Tay - Macao 2

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Al llegar al hospital, la sala en la que se encontraban estaba completamente desierta, no había nadie a su alrededor, solo ellos dos y veían a Vegas sentado delante de la puerta, su ropa seguía manchada de sangre, sus brazos sujetaban su cabeza mientras que sus piernas no dejaban de temblar. Ambos chicos se detuvieron, no sabían cómo preguntar o qué decir para saber cuál era la situación del chico, Tay sentía la impulsividad de hacerlo, le podía la sensación de ahogo con solo pensar que le había podido pasar a Macao, pero era el hermano pequeño de Vegas, no podía hablar de forma directa sin antes preocuparse por las emociones del otro.

Pete mantenía el hombro de Tay sujeto, observaba cada detalle de Vegas, el temblor nervioso de sus piernas, como su pecho subía y bajaba de pocos segundos de diferencia, dando a entender que el chico estaba empezando a hiperventilar. Soltó el hombro del rubio y lo miró dándole a entender cuál era su siguiente paso. Se acercó lentamente a su pareja, sentándose en la silla del lado izquierdo y agarrando los brazos de Vegas con fuerza, con un soporte que solo le sabía dar Pete, pero Vegas no se giró, no se movió en absoluto, era como intentar girar una piedra que pesaba una tonelada, todo él estaba rígido y Pete solo podía acariciar la espalda del chico e intentar calmarlo lo mínimo posible, sabía lo que podía pasar si no lograba tranquilizar al chico y ahora debían estar por Macao.

Tay se mantenía alejado, sus piernas no podían moverse, sentía como si estas hubieran sido pegadas al suelo y no le permitieran moverse del lugar donde lo habían dejado, nunca había estado en una tesitura como esta, no sabía si debía acercarse a Vegas y Pete o era mejor quedarse alejado, ¿y si le culpaba de que su hermano estuviera así? Negó con la cabeza, Time no era capaz de hacer algo parecido, pero podían culparle de ello, ellos no le conocían como él lo hacía. También podía culparlo por alejarlo de la protección de su casa, por no ir a buscarlo a la universidad, como había estado haciendo desde que empezaron a vivir juntos en su apartamento. ¿Y si fue por su culpa? Ese día no fue a buscarlo, lo dejó desprotegido, quizás por eso habían aprovechado para hacer lo que le hicieron...

El sonido de la camilla hizo que los tres dejaran de darle vueltas a sus cabezas y esperaron a que el médico estuviera frente a ellos para decirles que era lo que había sucedido. Tay se acercó a los otros dos para poder escuchar las palabras del profesional que acababa de entrar por la puerta del pasillo de los quirófanos. Observaron como entraban al chico dormido en la habitación y volvieron a cerrar la puerta, ninguno de los tres prestó atención al médico hasta que la puerta no se cerró delante de él. "Está sedado, la bala no tocó ningún órgano vital, pero sí perdió demasiada sangre y necesitará varias transfusiones antes de poder despertar y salir de aquí, no podemos decir al cien por cien si ya se encuentra fuera de peligro, las primeras veinticuatro horas serán decisivas."

Sus palabras sonaron como cuchillos en el corazón de los tres chicos, si no fuera por el fuerte agarre de Pete a Vegas, este podría haber caído al suelo tan rápido como el médico dejó de hablar. El más bajo sentía como su corazón bombeaba sangre rápidamente, su corazón se aceleraba por el miedo pero, debido al fuerte agarre del más alto, podía notar como el corazón de Pete iba a mil por hora, podía jurar que iba más rápido que el suyo propio e intentó recomponerse para sujetar sus manos. Las imágenes en la cabeza de Pete pasaban como en una película, recordaba las palabras del médico cuando Vegas fue disparado, recordaba como dijeron las mismas palabras exactas, ¿podía perder a Macao? Sería el detonante para Vegas, eso no podía pasar, no podía permitirse perder a nadie más.

Tay se aclaró la garganta como pudo, ya podían entrar en la habitación, pero no quería hacerlo el primero, sentía que no era justo por su parte por lo que, evitando los sollozos que amenazaban en salir de sus labios logró decir las palabras que su corazón quería cambiar, "deberían entrar primero a verle, yo esperaré fuera". Ambos negaron, y le pidieron a Tay que entrara con ellos, sabían lo que el rubio significaba para el pequeño y podría ser clave, igual que Pete lo fue para Vegas en su momento, para que Macao pudiera despertar rápido. Además, no era justo para el chico tampoco, ambos habían visto la desesperación en su ser cuando pasó todo, sintieron como su corazón se rompía por completo en su pecho cuando Macao no despertaba en el suelo de su portal, como su ropa terminaba irremediablemente manchada de la sangre de su hermano pequeño.

Pete cogió la mano de Tay y la de Vegas, justo después de abrir la puerta, y entraron juntos. La habitación estaba a oscuras todavía, las cortinas estaban puestas y solo se escuchaba el sonido del monitor que indicaba las constantes del chico, Vegas se acercó con cuidado y, antes de que ninguno se diera cuenta, cayó al suelo arrodillándose y sujetando con fuerza una de las frías manos de su hermano, las lágrimas caían por sus mejillas y los sollozos empezaron a sonar por todo el lugar. Pete se acercó corriendo al lado de Vegas e intentó ayudarlo a levantarse, pero este se negaba y, por mucho que odiara verlo así, él pasó las primeras semanas prácticamente haciendo lo mismo cuando era Vegas el que estaba entre la vida y la muerte.

Tay se quedó en una esquina del cuarto, sus ojos no se despegaban del monitor y de como el pecho de Macao subía y bajaba lentamente, no se atrevía a acercarse, aunque moría de ganas por acariciarlo y besar sus manos y su frente, haciéndole promesas de que todo iba a estar bien y que pronto podrían volver a su casa para descansar, moría de ganas de susurrarle lo mucho que le quería, las ganas que tenía de compartir la vida a su lado y con él, pero no era capaz, de nuevo, de moverse de su posición, sus ojos se desplazaron a Vegas, el cual seguía llorando de rodillas agarrando una de las manos que tanto quería sentir él.

No sabían los días que llevaban en el lugar, pero ninguno de los tres se atrevió a dejar a Macao solo en ningún momento, tardaron unas horas en convencer a Vegas de darse una ducha y poder cambiarse de ropa, Pete la había traído de casa esa misma tarde. El menor se había despertado hacía unas horas, pero seguía durmiendo la mayor parte del tiempo por la poca energía que sentía, aún no habían acabado las transfusiones pendientes de sangre, por lo que seguía debilitado y sin esa vitalidad que tanto le representaba. Tay no se separaba de su mano, no la soltaba más que para ir al baño cuando lo necesitaba, no podía alejarse de él, temía hacerlo de nuevo y no estaba dispuesto a hacerlo, no mientras el chico siguiera en ese estado.

Pete se encargaba de traer comida para todos, incluso para Macao, entendía que no le gustara la comida del hospital, a su hermano tampoco le gustaba, por lo que prefería traerla personalmente y asegurarse de que por lo menos comiera bien para poder ir recuperando la vitalidad. Vegas descansaba en el sofá de la habitación y Pete había salido a buscar comida para todos, Tay acariciaba el pelo de Macao cuando este se despertó de su descanso, ambos sonrieron y un leve "buenos días" se escapó de los labios de ambos. La sonrisa volvía a iluminar el rostro de los chicos, y Macao se incorporó con cuidado en la cama para poder besar al chico que tenía delante, había echado de menos poder hacerlo. Vegas carraspeó detrás de ellos, haciendo que Tay se alejara rápidamente y cubriera sus labios algo avergonzado.

Macao empezó a reír cuando escuchó las palabras de su hermano "Te la debía, hermanito", ambos negaron con la cabeza, viendo que Pete hacía un rato que había vuelto y ninguno de los dos tortolitos se había percatado de ello. Esa misma tarde el menor recibió el alta y pudieron regresar a casa con una pequeña pauta para las comidas y las rutinas que debía seguir durante el tiempo más cercano al alta hospitalaria, Tay se comprometió a complirlas, no quería separarse del chico y se encargaría él mismo de hacer que Macao cumpliera con las indicaciones del médico.

Vegas prometió al salir, de nuevo, que se encargaría de encontrar quien había sido el responsable de lo sucedido, no iba a dejar que se saliera con la suya, además no había conseguido su plan principal por lo que temían que pudieran volver a por él y hacerles daño de nuevo. Ninguno iba a dejar que volvieran a lastimar a su familia de nuevo.

-Moon & Time<3

KinnPorsche cortos (2a parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora