Vegas - Macao

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Esa noche, Pete había estado entrenando toda la tarde en el gimnasio con sus amigos y antiguos compañeros de la Familia Mayor, por lo que al llegar a casa y después de cenar se acostó, dejando en el salón a Vegas y Macao viendo una película. El menor de los tres había venido a pasar el fin de semana con ellos, ya que Tay debía trabajar en un proyecto con sus padres y estaría ocupado todo el fin de semana y no quería que el chico estuviera solo en casa.

Macao se había acomodado en las piernas de su hermano mayor y sin darse cuenta había empezado a quedarse dormido, Vegas acariciaba su pelo y su espalda con delicadeza y no mucho después de que el chico se tumbara en sus piernas pudo notar como la respiración de este se iba pausando cada vez más, relajándose bajo sus caricias. El mayor se movió levemente para coger su móvil y tomó una foto del menor, le resultaba adorable que, a pesar de la imagen y apariencia dura de Macao, siguiera teniendo esos pequeños hábitos que tenía de niño como quedarse dormido en sus piernas.

Vegas agarró la manta más cercana y, con delicadeza, cubrió a Macao con ella, sonriendo levemente y terminando de ver la película, aunque era complicado para él poder moverse, no quería hacer movimientos bruscos ya que podrían despertar a al menor, pero si decidía subir a su cuarto a descansar iba a despertarlo por mucho que intentara no hacerlo, por lo que al final decidió acomodarse como pudo en el sofá y no dejar de acariciar al chico que dormía en sus piernas, aprovecharía ese pequeño momento todo lo que pudiera.

Podía ver la pequeña marca que tenía el menor en el cuello, justo debajo de su oreja, una de esas marcas que dejó un golpe de su padre cuando eran pequeños, "Macao y tu no merecéis ser mis hijos", la frase de su padre volvió a hacer eco en su cabeza, provocando cierta rabia en su pecho, haciendo que sus ojos se llenaran de lágrimas rápidamente, recordaba como el menor se alegró cuando él despertó del coma, se alegró no solo porqué él estaba despierto, sino porque tenían una familia real por primera vez, tenían una familia que si se quería, donde había amor a la hora de comer y cenar.

Agradecía que el menor nunca hubiera tenido que escuchar una frase como aquella, cuando él era pequeño, a pesar de las muchas veces que su padre le gritara o le golpeara, seguían queriéndolo y justificándolo, incluso habían llegado a discutirse entre ellos por culpa de ello. Vegas había intentando cuidar y proteger a su pequeño hermano de los malos tratos de padre, pero Macao tardó un par de años en darse cuenta de que lo que decía su hermano mayor era real, que su padre no les quería, pero nunca tuvo que escucharlo directamente de sus labios como él tuvo que escuchar aquella vez después de que este lo golpeara con fuerza en aquella pequeña casa donde se estaba refugiando de las amenazas de la primera familia.

Acarició esa cicatriz, notando como el menor se movía bajo su tacto, imaginó que era de esas marcas que, por muy curadas que estuvieran, siempre dolían con el mínimo roce, apostaba que incluso estando durmiendo, podría volver a ese momento con el solo toqué de la cicatriz, él mismo había tenido esos problemas con algunas de las cicatrices que había por su cuerpo que habían sido dejadas por el cinturón de su padre.

Pete se despertó cuando se percató de que el mayor todavía no había venido a descansar por lo que su corazón se preocupó levemente y decidió bajar a comprobar que todo estaba bien, quizás se habían dormido los dos en el sofá y debería bajar a cubrirlos con alguna manta para que no cogieran frío. Su sorpresa al llegar abajo fue ver como los hombros y la espalda de Vegas se movían agitadamente, percatándose que el chico debía estar llorando. Se acercó con pasos cortos y lentos, el mínimo ruido podía alterar a Vegas y no quería asustar al chico y despertar a Macao el cual debía estar durmiendo, ya que el mayor no estaría llorando si no fuera así.

Cuando estuvo de pie justo detrás del chico, pasó sus manos por los temblorosos hombros del chico y acercó su rostro a su cuello, dejando un pequeño beso en ese lugar "shh, soy yo Vegas", lo acarició con delicadeza y se terminó sentando a su lado, acariciando el pelo de Macao con delicadeza antes de sujetar el rostro de Vegas con cuidado, secando las lágrimas que habían caído por sus mejillas. El más bajo dejó caer su cabeza, apoyándola en el hombro de Pete antes de empezar a llorar de nuevo, el más alto no dijo nada, solo dejó que este se desahogara, suponía que cuando lograra controlar su respiración podría contarle que era lo que sucedía o lo que pasaba por su cabeza que lo había roto de aquella manera.

Pete pudo percatarse de cómo la mano de Vegas se mantenía cubriendo una marca en el cuello del menor, y eso fue más que suficiente para que el chico pudiera imaginar que era lo que había provocado esa reacción en Vegas, agarró con delicadeza esa mano y la acercó a la cabeza de Macao para que la acariciara con delicadeza, como él había estado haciendo antes. "Él mismo me dijo que no merecíamos ser sus hijos, nos pegó millones de veces, sin remordimiento alguno, nos hizo sangrar y nos gritaba, él nunca nos quiso Pete, no importa cómo lo piense o las veces que lea la carta que nos dejó en aquella caja llena de recuerdos."

El más alto lo escuchaba sin separar sus manos, apretándolas levemente mientras lo escuchaba hablar. Recordaba la carta de la que hablaba el mayor, esa carta que encontraron dentro de un baúl lleno de recuerdos de su infancia donde ponía que los quería y lo orgulloso que estaba de ellos, quizás era de cuando eran pequeños y su opinión cambió con los años, pero eso ya no iban a saberlo nunca y sería una herida que ambos chicos siempre tendrían en su corazón.

Pete se levantó para poder coger una manta de su habitación, y al bajar volvió a sentarse en el sofá, abriendo los brazos y dejando que Vegas se acomodara en él, sin moverse demasiado para no arriesgarse a levantar o despertar a Macao, el cual seguía profundamente dormido. Los tapó a ambos y, sin percatarse, ambos empezaron a quedarse dormidos poco a poco, entre caricias y leves palabras solo audibles para ellos dos, como la familia que los dos hermanos nunca habían tenido, esa familia feliz con la que siempre habían soñado.

-Time<3

KinnPorsche cortos (2a parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora