Pasaban de las once de la mañana y seguían revolviéndose en la cama, Tay descansaba tumbado boca arriba en la cama, mientras que Macao jugaba con una de las manos del mayor mientras descansaba apoyado en el pecho del otro cómodamente. Le gustaba que el chico fuera sensible en esa parte tan expuesta de su cuerpo, acariciaba sus muñecas la mayor parte del tiempo, sabía que al rubio le gustaba y lo relajaba. Sentía como la respiración del chico era cada vez más pausada, como si estuviera a punto de quedarse dormido por completo gracias a sus caricias, pero hubo algo que hizo que el menor dejara de hacer sus acciones repentinamente, provocando que Tay lo mirara algo preocupado, "¿todo bien, amor?"
Macao asintió y lo miró a los ojos, como si quisiera encontrar una explicación sin preguntar al chico, tampoco sabía como hacerlo y sentía como una especie de miedo por hacerlo, ¿y si le lastimaba que preguntara? quizás no era nada y ni él se acordaba de como se había hecho esas marcas en las muñecas, pero ese sentimiento de preocupación seguía latiente en la cabeza y el pecho de Macao. Tay lo seguía mirando con un aire de preocupación sin entender que era lo que estaba pasando en ese momento, pero al darse cuenta de que la vista de Macao se iba desviando hacia sus muñecas continuamente no pudo evitar fijarse él también para intentar descubrir que era lo que había provocado esa reacción en el chico.
Tay enseguida comprendió, pudo ver las pequeñas cicatrices que habían en sus muñecas, esas marcas que tanto había querido esconder para evitar posibles malentendidos como el de ahora, el mayor negó con la cabeza y una de sus manos voló a la cabeza de Macao, acariciando su pelo con dulzura y tranquilidad. Su mente no quería recordar de ello, no porque se avergonzara de lo que había pasado con Time, no sentía vergüenza por nada de eso, al contrario, y tampoco se avergonzaba de las locuras que llegó a hacer con su expareja en la cama cuando, la mayoría de veces, iban en ese punto donde la gente pierde la vergüenza gracias al alcohol. Sonrió levemente y le revolvió el pelo al chico, "no es lo que estás pensando, Macao~"
Su cabeza recordaba a la perfección aquella noche y, muchas veces, soñaba con ella en una perspectiva no agradable, no podía evitar querer llorar con el solo pensar en aquellas últimas veces donde a Time solo le importaba su propia satisfacción y no le importaba todo lo que él pudiera querer o sentir cuando apretaba su cinturón en las delicadas muñecas de Tay. En particular recordaba la noche cuando esas heridas se abrieron por primera vez, recordaba que estaban en casa, tumbados en el sofá y con unas copas en la mesa ya vacías, no sabían cuánto habían bebido, pero recordaban ambos con claridad todo lo que había pasado aquella noche. Empezaron a besarse en el sofá del salón, quitándose la ropa exterior rápidamente, por el calor que sus cuerpos llegaban a desprender, al llegar al cuarto se deshicieron de la ropa restante, los besos recorrían todo el cuerpo del más bajo, las mordidas dejaban marcas en su blanca piel, marcas que luego Time repasaría terminando de volver loco a Tay.
El sonido del cajón de los cinturones hizo que Tay mordiera su labio inferior y mirara con atención cada acción del mayor, sonriendo y tendiendo sus manos para que el más alto las atara, con demasiada fuerza que en un principio no importó en absoluto. Su espalda se arqueaba con cada roce que Time daba en su desnuda piel, arrancando pequeños jadeos de sus labios. Recordaba cómo agarró con fuerza el cabezal de la cama mientras el más alto se empujaba contra él con fuerza, sus labios no dejaban de dejar salir sus propios gemidos, aún sin percatarse de como sus muñecas habían empezado a sangrar debido al roce del cinturón en su piel.
Su mirada se volvía borrosa tras cada estocada, su cuello empezaba a doler de sus súplicas necesitadas, sabiendo como esa pequeña acción podía terminar por volver loco a Time, pero aquella noche pidió que se detuviera, el ardor en sus manos era superior al placer que podía estar sintiendo, pero eso parecía no importar a Time, el cual seguía embistiéndolo repetidamente, haciéndolo incapaz de dejar de gemir su nombre mientras intentaba pedir que lo desatara. Su cabeza se inclinaba hacia atrás y sus jadeos se intensificaron al sentir como el mayor golpeaba de nuevo ese punto que lo volvía completamente loco, sus manos soltaron el cabezal de la cama, las lágrimas caían por sus mejillas del placer que sentía en ese momento, pero todo el calor desapareció cuando notó como algo caliente caían por sus brazos y, al abrir los ojos, vio la sangre resbalar por sus mejillas hacia sus hombros.
"Time, Time por favor para", por mucho que lo intentara, sus palabras salían entrecortadas de sus labios, Time solo besaba su cuello, mordiendo cada marca que había dejado, haciéndola más fuerte para poder escuchar los gemidos del otro. Tay apretó su interior con fuerza, provocando que el mayor jadeara y sonriera por encima de la sensible piel de su cuello, notaba como su lengua acariciaba su piel y limpiaba sus lágrimas. Sus labios se unieron una vez más, Time no iba a poder aguantar mucho más, solo necesitaba ser capaz de calentarlo hasta que no pudiera seguir resistiendo sus ganas de terminar en él. La sangre ya había manchado las claras sábanas y el más bajo ya no podía seguir actuando como si no tuviera cierto miedo, habían cruzado un límite que ni él conocía y ya no era divertido. ¿Por qué Time no se detenía a pesar de sus súplicas?
Un leve beso sacó al chico de sus recuerdos, Macao limpiaba las pequeñas lágrimas que habían empezado a caer involuntariamente por sus ojos, preocupando al menor y haciendo que su corazón se pusiera en alerta. Lo miró con los ojos rojos y sonrió, juntando sus frentes y negando levemente, no quería preocuparlo, era algo que ya no le dolía, que ya no le preocupaba porque su corazón ya estaba arreglado gracias a él. "Un juego que se nos fue de las manos, pero ya no tiene importancia", no sabía qué palabras decir para despreocupar al chico, le daba cierta vergüenza aceptar todo lo que llegaron a hacer en la cama Time y él, Macao no había conocido su parte más rebelde y, aunque por dentro moría por hacerlo, sentía que ahora no era el mejor momento para hacerlo.
Juntó sus labios y sonrió, acariciando el pelo de Macao, acarició su cuello con delicadeza y volvió a negar al ver que el rostro del menor seguía mostrando una preocupación que solo quería hacer desaparecer. En su cabeza seguía sintiendo como las manos de Time lo sujetaban con fuerza mientras él mismo lo montaba, veía como si sus muñecas volvieran a sangrar, pero su cabeza era completamente irracional en ese momento y ya había perdido por completo la cordura que le quedaba en su cuerpo, dejándose llevar por el placer, intentando mantener su atención en Time por miedo a perder la consciencia en algún momento, pero su memoria llegaba a un límite en el que ya no era capaz de recordar que pasó después.
Macao besó sus muñecas repetidas veces y Tay recuperó la compostura, dibujando de nuevo una sonrisa en sus labios, ahora estaba seguro entre los brazos en los que descansaba, nadie iba a hacerle daño mientras fuera Macao el que lo acariciaba y sujetaba en sus encuentros en la cama. Cerró sus ojos y echó la cabeza hacia atrás, dejándose llevar por los pequeños besos del menor, los cuales poco a poco se desplazaban hacia sus labios de nuevo, buscándolos como si los necesitara para respirar. Ambos volvieron a tumbarse en la cama, Tay sentado sobre el regazo de Macao, este sujetaba con fuerza sus caderas, intentando que estas quedaran estáticas y no le hicieran perder la cordura que debía mantener.
Los besos volvían a distribuirse por sus cuellos, mordiendo con cuidado y delicadeza, con amor. Una de las manos de Macao se desplazó hacia el pelo rubio de Tay y lo acarició, no iba a hacer nada que este no quisiera, por lo que intentaba avisar que si seguían dándose el amor que tanto deseaban podían terminar "mal". El mayor sonrió encima del beso, y lo profundizó, sacando al menor de todo pensamiento.
-Moon & Time<3