Macao - Time

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Macao había ido a buscar a Tay a casa de sus primos, le indicó donde estaba y el menor solo siguió las indicaciones que este le iba dando por mensaje hasta poder llegar al lugar concreto. La sala estaba con una mínima luz, Macao se colocó los cascos antes de entrar y se dirigió hacia donde había la figura de un cuerpo que cada vez era más conocido por sus manos, lo observó unos pasos por detrás, veía como el mayor estaba centrado disparando hacia la dirección que tenía marcada como objetivo. Uno de los primeros encuentros que tuvieron fue en ese mismo lugar, aunque aquella vez el mayor aún estaba atado a los brazos de Time y a penas se atrevían a mirar a la cara delante de terceros.

Cuando las balas del arma que tenía en sus manos se terminaron, Macao lo abrazó por la cintura con cuidado de no asustarlo, apoyando su cabeza en el hombro del chico, las manos de Tay abrazaron las de Macao y sonrió levemente. Se separaron para que ambos pudieran sacarse los cascos y rápidamente se besaron inocentemente, saludándose de esa manera tan cariñosa y tierna que, por fin, podían tener. "Nunca hubiera imaginado que pudieras verte tan sexy disparando un arma", las palabras del menor hicieron que las mejillas de Tay se sonrojaran y lo golpeara en el pecho con cuidado, sin fuerza, más bien de forma juguetona. El menor empezó a reír y lo abrazó con fuerza entre sus brazos, no iba a negar que él también se había sonrojado tras decir esa frase.

"Debo estar al nivel para cuando la gente me vea tomado de tu mano por la calle", Tay dejó salir esa respuesta, apretando más fuerte su abrazo y escondiendo la cabeza en el hombro del menor, colocándose de puntillas para poder llegar bien a la postura en la que se encontraba. Podía sentir cómo el cuerpo de Macao temblaba debido a su risa, y el mayor no pudo evitar imitarlo al poco rato, era de las primeras veces que se sentían libres para poder expresar este tipo de frases juguetonas sin temer que alguien los escuchara, eran pareja y eso era lo único que les importaba en ese momento, ya no debían reservarse para cuando estaban lejos de la gente, para cuando estaban solos, ahora podían mostrar que se querían en cualquier lugar.

Tay se disculpó para poder ir a buscar algo para tomar mientras estuviera allí, habían decidido quedarse un rato más, el mayor ya había pedido permiso a su mejor amigo para ocupar el lugar durante unas horas, y ese no había negado en absoluto, por lo que podían estar tranquilamente hasta que quisieran volver a casa. Tan rápido como el mayor salió, Macao se colocó de nuevo los cascos y cargó el arma, dando inicio a un pequeño y corto entrenamiento, estaba tan encerrado en sus pensamientos que no se percató de que alguien entraba en el lugar, pero esa persona empezó a aplaudir, llamando la atención del chico, el cual se giró dejando el arma en la mesa y quitándose los cascos.

Cuando vio a Time parado frente a él mientras aplaudía, pudo sentir como su sangre empezaba a arder, tenía ganas de saltar encima de él y golpearlo tantas veces como fueran necesarias para que su rabia interior desapareciera por completo. "¿Cómo se siente comiendo los restos de los demás?", Time cogió una de las armas cargadas que había debajo de la mesa y disparó al objetivo sin apenas mirar en su dirección. La sonrisa en sus labios hacía que el cuerpo de Macao se tensara todavía más, cargó su arma y disparó, imitando las acciones del mayor y le sonrió de vuelta. "Solo estoy cuidando lo que una vez fue demasiado hombre para ti". Time empezó a reír levemente y sonrió, negando con la cabeza ante la frase del otro, "Tarde o temprano se dará cuenta de que eres un simple niño que no sabes cómo cuidar de alguien como él".

Los disparos empezaron a hacerse más seguidos y continuos, las miradas ya no eran como en un inicio, ahora eran desafiadoras, habían perdido el aire vacilante y habían terminado dando paso a unas miradas llenas de odio. La forma en como disparaban a los diferentes objetivos se había vuelto más agresiva, como si estuvieran disparándose el uno al otro, no llevaban los cascos puestos, pero sus miradas tampoco se asustaban al escuchar el fuerte ruido de los disparos. "¿Darse cuenta de que soy un niño? Al menos yo si tengo lo que se necesita para cuidar de él correctamente"

Los insultos crecieron en el lugar, ya habían abandonado los objetivos, se empezaban a empujar el uno al otro, manteniendo las armas en sus manos, "No es difícil cuidar de alguien como Tay, es sencillo y lo suficiente manipulable para llevártelo a la cama, ¿verdad? Creo que eso es lo que más te suele gustar", tras las últimas palabras de Time, finalmente se apuntaron el uno al otro con el arma, con el dedo en el gatillo, dispuestos a apretarlo en cualquier momento. Los gritos de Tay, poniéndose en medio de ambos, no los hizo bajar la guardia, ni mucho menos apartar las miradas del otro.

Tay colocó las manos en el rostro de Macao, intentando que este se centrara en él, que volviera su mirada a sus ojos, acariciaba su pelo con cuidado y no dejaba de llamarlo con un tono de preocupación, pero intentando mantener la calma, intentando que esta se transmitiera al menor mediante sus caricias. Escuchó la risa de Time desde atrás y se giró, bajando ambas armas con sus manos y agarrando, con fuerza, la mano de Macao, colocándose delante de él.

"Deja de jugar con el corazón de un niño y vuelve, ya eres mayorcito, ¿no crees?", Tay sonrió ante las palabras de Time y negó con la cabeza, guiando a Macao hasta colocarlo a su lado, la mano libre del menor estaba agarrando con fuerza su cintura. El mayor desplazó sus manos hasta el cuello de Macao y, sin pensarlo dos veces, lo besó tomando de sorpresa al menor, el cual correspondió llevando sus manos hacia la cintura de Tay y acercándolo a él con cierta fuerza.

Time apretó los puños con fuerza y apartó la mirada, sentía la necesidad de separarlos, de coger a Tay de la mano y llevárselo con él, pero no podía hacer algo así. Veía como los otros dos iba soltándose poco a poco, ignorando por completo su presencia en el lugar, finalmente optó por irse, dando un gran portazo al salir del lugar. Su sangre ardía, pero no quería actuar de alguna forma que pudiera ponerlo en un contexto más violento de lo que ya estaba siendo, lo que tenía muy claro es que no iba a dejar que esto terminara aquí y de esta manera, iba a recuperar lo que te pertenecía tarde o temprano.

Poco a poco el aire empezó a faltar entre Tay y Macao y, lentamente empezaron a separarse, ambos completamente sonrojados, pero con una gran sonrisa en sus labios, ninguno era capaz de explicar lo que acababa de suceder, o porque habían reaccionado de esa manera tan repentinamente. Tay sentía cierto miedo por lo sucedido, pero no podía esconder la felicidad de haber tomado las riendas de la situación, sin importar lo que decía Time, sin importar lo que este pudiera hacer o decir, se había sentido cómodo besando a su pareja delante de aquella persona que solo le había hecho daño, demostrándole que quería al menor, dejando en ridículo el orgullo de Time. Macao acarició el pelo del mayor y besó su frente con cariño, abrazándose fuertemente.

Ambos sabían que Time no iba a rendirse tan fácilmente, sabían que no les iba a dejar salirse con la suya, pero ahora tenían claro que iban a luchar contra él, juntos.

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KinnPorsche cortos (2a parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora