Sus vidas habían cambiado por completo después de todo lo que habían tenido que pasar, desde la batalla que terminó con el líder de la segunda familia, el rencor había desaparecido, las luchas continuas entre familias habían terminado, habían aprendido a convivir, a trabajar en equipo y, sobre todo, a respetarse entre ellos.
Kinn era feliz, su vida había recuperado lo que tanto le faltaba desde el engaño de Tawan, volvía a creer en el amor, había vuelto a sentir esas mariposas en su estómago, había aprendido a volver a confiar en la persona a la que amas. Había aprendido que sin Porsche, su vida no hubiera tenido la mitad de la emoción de la que tiene desde que ese chico le defendió a cambio de dinero, desde que vendió su reloj, negó querer ser su guardaespaldas, lo metió en miles de problemas por culpa de beber y no protegerlo... la misma persona por la que terminó secuestrado, perdido en mitad de un bosque, esposado a él, pero en ese mismo bosque fue donde se percató de que sus sentimientos hacia ese chico eran reales, de que podría morir por él y no le importaría en absoluto, no se arrepentiría de interponerse entre él y una bala, porque le quería con toda su vida.
Vegas aprendió a dejarse querer, a poder ser débil y no sentir que estaba mal, aprendió a mostrar sus sentimientos, a que todo el mundo tiene derecho a sanar, a tener a alguien que lo quiera y lo cuide, aprendió a poder sentir el calor de una familia. Aprendió que, las comparaciones, no son algo justo, que nadie es mejor que nadie, ya que todos tenemos algo en lo que destacamos, algo que nos hace mil veces más especial, pero que a veces necesitamos que alguien nos ayude a verlo. Aprendió que, la persona que menos podemos llegar a esperar será la misma que nos ayudará a curar todas nuestras heridas y que hemos de dejar que esa persona, entre en nuestro corazón, nos vea completamente rotos para poder sanarnos con sus propias manos. Aprendió que, Pete, la misma persona a la que pensó odiar y con la que quiso desquitarse de toda su rabia y su dolor, podía ser la misma persona que le enseñó lo que era el amor verdadero, lo que era ser querido, ser amado.
Kim aprendió lo que quería decir temer, temer perder a la persona que quieres, a la persona a la que, sin darte cuenta, has terminado amando con todo tu corazón. Aprendió que incluso él, con su fría actitud, su distante temperamento, podría llegar a experimentar lo que quería decir enamorarse de alguien a quien, en un principio, sólo estás usando para tu propio beneficio. Entendió que una persona puede cambiarte por completo, puede hacerte entender el mundo de formas muy diferentes, hacerte ver lo que significa querer proteger a alguien y tener que distanciarse para ello, aprendió a sentir ese dolor que, poco a poco, fue perdonándose gracias a ese mismo chico al que tanto daño hizo por su falta de aprendizaje, por el miedo que sentía a amar a alguien, el pequeño Che fue capaz de cambiar por completo el frío corazón de Kim, para convertirlo en uno nuevo.
Macao aprendió que la persona destinada, a veces, es alguien que siempre has tenido cerca, pero con la cual nunca habías tenido la oportunidad de hablar, de acercarte o de conocer. Aprendió que, a veces, las personas son capaces de curarse entre ellas, que cuando dos personas rotas se conocen pueden convertirse en la cura del otro. Aprendió a escuchar, a entender, a cuidar, aprendió que debía abrirse, mostrar sus miedos, hablarlos y explicarlos, dejarlos salir para poder conocer lo que era la verdadera felicidad, debía poder romperse por completo para que, junto a Tay, pudiera montar cada parte que había sido destruida. Tay le enseñó a querer de la forma más pura e inocente con la que se puede querer a alguien, le hizo ver que el amor no tenía por qué doler si conocías a la persona adecuada, le enseñó que, ser débil frente a las cosas que nos duelen no es malo, sino que es una forma de fortalecerse, de crecer.
Time aprendió, incluso alguien como él, entendió lo que quería decir valorar, lo que significaba perder a la persona que siempre te había querido, apoyado, la persona que siempre lo había visto como el amor de su vida, como la persona con la que quería pasar el resto de su vida sin importar las veces que lo lastimara. Aprendió lo que significaba el dolor por ser substituido, por ver como la persona que llevaba a tu lado tantos años rehacía su vida con otra persona a su lado, lo que dolía ver como eras pisoteado por tu mal comportamiento y, darse cuenta, de que merecías ese castigo, ese dolor. Entendió que su comportamiento estuvo equivocado todo el tiempo y que, con las personas a las que amas, no se puede jugar, no las puedes lastimar y, mucho menos, querer que estas se queden a tu lado a pesar de todo.
Porsche aprendió que a veces, querer cuidar de los tuyos, tiene sus propios riesgos y que vale la pena arriesgar tu vida por la persona a la que amas, por tu familia. A veces no vale la pena posicionarse, sino seguir lo que tú consideras que es lo correcto o lo que tu corazón te pide que hagas. Aprendió a amar, a confiar, a cuidar y proteger, entendió el significado de la palabra amor, eso que para él nunca había tenido sentido, aprendió lo que significaba esa palabra que todos aspiraban a sentir, una palabra que nunca creyó necesitar hasta que su corazón empezó a acelerarse cuando estaba cerca de Kinn, de su jefe, de la persona a la que, según él mismo, más odiaba en el mundo, la persona que le hizo entender esa palabra mágica.
Pete logró curar algo que nunca había podido imaginar, llegó a enamorarse de la persona quizás menos indicada para él si seguía sus promesas, pero pudo conocer una parte de esa persona que le enseñó que todos necesitamos que nos quieran y nos cuiden. Junto a Vegas aprendió que, a veces, la persona más fría y retorcida es solo alguien que necesita que lo escuchen, lo comprendan y lo entiendan, una persona que necesita sentirse querida, necesita romperse, necesita un amor que nunca recibió. Aprendió a querer, a escuchar y a acompañar, gracias a Vegas logró entender cuál era el verdadero significado que él quería para su propia vida, aprendió a ser libre, a volar lejos, a disfrutar de su propia vida y a volver donde, aunque en secreto, fue verdaderamente feliz.
Che logró comprender las acciones de su hermano, el porqué de sus mentiras, el porqué de la cantidad de veces que no le contó la verdad sobre lo que hacía, entendió la importancia que le daba a mantenerlo lejos de todo esto, mantenerlo protegido en todo lo que pudiera. Entendió, con paciencia y poco a poco, el porqué de las acciones repentinas de Kim, aprendió a amarlo a su manera, con su actitud y su temperamento, aprendió a comprender al mayor, a entenderlo, a cuidarlo como debía. Aprendió que, Kim, solo temía ponerlo en peligro, que solo buscaba protegerlo de un sentimiento que no sabía como afrontar y, ambos, aprendieron a su ritmo, con sus tiempos, a entenderse el uno al otro, a quererse a su propia forma.
Tay aprendió a quererse, a valorarse, a sentirse suficiente, a no dejarse manipular. Aprendió lo que significaba ser amado y querido de verdad, aprendió a sanar y dejarse sanar. Entendió lo que verdaderamente significa el amor, junto a Macao, el cual le enseñó esos pequeños detalles que necesitaba para poder curar sus heridas, para sanarlas definitivamente, para no dejar que nadie más pudiera volver a romperlas, aprendió que el amor no tiene que doler, que una persona que te quiere nunca te debe hacer daño o menospreciar, le enseñó a ser libre, a liberarse a sí mismo, le enseñó a volar, juntos. Ambos aprendieron a encajar entre ellos, a quererse de una forma que nunca, ninguno había experimentado antes, un amor completamente mutuo, un amor real.
Todos aprendieron cosas, algunos sin saberlo, sin ser conscientes de sus cambios y de sus avances, pero aprendiendo. Todos, al final, conocieron la palabra felicidad, conocieron que después de la gran tormenta, siempre aguarda el sol al otro lado, para calentar sus corazones, para hacerlos felices, demostrarles que, al final del túnel, siempre habrá una luz que les devolverá toda la felicidad que pensaron que no merecían lo que nunca conocerían. Todos tuvieron el final que si merecían para ellos, su verdadero final feliz.
*FIN*
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Primero de todo queremos daros las gracias por todo el apoyo que nos han dado durante un año y dos meses que hemos estado publicando esta historia, nunca imaginamos que podríamos llegar tan lejos como lo hemos hecho y estamos inmensamente agradecidas por todos los votos, todos los favoritos y cada una de vuestras lecturas y comentarios.
Queremos decir, también, que el final de la historia no significa que no pueda haber alguna sorpresa, por lo que de vez en cuando iremos publicando algún extra de nuestros Macao Tay.
Una vez mas, millones de gracias-Moon&Time