El Secreto De Lee Félix [En Edición]

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—matalo!!

—No—anuncio tocándose la cabeza.

—Sabes que lo deseas.

—Callate—se levanto queriendo pegarle a lo que fuera.

—Siempre te ha gustado matar gente.

—Vete!—se dirijo al baño tratando de perderlo.

—Si lo dejas él te matara.

—Dejame solo—cerro la puerta voltiando al espejo encontrando su mismo reflejo.

—mataste a tu familia—sonrio.

—Yo no lo hice.

—Entonces quién...yo,jaja

—Largate—Golpio el vidrio con el puño lastimando se.

—nunca te vas a deshacer de mi.

—Si me mato desaparecerás—dijo con la vista gacha.

—Nos veremos en el infierno.

—Por que tuve que nacer así!—se comenzó a pegar solo.

—Avientate de un puente, disparate,  cortate, envenenate, haz lo que quieras tú decides como moriremos.

—Ojala te sacará de mi cabeza.

Trascurrieron las horas llegando la dulce mañana para otros y una nueva pesadilla para otros.

Como siempre Hwanwoong se levantó con mucho sueño y unas ojeras horribles.

Noto su mano derecha cortada sin saber por qué pero no le tomó importancia así que se dirijo al baño en donde pudo deducir que fue lo que hizo.

Los vidrios del espejo yacían en el suelo y en el fregadero de la misma.

Trato de no cortarse limpiándose la cara con agua y salió de ahí para sentarse en la silla de madera sacando de su buró maquillaje que siempre mantenía con él por la cara que tenía.

Se colocó en su rostro tratando de borrar todo el desastre que lo acompañaba.

Una vez termino prendió su celular viendo que eran a las 6:45 de la mañana.

Suspiro tratando de ser lo más gentil posible a continuación, salió de su cuarto llendo al del pelinegro quién alomejor aún dormía.

Saco las llaves de su pantalón quitando el cerrojo una vez estuvo enfrente de la puerta color madera.

Este abrió encontrándose con el menor aún acostado sin embargo al escuchar la cerradura quitarse se despertó tallandose los ojos.

Hwanwoong entro abriendo totalmente la puerta chocando con los ojos del contrario una vez quitó sus manos sin saber por que venía tan temprano.

Parpadeo un poco tratando de esquivar el sueño por la hora,y queriendo mantenerse al margen.

—Buenos días Seoho.

—Que pasa?.

—Quiero que te vallas—anuncio sin más.

—Que?—sin procesar lo que dijo.

—Vete de mi casa—ordeno.

—Hwang...

—Y más te vale que te des prisa—coloco una mirada seria—Te doy quince minutos para que te arregles y te vayas de aquí y jamás regreses—una vez termino salió.

—Es... que?—se levanto corriendo tratando de alcanzarlo lo cual logró—Me liberas?

—Si, vete—su mirada estaba al frente.