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La única razón.❞
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Jueves, 23 de enero del 2020
07:14 hrs

JEON JUNGKOOK
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Arreglando el nudo de mi corbata posé la vista en el reflejo del espejo, inspeccionando minuciosamente que mi aspecto se encontrara bien para bajar a desayunar. Peiné los costados de mi cabello con los dedos y me encargué de dejarlo acomodado con alguno que otro mechón rebelde.

Todo estaba bien.

Soltando un suspiro giré sobre mis talones y recogí la mochila sobre mi cama seguido del celular, para entonces salir de la habitación y caminar por los pasillos. En el trascurso por las escaleras llegué a sentir el aroma de la comida y la voz de mi hermanito sobresalir, cosa que me hizo sonreír ampliamente y apresurar el paso.

Al llegar al comedor vi a mi familia sirviendo el desayuno. Mis padres fueron los primeros en notarme, pero antes de decir una palabra les hice un gesto de silencio con la intención de que no dijeran nada para sorprender a EunWoo. Rápidamente lo entendieron y se mantuvieron inexpresivos, yo por mi parte caminé sigilosamente hasta quedar justo detrás de él, momento dónde presioné mis dedos en sus costillas.

—¡Ah! ¡Hyung, no me hagas cosquillas! —dijo entre risas y chillidos emocionados.

—Esta es mi venganza por lo que hiciste mientras dormía —le recordé con la misma diversión, alzando su cuerpo entre mis brazos y dejando mordidas falsas en su espalda.

—¡JungKook hyung! —rió fuertemente—. Ya, déjame.

—No quiero.

Di vueltas con él en el aire mientras varias carcajadas se escapaban de nuestro interior. Mamá y papá observaban la escena enternecidos, también riendo en ocasiones.

—¿Qué fue lo que hizo? —quiso saber nuestra progenitora.

—Me dibujó la cara cuando estaba durmiendo —expliqué luego de dejarlo en el suelo y despeinar su sedoso pelito—. Tenía un montón de corazones en la frente al despertar.

Ellos rieron. —Hiciste bien, EunWoo.

—Pero... ¡Papá! —reproché.

—Ay, mis dos hombrecitos —de repente nuestra madre nos abrazó y besó nuestras coronillas.

—¡Yah! Me han desarreglado el uniforme —creó un puchero.

—A ver, ven aquí. Siéntense para desayunar.

Luego de que mamá ayudara mi hermanito con su uniforme escolar, procedió a sentarse con nosotros en la mesa y terminar de servir el desayuno. La comida sabía exquisita, así como el ambiente se sentía sumamente agradable.

Siempre era de esa forma en mi hogar.

—Por cierto, JungKook, los socios de la reunión de ayer se quedaron fascinados con el proyecto que presentaste.

—¿De verdad? —cuestioné asombrado ante las palabras de mi padre.

—Si, realmente estuvo impresionante —sonrió—. Estoy muy orgulloso de tí.

—Yo tambien lo estoy, hijo.

Una presión muy bonita terminó formándose en mi pecho luego de esas palabras. No fui capaz de evitar la sonrisa de mi rostro, asimismo como me fue imposible quitar esa tonalidad rojiza de mi cara.

Sin embargo, una pregunta surcó en mi mente de repente.

—¿Creen que ya estoy preparado para tomar la empresa a finales de año?

still with you • j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora