Vegas - Pete

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Vegas estaba sentado en el borde de la cama con la cabeza gacha, tenía las manos encima de sus rodillas y las apretaba con fuerza, haciendo que sus nudillos perdieran todo el color.

Al entrar en el dormitorio Pete de inmediato reconoció esa posición, era habitual ver el más bajo en esa condición, a veces no podía con todo los demonios que lo acosaban en su cabeza y simplemente se dejaba vencer, esta parecía una de esas veces.

Vegas apenas se movió cuando escuchó al otro entrar, estaba demasiado ido, demasiado metido en su cabeza, era muy fácil perderse en su mente y, por el contrario, le era muy difícil salir, a veces tenía la sensación de que no podría con su propia mente, que esta lo acabaría venciendo, pero entonces siempre aparecía él, con su brillante sonrisa y su dulce voz para sacarlo de donde fuera que estuviese perdiéndose.

Pete esperó de pie al lado de la cama, no apartaba la vista del chico, velaba por él sin querer presionarlo, dejando que fuera a su ritmo. Así funcionaban siempre, a veces era Vegas el que se perdía, otras veces era él, pero siempre estaban al lado del otro cuando éste conseguía salir de su propia prisión.

"¿Por qué sigues aquí Pete?" "¿No has tenido suficiente?" la voz de Vegas sonaba lejana, siempre era así cuando se encontraba en ese estado, Pete sabía que lo atacaban sus fantasmas y sus miedos más profundos, lo único que podía hacer era estar a su lado hasta que volviera en sí.

"Sigo aquí porque te amo Vegas, te amo." El nombrado dejó escapar una triste carcajada y contestó "Pues entonces eres idiota, dices que me amas después de todo lo que te he hecho, eso no tiene sentido." Habían tenido esa conversación millones de veces y las preguntas y las respuestas nunca cambiaban, lo hacían las palabras, pero no el significado. "No, no tiene sentido pero es así, te amo." Vegas se pasó la mano por el pelo y suspiró. "Pues entonces deja de amarme, no te merezco, no merezco nada de lo que me das." La voz de Pete no vaciló en ningún momento "No puedo hacer eso, lo siento." Vegas levantó la mirada y lo fulminó con esta, entonces chilló "NO LO SIENTAS, SOLO HAZLO, DEJA DE AMARME" "DÉJAME PETE, DÉJAME!" suavizó el tono de voz y siguió hablando "Acaba con esto de una vez, hazlo por los dos, ambos sabemos que esto no terminará bien, acabarás dejándome atrás, es mejor hacerlo ahora. Así que simplemente deja de amarme, no es tan difícil."

Pete sabía que no era Vegas el que hablaba, su cabeza estaba jugando con él y lo entendía, pero no pudo evitar que le ardiera la sangre al escuchar esas palabras. "¿De verdad crees que no lo he intentado?" respiro con dificultad mientras seguía hablando "Una y otra vez Vegas, una y otra vez intente dejar de sentir lo que sentía, pero no pude, ni en el pasado, ni ahora, ni nunca." Una solitaria lágrima cayó en el rostro del más alto "Te metiste dentro de mí de formas que no logro comprender, te llevo marcado debajo de la piel. Eres todo lo que odio y lo que amo a la vez, eres el único que puede hacerme enloquecer y el único que puede calmarme, eres todo lo que una vez pensé que no quería y ahora no puedo vivir sin ello, sin ti, Vegas." Los ojos del nombrado estaban anegados en lágrimas, sabía que aquel chico lo amaba, pero era incapaz de comprender el porqué. Un sollozo escapó de sus labios al tiempo que decía un "Lo siento Pete, lo siento, yo solo... Tengo miedo" Pete se acercó hasta meterse entre las piernas del más bajo y le acarició el rostro, secando las lágrimas que caían. "Lo sé, lo sé, yo también tengo miedo." Vegas apoyó la cabeza en el abdomen del más alto abrazándolo con fuerza, respirando su aroma, sintiéndolo debajo de sus dedos, asegurándose de que aquello era real. Pete le devolvió el abrazo, besándole el pelo con cariño y acariciándole la espalda, haciéndole saber que estaba allí.

La mente les jugaba malas pasadas frecuentemente, pero al final siempre encontraban la manera de reencontrarse. Era verdad que Vegas no entendía cómo alguien podía quererlo después de todo lo que había hecho y era verdad que Pete tampoco comprendía por qué amaba a ese hombre de esa forma, pero el uno no podía vivir sin el otro y eso era todo lo que importaba, a veces lo correcto y lo incorrecto están en una línea demasiado delgada y el corazón simplemente salta al vacío y decide sentir.

-Moon<3

KinnPorsche cortos (2a parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora