Venecia

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¿Por qué no podía ser como todos los niños normales de su clase? Siempre los venían a buscar sus padres, los dos, pero Venecia no tenía muchos recuerdos de su padre, su madre evitaba hablar del tema por mucho que el niño preguntaba al llegar a casa, después de cenar, mientras lo arropaba por la noche. Nunca recibía un abrazo de su padre, ni una felicitación por su cumpleaños, nunca escuchó la palabra "te quiero" de sus labios, y los pocos recuerdos que tenía desaparecían y se perdían en su joven memoria.

Cuando cumplió los diez años escuchó la puerta sonar mientras cenaban, su madre cantaba el feliz cumpleaños y él se preparaba para soplar las velas del pastel que había delante de sus ojos, Venecia no podía dejar de reír mientras escuchaba a su madre, pero el timbre en la puerta hizo que sus ojos se abrieran como platos ¿su padre se había acordado de qué día era hoy? El niño corrió para poder abrir la puerta, pero las dos personas que entraron ni se molestaron en saludar, simplemente lo apartaron, haciendo que el niño cayera al suelo y entraron rápidamente al salón.

La madre se levantó corriendo, Venecia miró hacia la puerta que terminaba de abrir, había varias personas armadas frente a ella, sin entrar, pero sus miradas estaban clavadas hacia el interior de la humilde casa que tenía su madre. Consiguió levantarse, el miedo se había apoderado de su cuerpo, pero consiguió hacerlo y corrió hacia su madre, abrazándola con fuerza. Escuchaba a su madre llorar y sentía que no podía hacerlo también, sus lágrimas caían silenciosamente por sus mejillas, sentía como el corazón de su madre latía rápidamente mientras se disculpaba pidiendo disculpas, pero ¿disculpas porqué? Habían sido ellos los que habían entrado en su casa a plena noche, ellos eran las personas desconocidas que habían arruinado su noche de cumpleaños.

Recordaba las palabras del señor mayor que vino a su casa, iba acompañado de un chico bastante joven, les prohibían relacionarse con ellos a cambio de un beneficio económico, pero ¿a quién no podían ver? Los dos hombres lanzaron un sobre de dinero contra el suelo, justo a los pies de su madre y salieron, repitiendo sus palabras, "si aceptas ese sobre de dinero, no vuelvas a acercarte a ninguno de nosotros, ¿te queda claro?"

Después de eso, cada pocas semanas volvían a aparecer, siempre protegidos por un par o tres de hombres vestidos de negro y con la camisa blanca, Venecia podía recordar algún pequeño detalle de la ropa, más bien de un adorno en concreto, pero con el paso del tiempo había perdido ese detalle, su memoria también lo había empezado a borrar. Su madre le pidió que lo dejara estar, a medida que crecía él era quien se encargaba de las cuentas del hogar, siempre, el mismo día, había ese ingreso en su cuenta, pero el día que colmó la paciencia del chico fue cuando los amenazaron más allá de con palabras. Recordaba ver a su madre llorando de rodillas en el suelo, la puerta de la casa había sido forzada, había varios papeles rotos en el suelo, algunas fotografías de ellos.

Desde ese momento decidió buscar cierta venganza hacia esas personas y, sobre todo, hacia su padre, pero antes de que pudiera hacer alguna cosa, la muerte llamó a su puerta y su padre había sido asesinado. Se enteró por su cuenta, llevaba meses espiando los pasos de "su familia", sabía los nombres de sus supuestos hermanitos, donde se movían, lo que hacían, donde estudiaban... lo tenía todo perfectamente reunido en una carpeta de color negro que guardaba en el cajón de su armario. Uno de esos días pero, la noticia llegó a sus oídos, su padre había sido asesinado por su propio hermano en una batalla entre la Primera y la Segunda familia.

Se sentía frustrado, todo su trabajo para vengarse de su padre había sido estropeado por su muerte, pero ahora podría reclamar lo que le pertenecía por ser su hijo, y no iba a permitir que sus dos únicos hijos aceptados heredaran completamente todo, él merecía parte del dinero e iba a luchar por ello. Logró conocer la ubicación y la hora a la cual se realizaría el entierro, su madre le pidió no ir, era peligroso acercarse, y más aún si su familia estaba cerca, temía que todas esas amenazas pudieran hacerse realidad, pero Venecia decidió no hacer caso de aquellas personas que solo buscaban asustarlos, no se iba a dejar intimidar tan fácilmente, ya no era un niño e iba a buscar lo que le pertenecía y que tantas veces le habían robado.

Ambos se vistieron completamente de negro, elegantes, pero discretos, querían evitar ser reconocidos, el acontecimiento era solo para la familia, pero Venecia seguía preguntándose ¿qué familia? ¿La misma que lo había matado? Él era su familia, tenía todos los derechos para ir a cara descubierta, pero su madre se aferraba a la mínima posibilidad de que alguien pudiera dar a conocer que se habían atrevido a presentarse frente a esas personas y temía que pudieran lastimar a su pequeño.

Cuando llegaron al lugar se quedaron apartados en un pequeño lugar, Venecia había estado paseando por la zona durante los días de velatorio que hicieron para su padre, estaba vigilado la mayor parte del tiempo, siempre había un par de guardaespaldas en la puerta, camisa blanca y traje negro. Pero el día del entierro la zona no estaba tan vigilada, más bien protegían a una sola persona a quien no pudieron ver debido al cordón de guardaespaldas que había a su alrededor, pero sí que pudieron ver al que Venecia sabía que era el hijo menor de su padre, un tal Macao, acompañado de otro chico un par de años mayor que él, pero no era el hijo mayor de la Segunda familia, no lograba verle bien, pero debía ser Pete, uno de los guardaespaldas más protegidos de la Primera familia.

Ambos jóvenes estaban afectados, tenían los ojos rojos he hinchados y a juzgar por las pequeñas marcas oscuras debajo de sus ojos debían llevar días sin dormir correctamente, pero Venecia sabía a la perfección que no debía de ser por la muerte de su padre, sabía que la relación no era exactamente la mejor, por lo que no entendía el porqué de sus apariencias a la perfección, sería algo que debería investigar más a fondo cuando pudiera llegar a casa y volver a ordenar lo que tenía.

Nadie habló durante la ceremonia, y cuando quiso darse cuenta, la persona protegida de los guardaespaldas había desaparecido, al igual que Macao y Pete, casi no quedaba absolutamente nadie, se habían ido poco antes de que finalizara el entierro. Su madre insistió en hacerlo también, pero Venecia le pidió que esperara, quería quedarse solo para poder dedicarle unas últimas palabras a su padre, quería hacerle saber que llegaría al final de todo, de las amenazas, de su ausencia...

Cuando llegaron a casa, Venecia ayudó a su madre a recoger levemente el lugar, preparó algo para cenar mientras su madre descansaba, al fin y al cabo ella llegó a querer a su padre e imaginaba que siempre tuvo una pequeña esperanza de que, al final, quizás, él volvería con ellos, por lo que saber que él había muerto no debía de ser algo sencillo de asimilar después de todo. Cuando terminaron de cenar la acompañó a su cuarto y cuando se aseguró de que ella ya dormía se fue hacia su despacho, sentía la necesidad de seguir investigando quién era exactamente la gente que estaba en ese lugar, esos familiares que no conocía todavía quería encontrar respuestas.

Después de unos meses, decidió que era el momento perfecto para ir a reclamar lo que era suyo, había estado observando a Vegas y Macao durante un mes entero, anotando a que horas no había nadie en casa, cuando dormían, los horarios que hacían, la casa a penas estaba sola en algún momento del día, pero había podido conocer que ese mismo día ellos no estarían, ninguno de los tres, por lo que quizás era el momento perfecto para hacerlo, para colarse en la casa y recoger su herencia. 

-Time<3

KinnPorsche cortos (2a parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora