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La última jugada.
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──Un sólo movimiento y ella, sin problema alguno, morirá.

En el salón se produjo un bullicioso silencio justo después de esa clara advertencia. Podía percibir, entre todo eso, el pitillo estremecedor pegarse en mi oído y sin intención de irse, convirtiéndose en algo por lo cual me sentía más abrumada. Cerré los ojos para tranquilizarme, respirar profundamente, intentar buscar una solución, pero no lo veía posible al tener una maldita pistola en mi sien.

Esto no podía estar sucediendo.

Cuando volví a abrir los ojos tuve dificultad para reconocer las cosas a mi alrededor. Todo se percibía borroso y disociado, pero después de pestañear un poco entonces los rostros se volvieron más claros, especialmente el de JungKook.

Nunca lo había visto tan asustado y enojado como ahora.

Podía jurar desde mi posición que todos los colores de su piel se habían desvanecido a la par en que JaeHyun hacía presencia. Sus ojos se encontraban a punto de salir de sus córneas y tenía las manos empuñadas como clara muestra de tensión.

Pero lo peor de todo era capturar su mirada de pánico, esa que me expresaba tantas emociones como para poder entenderlas.

La mano del chico cubierta por un guante negro descendió hasta mi cintura, sosteniéndola con muchísima fuerza, tanta que podía sentir como sus dedos se clavaban en mi piel. Instantáneamente aspiré aire a través de mi boca y, no sé qué fue aquello que le causó tanta gracia, JaeHyun empezó a reír como un jodido maniático. Podía sentir su pecho vibrar y esa grave y estrepitosa carcajada justo en mi oído, lo cual no fue para nada beneficioso a mi cordura.

Contrario a ello, me ponía peor.

Y escuchar su voz por consiguiente no fue de ayuda.

──Vaya... Vaya... ¿Estamos de fiesta hoy? ¿Acaso no pensaban en invitarme? ──inquirió con burla en su tenor, soltando sutiles risas contra el lóbulo de mi oreja. Posteriormente acarició la punta del arma en mi sien y enredó uno de mis cabellos en la misma, y a a través del rabillo del ojo pude capturar su oscura mirada──. ¿Como has estado, pequeña Hae?

──No hagas esto, Kang ──susurré, intentando mantenerme serena bajo su toque.

Pero él, como ya lo había esperado, sólo se mofó de risa.

──Dices que no debo hacerlo. Pero si no lo hago yo, ¿entonces quién?

Simultáneamente decía esas palabras, comprobé como Jin desde su lugar hacía el discreto intento de tomar su pistola, pero antes de que tan siquiera llegara a chocar sus dedos, JaeHyun puso más presión en mi cabeza hasta el punto de sacarme un jadeo.

Todos en el salón hicieron lo mismo con su advertencia.

──Debo aclararle que tengo excelentes reflejos, detective Kim. Antes de que la bala esté sobre mí, el cerebro de esta chica quedará perforado ──aseguró, utilizando una voz terriblemente grave──. No es recomendable que ataquen si quieren que la vida de ella esté a salvo.

»Y si veo alguna cámara por parte de todos esos perros falderos, igualmente atacaré.

Justo con ese comentario vi como TaeHyung pedía a todos apagar las cámaras o micrófonos, y ellos, increíblemente, no se tardaron en ello.

Pude sentir entonces la gran sonrisa de JaeHyun presionarse contra mi piel.

──Ah, ¿mucho tiempo ha pasado, no? La última vez que te vi eras más asustadiza, pequeña Hae. ¿En donde dejaste a esa chica?

still with you • j.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora