Tay - Vegas

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Tay estaba esperando en la gran sala de estar de la casa de su mejor amigo, observaba su alrededor asombrado, sabía que la familia de Kinn tenía mucho dinero, pero nunca pudo imaginar que sería a ese nivel. No podía dejar de observar los cuartos y artículos de decoración que lo rodeaban, todos de un coste elevado de dinero, y de repente vio a un chico de su edad pasar por delante de él, recordaba perfectamente cada detalle de su ropa, podía ver los dos botones desabrochados de la camisa, llevando un estilo muy elegante para su edad. Recordaba como arreglaba su pelo al pasar por delante suyo y como sus ojos se cruzaron la mirada, sintiendo como si pudiera verle el alma con solo ese pequeño cruce que apenas duró unos segundos.

Sus mejillas se sonrojaron cuando volvió su mirada al suelo, fijándose en sus manos e intentando distraer su mente mientras esperaba y casi rezaba para que su amigo viniera a buscarlo y pudieran ir a su cuarto a estudiar, intentar sacarse al otro chico de la cabeza. Recordaba a la perfección cada parte de la ropa que llevaba puesta, incluso podía decir la marca de la camiseta y los pantalones si se concentraba mucho, pero la voz de Kinn lo sacó de su mente y le tendió la mano para que lo acompañara hasta su cuarto, disculpándose porque su primo mayor lo había entretenido demasiado y habían perdido tiempo para estudiar, Tay se limitó a negar con una sonrisa y se sentó a su lado, su cabeza empezó a encajar ciertas cosas al entender de quien se trataba el joven que vio bajar minutos atrás.

Había oído hablar de la familia de su mejor amigo, sabía bastante sobre ella, no era difícil de conocer la mala relación que había entre su padre y su tío y, a consecuencia, entre los hijos respectivos de cada uno. Aunque Kinn nunca solía sacar el tema delante de sus amigos, ya que no le gustaba hablar de su relación con su familia paterna, había escuchado al hermano mayor de su amigo criticarlos en más de una ocasión sin importar quien estuviera en casa, incluso Tay apostaría que los había insultado en la cara más de una vez, en total, siempre tenía a sus guardaespaldas detrás. A pesar de haber escuchado hablar de ellos en casa de la primera familia, esta era la primera vez que veía a uno de ellos en persona, el mayor tenía la edad de Kinn, por lo tanto tenía su misma edad y el menor era un par de años más pequeño, seguramente debía rondar la edad de Kim, el hermano menor de su mejor amigo. Había escuchado a algunas chicas cotillear por el recreo sobre lo guapo que era Vegas, pero él nunca lo había visto en persona hasta esa misma tarde y, en ese momento, entendió lo que las chicas decían y porque lo decían. La verdad era que no se equivocaban cuando hablaban de él o lo describían, el chico era mucho más atractivo de lo que Tay había podido imaginar durante el tiempo que conocía a su amigo.

Al parecer no era el único que tenía al otro en la cabeza, tan rápido como Vegas llegó a su casa buscó las fotos que solía colgar su primo con sus amigos, intentando encontrar el perfil del chico que había visto esperando en el gran salón, alguna vez había escuchado su nombre estando en casa de la primera familia mientras esperaban a que su padre saliera de la reunión con su tío para poder volver a casa, sabía que su primo estaba enamorado de un chico llamado Tay, lo había escuchado hablar de él con su hermano mayor mientras este lo ignoraba por completo, tan crío como siempre había sido. Ahora entendía el porque Kinn estaba tan atraído por su mejor amigo, era una persona completamente hermosa, diferente a lo que en su cabeza se había creado cuando se enteró de que su primo tenía un "crush" en un amigo suyo, no se imaginaba que Tay fuera de esa forma, ni mucho menos la mitad de lo guapo que era en realidad.

Ninguno de los chicos fue capaz de concentrarse esa misma tarde, eran adolescentes por lo que no era extraño que su mente jugara con ellos cuando veían a una persona que les llamaba la atención, y no únicamente hablando del físico. Ambos se disculparon de sus trabajos con la excusa de que había sido un largo día y estaban cansados, de ahí la dificultad para concentrarse en los trabajos que debían presentar en la próxima semana, era algo normal, se acercaba la última semana de entregas y estaban todos hasta arriba de trabajos y exámenes, pero ahora lo único que querían era ir a su cuarto y poder descansar. Tay recogió las cosas y se dirigió a la salida, Kinn le comentó que indicaría a uno de sus guardaespaldas que lo acompañara a casa, ya que era tarde y no quería que volviera solo, el rubio no pudo negarse por lo que esperó a que el coche negro estuviera en la puerta y lo acompañaran a su apartamento, despidiéndose de Kinn al llegar.

Corrió en dirección a su cuarto y cerró la puerta con fuerza, sentía como su pulso se había acelerado y se deshizo de la sudadera ancha que llevaba encima, intentando buscar alguna forma de enfriar su cuerpo que fuera rápida y no implicara salir de las cuatro paredes de su cuarto. Se tocó el cuello levemente y suspiró, no entendía a que veía esa extraña sensación tan de repente, simplemente se habían visto una vez, sus miradas se habían cruzado un par de segundos y ya fueron los suficientes para que su mente empezara a jugarle una mala pasada en todos los sentidos posibles. Cerró los ojos con fuerza y negó, pequeñas gotas de sudor se formaban en su frente, acompañadas del sonrojo de sus mejillas que seguía aumentando, no podía dejar de ver al chico en sus pensamientos.

Vegas se había metido en la ducha rápidamente, su situación no era distinta de la de Tay, sentía que su cabeza estaba completamente envuelta por la delicada imagen del chico, recordaba a la perfección cada detalle, desde como su pelo estaba perfectamente teñido de rubio, hasta la marca de sus botas negras que deberían haberle costado bastante dinero. Su cabeza no podía centrarse en el trabajo que tenía en la mesa de estudio, y el calor que le recorría todo el cuerpo no se pasaba y empezaba a sentir que su cuerpo reaccionaba de una forma que no debía, por lo que antes de que su hermano pequeño entrara en su cuarto y preguntara más de la cuenta prefirió correr a ducharse y ahorrarse explicaciones que no sabía ni como dar.

A la mañana siguiente, cuando Kinn llevó a Tay a su casa de nuevo para intentar avanzar más el trabajo que la tarde anterior no habían podido hacer, pero al llegar su mirada se volvió a cruzar con una que ya parecía ser conocida para él. Vegas volvía a salir del lugar, con menos aire de enfado que el día anterior, ambos cruzaron miradas y el sonrojo apareció rápidamente entre ellos, apartando la mirada rápidamente. Solo ellos podían entender lo que significaba el sonrojo en el otro, y eso provocaba aún más vergüenza en ambos, por lo que Tay siguió a paso ligero a Kinn hasta su cuarto y esperó allí mientras su amigo iba a por algo para beber, lo único que necesitaba era un poco de aire fresco para recuperar la concentración y poder olvidar al chico que seguía parado en la puerta de entrada, esperando el pitido del coche de su padre para poder volver a casa, pero su padre le pidió que se quedara en el lugar hasta la noche, que la reunión se había alargado y que fuera al cuarto de su primo a trabajar. Por lo que, a pesar de no querer, terminó subiendo al lugar indicado.

Cuando Vegas llamó y entró se encontró con Tay apoyado en la ventana, solo en la habitación, quiso huir del lugar, cerrar la puerta y volver al salón aunque tuviera que esperar horas en ese lugar, pero ya era demasiado tarde, el chico se había percatado de su presencia. "Perdona, mi padre me dijo que viniera a trabajar con vosotros mientras esperaba por la reunión, no me deja volver solo a casa", Tay asintió antes las palabras del chico y se sentó en la mesa, dejándolo espacio para que se sentara. El silencio era algo incómodo en el lugar, no se atrevían a mirarse y Tay solo jugaba con el boli en su mano, fingiendo que leía alguna cosa en el portátil que tenía delante, mientras que Vegas solo intentaba centrarse en la tarea que tenía en sus manos.

Kinn no tardó en volver, se había encontrado a su padre por el camino y le indicó que Vegas estaría con ellos hasta que terminara la reunión, por lo que deberían trabajar con él en la habitación, le gustara o no la opción. Cuando llegó se sentó frente a Tay y se pusieron ambos a trabajar "Oh, disculpa, él es Vegas, mi primo. Este Tay, mi mejor amigo", ambos chicos se miraron y sonrieron levemente en señal de saludo, si su amigo supiera que ya se habían conocido antes y que la otra persona era la culpable de que la tarde anterior Tay fuera incapaz de centrar su mente en el trabajo no sabría como este hubiera reaccionado.

Esa misma tarde Tay recibió un mensaje de Time, el cual le pedía si podían verse para cenar en uno de los restaurantes favoritos del rubio, por lo que este se disculpó con ambos chicos y salió de la habitación, prometiéndole a Kinn que el trabajo estaría listo por la mañana. Lo que el chico no se esperaba es que Time lo fuera a buscar a la puerta del apartamento con un ramo de rosas para él, el chico sentía que su corazón iba a salirse de su pecho y saltó a los brazos de Time tras escuchar su propuesta. En menos de una hora su cabeza se había olvidado por completo de Vegas, aunque ambos chicos sabían que la atracción era únicamente sexual. 

-Time<3

KinnPorsche cortos (2a parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora