que atrajo la atención del peligris. Mi corazón comenzó a latir con suma fuerza, tanta que por un momento pensé que dicho órgano saldría de mi pecho; tenía la respiración completamente detenida y probablemente, la piel más blanca que un fantasma.

Me había tomado completamente desprevenida.

TaeHyung avanzó algunos cortos pasos por delante de mí antes de girarse para examinar mis expresiones, y al divisar una de sus clásicas sonrisas burlonas, supe que estaba disfrutando tenerme en tal estado.

—¿En serio crees que no me di cuenta? Eres muy mala ocultando cosas, dulzura —confesó en un tono juguetón mientras le daba otro mordisco a su helado—. ¿Qué pasa? ¿Te comió la lengua el ratón?

Aquel tono divertido de su voz, mismo que solía representar en los primeros meses durante nuestro conocimiento, estaba molestándome de igual manera que en ese tiempo. Pero no negaría que una parte de mí extrañaba verlo de tal forma.

Cerré mis ojos frustrada. Mi objetivo al llegar a Seul era ser lo más cuidadosa posible y evitar antes que todo el descubrimiento de los hechos, no obstante, las cosas estaban saliendo diferentes a como lo había planeado. Cada día era más complicado para mí tener control de la situación, cosa que me aseguraba plenamente un fracaso indeseado. 

Y que lamentablemente, sucedería.

Al abrir mis ojos encontré la expresión expectante de Tae, aquella que me decía con sus ojos: “no lo pienses más y acéptalo”. Por lo que luego de suspirar profundo y relajar a mi cuerpo tensado, hablé.

—¿Cómo lo supiste?

—Demasiado fácil, si soy sincero —colocó su dedo índice y pulgar en su barbilla—. Deberías ocultar el cuadro a un costado de tu cama.

—Ya lo sé, lo he considerado —dije fastidiada.

TaeTae rió con burla. —Pero en fin: la había examinado varias veces, por lo que siempre terminaba preguntándome “¿quién es ese chico que acompaña a la dulzura?”. Al principio solo era una simple cuestión, sin embargo, se respondió por si sola el otro día mientras revisaba mis redes sociales; ya que inesperadamente, alguien había publicado una foto de un Jeon pequeño, y al unir todos los puntos, llegué a la conclusión de que ambos se conocían desde niños.

Cada palabra dicha por Tae me había impresionado completamente. Si bien mi secreto no era tan fácil de descifrar a menos que seas inteligente y lo captes, por lo que saber que Tae fue capaz de hacerlo llegaba a crearme sorpresa y al mismo tiempo un indescriptible miedo...

Confiaba en él pero....¿qué cosas podría hacer con esa información en sus manos?

No dije absolutamente nada en los primeros segundos, y ante eso, él decidió volver a tomar la palabra.

—Por supuesto, solo tengo esta afirmación, ya que mis conocimientos acerca de los hechos son nulos. Así que estoy dispuesto a escuchar la historia de pies a cabeza sin que falte ningún dato.

Rodeé los ojos al mismo tiempo en que dejaba salir un bufido por sus tan burlonas palabras, cosa que le propició al chico una ligera risita. Me dispuse a dar algunos pasos hacia adelante demostrando que deseaba continuar, y él en cuanto notó mis intenciones, colaboró uniéndose al transcurso en espera de mis palabras.

—Nos conocimos cuando teníamos 5 años... —inicié severa, teniendo la mirada perdida en las calles de la ciudad—. Nuestros padres eran muy buenos amigos, por lo que ante tantos encuentros y el conocimiento de cosas en común, fue inevitable que se creara un lazo.

still with you • j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora