Especial

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Llevaban meses preparándolo todo, había sido un proceso complicado, después de los últimos acontecimientos, la muerte de su padre, encontrar toda aquella información que poco a poco les fue resolviendo las dudas que nunca habían podido tener una respuesta, había sido un poco complicado poder volver a la normalidad, pero a pesar de las dificultades, ahí estaban, todo listo, a punto de cruzar ese camino cubierto de pétalos rojos y blancos, con sus amigos a cada lado del camino, sonriendo, mirándolos con una sonrisa, incluso algunos tenían lágrimas en los ojos.

Porsche recordaba a la perfección como fue la vez que tuvo que ir junto a Che y Pete a probarse el traje que usaría el día de su boda, recordaba como su hermano pequeño estuvo llorando la gran mayoría del tiempo, daba igual el traje, si le quedaba bien o no, si les gustaba, él solo sabía llorar cada vez que veía a Porsche salir con uno nuevo. Pete era el que se encargó de darle los consejos, cuál le quedaba mejor, cuál no se ajustaba bien a su cuerpo, y aunque sus ojos también estaban inundados en lágrimas, logró mantenerse firme ante todo, Porsche no necesitaba tener a otro amigo llorando a su alrededor mientras él mismo luchaba por no emocionarse ante la idea de su propia boda.

Kinn había invitado a Tay para acompañarlo con el tema de la boda, igual que él sería uno de los que se encargaría de prepararlo todo, junto a sus amigos más cercanos, todos se comprometieron a hacerlo sin que Kinn y Porsche lo supieran, querían que absolutamente todo fuera sorpresa y quién mejor para preparar el mejor día de sus vidas que sus mejores amigos, las personas que mejor los conocían.

Macao y Vegas habían ayudado a Tay, incluso cuando no querían involucrarse demasiado, la pareja del menor lograba convencerlos y, junto a Pete y Che, nadie podía negarse a ayudar. Pol y Arm se unieron en todo lo que pudieron en la organización, pero a pesar de que su jefe ya no estaba para mandarles tareas sin sentido, seguían teniendo que encargarse de sus tareas, por lo que solo podían aprovechar sus tiempos libres para ayudar.

Habían escogido casarse en el barco, el mismo donde Kinn prometió cuidar el corazón de Porsche con su vida, justo después de que el menor le diera la llave a este para que lo cuidara y fuera completamente suyo. Tay había sido el encargado de ambientar el lugar, decidió poner una alfombra blanca entre los diferentes bancos que había a cada lado de esta, el arco estaba rodeado de rosas rojas, destacando entre las hojas verdes que lo creaban. En los bancos, en cambio, las flores que abrían serían rosas, tanto blancas como rojas, rodeando los apoyabrazos y los respaldos. Pol y Arm decidieron encargarse de los invitados, mientras que Che y Pete se encargaron de la comida, mientras que Vegas y Macao se aseguraban que todo estaba correctamente y de que las cosas llegaran a tiempo, de igual forma que ayudaron a colocar todo lo necesario para cuando llegara ese día que, sin darse cuenta, ya había llegado.

Era una boda íntima, con solo los amigos más cercanos presentes, Kinn llevaba un traje perfectamente arreglado, con su corbata y americana, mientras que el traje de Porsche no llevaba corbata ni nada parecido, los botones superiores desabrochados, mostrando parte de su pecho, provocando una sonrisa en los labios de Kinn al verlo subir por las escaleras que daban a la parte superior del barco, donde había estado todo preparado.

Pol y Arm llevaban puestos los uniformes reglamentarios de la Primera Familia, mientras que Pete iba vestido con unos pantalones de tiro alto ajustados a su cintura y una camisa que marcaba sus curvas a la perfección; Vegas llevaba una camisa roja y un pantalón ajustado oscuro, ambos sentados en la primera fila junto a Tay, el cual vestía un traje de un color marrón claro que destacaba la perfecta figura del chico, haciendo contraste con el traje oscuro de Macao, sentado a su lado.

Kim y Che se encontraban justo al lado contrario, vestidos con ropa menos arreglada, pero perfectamente elegantes, junto a ellos se encontraban los dos guardaespaldas de la familia que, con el paso del tiempo, se convirtieron en algo más que unos simples compañeros de trabajo. Time y Tem habían acudido junto a Jom y Yok, sentándose en la fila justo detrás de Che, por suerte los amigos de Kinn habían podido cerrar sus conflictos y guardar una amistad y un cariño especial el uno por el otro.

Todos se levantaron cuando Porsche apareció y se volvieron a sentar cuando Kinn sujetó sus manos con fuerza, ambos temblando levemente por los nervios, pronunciaron sus votos, colocando los anillos en el dedo del otro y cerrando sus promesas de amor eterno con un beso, provocando que la gran mayoría de sus amigos y familiares empezaran a llorar mientras vitoreaban y aplaudían.

La noche cayó por completo, pero su fiesta continuaba, Porsche servía algunos cócteles de vez en cuando, haciendo sonreír ampliamente a Kinn, recordando la primera vez que lo vio detrás de la barra del bar de Yok, sintiendo como su corazón seguía emocionándose de la misma forma que cuando se percató de sus sentimientos hacia el menor. La música sonaba y todos se mantenían en la pista, bailando, todos menos Vegas y Macao, los cuales habían desaparecido por completo de la vista de todos, de todos menos de los ojos de Kinn, el cual sonrió hacia ellos y le pidió a Porsche con una mirada cómplice que cambiara el ritmo de la música. Arm jugó con las luces unos segundos hasta que logró enfocar los focos hacia Tay y Pete, haciendo que ambos se miraran completamente confundidos.

Macao y Vegas se arrodillaron justo detrás de ellos, sacando de sus bolsillos una pequeña caja roja de terciopelo, abriéndola para mostrar el anillo. Ambos chicos se giraron curiosos cuando vieron a sus amigos observarlos con una sonrisa en sus labios, cubriéndose la boca con ambas manos al ver a sus parejas delante de ellos. Las lágrimas empezaron a caer por sus rostros, aceptando ambos con la cabeza y abrazando a los otros dos chicos cuando estos se pusieron de pie, al parecer no iba a ser la última boda del grupo.

Todos gritaron de emoción ante el "Sí, quiero" de ambos chicos y la fiesta volvió a retomarse, Vegas y Macao susurraron un leve "gracias" hacia Porsche y Kinn, los cuales les habían ayudado a planear la sorpresa de forma discreta, siendo los principales cómplices del pequeño plan de los dos hermanos, mostrando, cada vez más, como los conflictos entre familias habían empezado a desaparecer por completo.

KinnPorsche cortos (2a parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora