Como cada año para estas fechas, la casa de la familia Theerapanyakul se vestía de terror para celebrar Halloween entre los suyos. Desde la otra punta de la casa se escuchaban los gritos de Ché para encontrar a Kim, el menor ya llevaba su disfraz puesto, buscaba al mayor para poder terminar el maquillaje, pero parecía que este había huido rápidamente, era el primer año que se unía a la fiesta, ya que en años anteriores se refugiaba en su pequeño apartamento, lejos de su familia, ¿qué había hecho distinto este año? Pues muy sencillo, la presencia del más pequeño y su ilusión por poder disfrazarse conjuntamente. ¿Cómo iba a decirle que no a Ché?
Porsche observaba desde la cama como Kinn se arreglaba la ropa, no podía apartar su mirada de las curvas que le marcaba ese traje, como se ceñía a la perfección a su cuerpo y como resaltaba su figura. Kinn, por su lado, no dejaba de ver por medio del espejo las reacciones involuntarias de Porsche, el cual ni se había percatado de que el mayor lo miraba a partir del reflejo. Ambos llevaban el disfraz que Ché les había pedido, ya que el menor se encargó de dar las indicaciones a cada uno de los residentes de la casa, incluso escribió a Pete para pedirle que convenciera a Vegas para venir disfrazados también, y aunque este no quería, el más alto terminó convenciéndolo con la ayuda de Macao.
Los amigos de Kinn habían pasado la noche en la casa, igual que los amigos de Porsche, así no deberían preocuparse por no llegar a tiempo o que la pereza les venciera para venir, ya que el día había iniciado con lluvias y viento. Time y Tem llevaban un buen rato encerrados en la habitación que le habían cedido al más alto, quizás se estaban ayudando a cambiarse o terminar de maquillarse para el disfraz, quizás, aunque solo ellos sabían lo que verdaderamente estaba sucediendo detrás de la puerta que los aislaba del resto de personas que habían en el lugar. Tay había salido pronto en la mañana, por suerte no había tenido que compartir cama con Time, Kinn le cedió otra habitación para que pudiera descansar tranquilo y sin tener que estar en una situación incómoda toda la noche, pero había dejado su bolsa en aquella habitación, por lo que a primera hora entró, cogió lo que era suyo y volvió al cuarto en el que había dormido.
Un mensaje hizo que su sonrisa se dibujara nuevamente, "Espero poder verte igual de guapo que siempre", Macao sabía como sacar todo pensamiento negativo de la cabeza del mayor, y en el fondo, él mismo no podía esconder más las ganas de verlo y poder estar con él toda la noche. Se sacó una foto en el espejo y se la mandó, recibiendo una de vuelta por parte del chico. Todo sentimiento de incomodidad y tristeza había desaparecido al saber que Macao también vendría, incluso el menor había empezado a preguntar a su hermano sobre que hora saldrían, o que tal vez él se adelantaría e iría un poco antes para ayudar un poco en la preparación. Pete no pudo evitar reír ante la explicación o excusa que había dado Macao, pero él no podía negarse a dejarlo ir con el chico de su vida, y por mucho que Vegas insistiera en que debían ir juntos, no podía negarse al ver a su hermano tan ansioso por ver a un chico, si le hacía feliz no podía negarle nada.
Tanakhun gritaba en su cuarto, intentando hacer que sus guardaespaldas obedecieran a sus órdenes y lo ayudaran a vestirse correctamente, era el único al que Che no le había dado indicaciones, sabía perfectamente que el mayor sería el más experto e ilusionado en esto. Llevaría un traje lleno de lentejuelas y brillantes, al igual que un maquillaje sin exceso de purpurina que había dejado a sus guardaespaldas llenos de polvo brillante de colores variados, pero por primera vez, había dejado que Pol y Arm se vistieran como ellos querían, la única condición era que les dejara maquillarlos, y a eso no podían negarse. Por lo que a media tarde, los dos chicos fueron a la habitación de su jefe tras escuchar sus gritos y se sentaron en el sofá, dejando que este se encargara de dejarlos "perfectos para esa noche".
Jom estaba ayudando a Che a terminar de colocar los pequeños detalles que quedaban, poner algunos platos con comida en las mesas y, sobre todo, colocar el alcohol en puntos estratégicos para que todos los mayores pudieran acceder a una botella fácilmente. Finalmente, entre los dos lograron encontrar a Kim y lo arrastraron hasta la habitación del más pequeño y lo sentaron en la silla para poder maquillarlo y terminar de arreglar su ropa para la fiesta.