Tay - Macao

1.3K 113 5
                                    

Habían salido a tomar algo los dos solos, después de su pequeña escapada improvisada y todo lo sucedido habían estado saliendo de forma recurrente, iban juntos a pasear por las noches, se acompañaban a clases o incluso cuando no había un plan establecido se sentaban en el sofá del apartamento de Tay y dejaban pasar el rato entre cariños y besos. Pero esa noche, después de estar toda la tarde riendo y pasando el rato, decidieron salir a cenar, Macao insistió en invitar, según él, "quería darle un regalo". Tay no pudo negarse a aceptar tal proposición, últimamente era incapaz de negarle nada al chico que tenía delante, le parecía algo imposible de hacer. Muchas noches Macao iba a su apartamento a dormir, incluso Tay había establecido cierta relación con Vegas y Pete, ya que empezaban a olerse alguna cosa entre ellos y, de esta manera, Tay podía avisar a Vegas de que su hermano pequeño estaba con él y evitar que se preocupara por su ausencia.

Después de cenar algo sencillo en casa que había preparado el rubio para ambos, salieron de casa y aunque al principio el menor se ofreció para llevarlos en moto, finalmente decidieron ir andando, era más cómodo si terminaban tomando más de la cuenta. El paseo fue en silencio, sus manos estaban entrelazadas y la cabeza de Tay descansaba en el hombro de Macao. Se acercaron a los bares que había a la orilla de la playa, cerca del paseo marítimo, aunque no se decantaban por donde sentarse, por lo que finalmente compraron algo para llevar y así poder sentarse en el lugar donde más les apeteciera. Tay guió el camino hasta la orilla de la playa, había una zona poco iluminada y donde no había nadie, por lo que podrían tener una cierta intimidad perfecta para ellos dos. Macao dejó caer su chaqueta en la arena y ayudó al mayor a sentarse, antes de hacerlo él y coger el pequeño vaso con hielo donde tenían la bebida.

Estaban a oscuras, pero eso a ellos no les importaba, veían las estrellas en el cielo mientras Tay se apoyaba en el hombro de Macao, sus manos entrelazadas y acariciándose levemente de manera mútua. En sus rostros había una sonrisa dibujada y miraban la imagen de sus manos unidas, aún sin creer que estaban haciendo algo así, sin importar si alguien los veía, pero lo que menos esperaban era que alguien conocido pudiera encontrarlos, pero la imagen de Tay no era difícil de olvidar y podían saber que era él desde la acera previa a la playa. El mayor se disculpó un momento para poder ir al baño del bar más cercano, quería arreglarse un poco el pelo y el maquillaje que llevaba.

Time había salido con sus amigos y Tem a tomar algunas copas, se encontraban cerca de las discotecas cercanas a la playa, justamente en uno de los últimos bares, la silueta de aquel cuerpo que tantas veces había visto sin ropa, el mayor apareció entre la gente y se levantó de la silla en la que se encontraba, apartó a las personas que se encontraban en su camino hasta llegar delante de Tay y lo agarró de la mano con fuerza, tirándolo hacia él. El rubio se sobresaltó e intentó apartarlo de él con todas sus fuerzas, apartó su rostro cuando intentó besarlo y pretendía no escuchar lo que el más alto le decía, "podemos estar juntos los tres, no necesitas al niño ese a tu lado para ser feliz". No podía chillar. No quería llamar la atención de todo el bar y de la gente de los alrededores, prefería pasar desapercibido por el lugar, optó por pisarlo con fuerza para que lo soltara del abrazo en el cual lo mantenía contra su pecho.

Macao miró la hora, hacía más de diez minutos que Tay había ido hacia el baño, y empezó a preocuparse, por lo que se levantó y se dirigió hacia el bar en el cual debía estar el mayor. Al llegar delante del grupo de gente que bailaba en la entrada pudo ver al mejor amigo de Porsche, cosa que provocó que su corazón se acelerara y empezara a pensar lo peor, apartó con cuidado a las personas, intentando llegar hasta el grupo donde Tem se encontraba, pero antes pudo ver al rubio soltarse del agarre del que una vez fue su pareja.

Su sangre empezó a hervir, se acercó con los puños cerrados y agarró al rubio de la cintura, acercándolo a él y, con la mano libre, entrelazó de nuevo sus manos. Time lo miró con fuego en los ojos, podía sentir como su enfado se transmitía por su cuerpo hacia ello, Macao odiaba hacer ese tipo de acciones, las encontraba denigrantes, pero sentía que su cuerpo reaccionó automáticamente cuando vio como el mayor agarraba a Tay por mucho que este intentaba alejarse de él.

Time intentó decir algo, pero Tem entró en la pelea colocándose en medio de todo y tirando del brazo a Time para que lo siguiera hasta la mesa donde estaban con sus amigos, estaban en una terraza en una zona llena de gente, no era un buen momento para montar un número. Macao mantuvo la mirada en Time y Tem, esperando que estos verdaderamente se sentaran en su mesa y les dejaran en paz, acompañó a Tay al baño y lo abrazó con fuerza cuando notó que sus piernas parecían fallar. El mayor se repitió varias veces en la cabeza que no llorara, que se mantuviera fuerte ante la situación, pero cuando estuvo a solas con el menor sintió que podía caerse al suelo por culpa del estado de nervios que había tenido hacía solo unos minutos, pero siempre estaba él para sujetarlo.

Notaba como lo acariciaba con delicadeza, como su mano se deslizaba por su espalda lenta y cuidadosamente. Sus lágrimas no salían de sus ojos, no quería seguir llorando por Time y menos sabiendo la suerte que tenía de estar junto a Macao, ahora tenía a esa persona que verdaderamente le quería a su lado. Se levantó al cabo de un rato y cogió la mano del menor con fuerza, dirigiéndose a la puerta de salida, ignorando por completo las miradas del grupo de amigos donde se encontraba Time. Apretó la mano del menor y deshicieron el camino hacia su casa, lo que más les apetecía ahora mismo era tumbarse, abrazados, en la cama y quedarse dormidos en los brazos del otro, entre caricias y gestos de amor.

Al llegar al departamento de Tay, ambos se cambiaron de ropa para ponerse un conjunto más cómodo, el mayor optó por unos pantalones cortos de chándal y una sudadera de Macao que le tapaba hasta casi las rodillas; mientras que el menor terminó colocándose una camisa de tirantes y unos pantalones cortos. Se tumbaron en la cama, y ya con la luz apagada se abrazaron, dejando que Tay se apoyara en el pecho de Macao, las caricias volvieron a estar presentes y unas sonrisas se dibujaron en su rostro.

El menor seguía preocupado por lo sucedido en el encuentro de hacía un rato, pero no quería preguntar todavía, prefería que Tay hablara cuando quisiera hacerlo, no había necesidad de forzar una conversación que ya sucedería cuando él estuviera preparado. Lo único que le importaba ahora era que Tay pudiera descansar tranquilamente y se sintiera en casa a su lado, que se sintiera como nunca antes había podido, que se sintiera amado por él. 

-Time<3

KinnPorsche cortos (2a parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora