"Hola hermanitos, solo vengo a por lo que es mío".
Vegas cogió el brazo de Macao e intentó colocarse por delante de él, su memoria era borrosa en ciertos puntos de su vida, por lo que hacía a su padre, al fin y al cabo, él era solo un niño cuando este se ausentó durante más de nueve meses, pero parecía que después de escuchar esa frase muchas cosas empezaron a recuperar el sentido. Negó varias veces con la cabeza antes de volver a mirar a ese adolescente que parecía estar vacilándoles en su propia casa, podía notar la mirada de Pete algo preocupada, al igual que sentía, desde su agarre a la muñeca de Macao, como el corazón del menor iba a mil por hora. Era el mayor y debía tomar la iniciativa de hablar, pero no sabía cómo encarar esa situación, su mente tenía demasiadas preguntas e incluso notaba pequeños pinchazos en la cabeza debido a toda la situación.
Pete se quedó un par de pasos por detrás de los dos hermanos, posó una de sus manos en el hombro de Vegas, mientras que su mano libre la entrelazó con la del hermano más pequeño, podía sentir como ambos estaban temblando, aunque el rostro de Vegas era difícil de descifrar, Macao estaba claramente asustado. Se sentía completamente inútil en esta situación, no sabía cómo actuar o qué decir, pero tampoco quería tomar ninguna iniciativa sin conocer cómo estaba el mayor, que era lo que pensaba o lo que circulaba por su cabeza. Lo único que se sentía capaz de hacer era apretar ambos agarres e intentar transmitir algo de calma a la situación, aunque se sentía mal por pensar que algo como eso podía suceder con tal estado de tensión que había en el lugar.
Macao no podía dejar de mirar el sobre que el otro joven tenía entre sus manos, aquel sobre que nadie en la casa se había atrevido a tocar, observaba su postura, como se apoyaba en el marco de la puerta, sin ningún respeto por nadie ni nada, mientras que Vegas y él nunca habían querido abrir esa puerta desde la muerte de su padre, alguien que al parecer no era tan desconocido había entrado y cotilleado todo en busca de eso. El menor fue a hacer un paso hacia delante, pero su hermano se lo impidió, soltando un seco "¿Quién eres tú?"
La risa del chico los hizo estremecerse a los dos, Pete no apartaba sus manos de donde llevaban posicionadas un buen rato por miedo a que los dos hermanos se sintieran sin soporte de su parte, aunque tampoco sabía si su presencia ayudaba o incomodaba más. El silencio volvió a apoderarse de la situación mientras el otro chico se aclaraba la garganta antes de hablar, Vegas enviaría a su hermano a su cuarto en ese mismo momento por miedo a que lo que se estaba oliendo pudiera ser verdad, algo que nunca le había dicho a su hermano pequeño porque tampoco lo encontró nunca relevante para su día a día. "Me parece que en este sobre no debe de haber únicamente vuestros nombres y tengo derecho a reclamar mi parte"
Esas palabras hicieron que Vegas apretara con fuerza el agarre en el brazo de su hermano pequeño, nunca había tenido una relación buena con su padre, podría decir que le odiaba, pero este pequeño detalle terminaba de provocar que le odiara a todos los niveles. No sabía cómo sentirse, verdaderamente cuando su padre se fue tanto tiempo, nunca fue por trabajo, se sentía engañado, enfadado, pero el niño que seguía viviendo dentro de él quería romper a llorar en ese mismo momento, sentía que podía perder el control en cualquier momento, sentía que si no fuera por la presencia de Pete a su lado, ya hubiera cometido alguna acción de la que se arrepentiría toda la vida, más teniendo en cuenta que Macao estaba a su lado.
Miraba al chico a los ojos, si verdaderamente era quien decía ser y su mente tenía razón, era el hijo de su padre, el que tuvo con la mujer que solía ver durante la época donde Macao era un bebé, lo que quería decir que tenía derecho a querer reclamar su parte frente a todo.
"Tú estabas en el entierro de nuestro padre", la leve voz de Macao sonó a sus espaldas, sacando a Vegas de sus pensamientos, el otro asintió con una sonrisa en sus labios, Pete no dejaba de mirar a las personas que tenía delante, asegurándose todo el rato de que ninguno estaba "mal", si cabía la posibilidad de que pudieran estar bien después de todo, él haría lo posible para que siguieran tranquilos.
"Venecia", Vegas bajó su cabeza y suspiró levemente, sentía que su corazón latía cada vez más rápido, la rabia le provocaba unas fuertes ganas de romper a llorar, escuchar ese nombre solo hacía más complicadas las cosas, confirmaba aún más sus pensamientos, la manía de su padre de poner ese tipo de relación con los nombres de sus hijos. "Y si me disculpáis", intentó pasar entre los tres, separando a Macao de su hermano, provocando que el agarre de Pete sobre el menor se rompiera. Vegas lo agarró del hombro con fuerza e hizo que se girara, si no fuera por como Pete mantenía un agarre muy fuerte en su otra mano, lo habría golpeado en la cara hacía un buen rato.
No podía dejar que el chico se fuera con lo que quería, no después de todo el tiempo que había pasado desde el entierro de su padre, ya no podía importar lo que decía ese sobre, por lo que se lo quitó de mano de mala forma y lo rompió.
"Muy bien, ¿queréis ir por las malas? Iremos por las malas" el silencio se hizo de golpe en el lugar, Macao volvió a acercarse a su hermano mayor y se colocó a su lado, recuperando falsamente la compostura, fingiendo que volver a recordar todo lo sucedido durante ese tiempo no le afectaba.
"Volveréis a saber de mí, hermanitos"
Ninguno de los tres se atrevió a decir nada después de eso, vieron como la puerta se cerraba de golpe, Vegas abrazó rápidamente a Macao y se arrodillaron en el suelo. Podía notar como el menor temblaba con fuerza mientras rompía a llorar, mientras que él, como hermano mayor, retuvo las ganas de chillar y de seguir los pasos de su hermano. Lo mantenía contra su pecho, Pete acariciaba la espalda del menor e intentaba que la atención de Vegas volviera a él, ya que este mantenía su mirada clavada en el sobre roto que había en el suelo.
No podrían decir cuanto tiempo pasó hasta que Macao se calmó en sus brazos y pudieron llevarlo a la cama, Vegas se quedó sentado junto con Pete en esta, no quería separarse del menor por miedo a que pudiera volver a tener pesadillas por culpa de recordar todo aquello. Acariciaba su pelo mientras retenía las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, se sentía engañado de una forma distinta, se sentía aún más decepcionado, en aquel momento era un crío y creyó las palabras de su padre y, tal vez, era la única cosa que aún creía de él.
Pete se acercó, sentándose a su lado con cuidado, apoyó su cabeza en los hombros de Vegas y lo abrazó por debajo de los brazos, notó cómo su pecho empezaba a subir y bajar de forma más rápida, por lo que cerró los ojos y lo abrazó más fuerte, había sido una noche complicada, y conocía demasiado bien a su pareja por lo que se limitó a acariciarlo con delicadeza, dejando que soltara en silencio el nudo que había en su corazón.
"Estaremos bien, Vegas, estaremos bien los tres", sus palabras fueron el detonante para que el mayor se rompiera en sus brazos, girando su cuerpo para poder esconder su cabeza en las piernas de Pete, el cual se centró en acariciar su pelo mientras le dejaba desahogarse, vigilando de vez en cuando que Macao siguiera durmiendo.
Después de lo sucedido esa tarde ambos tenían una cosa muy clara, debían llegar al fondo de todo, pero debían hacerlo estando los tres más juntos que nunca.
-Moon & Time<3