Che había estado evitando de nuevo a Kim en todo lo que podía, dejando al mayor completamente descolocado, después de todos los encuentros que habían tenido recientemente, donde parecía que su relación había mejorado levemente. Esa mañana el menor había estado paseando por las afueras de la casa, como si buscara alguna cosa, ya que la mayoría del tiempo lo pasaba con Tanakhun viendo alguna serie o tocando la guitarra en su cuarto, pero Kim no quiso darle mucha importancia, al menos no de momento, quizás solo estaba aireando su cabeza y buscando inspiración para escribirle una canción de lo mucho que lo odiaba.
A media mañana Kim salió de una reunión, estaba cansado y sentía como su cabeza iba a explotar si no salía del cuarto pronto. Se cruzó con Che en las escaleras y este simplemente lo ignoró por completo, como si su simple presencia lo molestara o algo parecido y el mayor sintió que no podía seguir aguantando esa repentina actitud del chico hacia él, no después de que semanas antes pareciera que todo se había arreglado y que podrían volver a ser, mínimo, amigos de nuevo, empezar de cero. "Che, ¿podemos hablar?", el menor se giró y lo miró esperando a que el mayor contestara sobre de que debían hablar, Che sentía cierto miedo cuando miraba a Kim a los ojos pero intentó mantener el temperamento frío, igual que el hermano mayor del chico le había repetido tantas veces.
"En privado, por favor", Kim sentía como su sangre ardía por completo, sabía que esa actitud tan chulesca solo podía haberla aprendido de Tanakhun, y a saber qué otras cosas le había dicho o metido en la cabeza y, quizás, era él el principal responsable de que el menor lo estuviera ignorando tanto después de los pequeños progresos en su relación. "No quiero que las puertas y las paredes nos escuchen", sabía perfectamente que si hablaban en medio de las escaleras su hermano mayor iba a estar detrás de la puerta escuchando todo o incluso saldría en cualquier momento para no dejar que su "pequeño aprendiz" hablara con él.
Kim empezó a caminar por las escaleras de camino a su cuarto, el cual se encontraba en la primera planta de la casa, escuchaba los pasitos de Che a sus espaldas, por lo que al menos tenía la tranquilidad de saber que lo había convencido para que lo siguiera y poder hablar en la intimidad de su cuarto, sin que nadie los estuviera escuchando ni pudieran intentar complicar más la situación que Kim quería llevar a cabo de una vez por todas con el menor. Cerró la puerta a sus espaldas al ver al chico entrar detrás de él y lo vio sentarse en su cama, mientras que Kim decidió sentarse en la silla en la que solía sentarse cuando tocaba la guitarra por la noche.
"¿Y bien? ¿Puedo saber qué te pasa conmigo?", el mayor no sabía como empezar la conversación y sentía que tal vez esa no era la mejor forma para hacerlo, pero nunca había abierto antes su corazón con nadie y tampoco sabía como debía hacerlo correctamente. El menor lo miró, encogiendo sus hombros y negando con la cabeza, escuchó un "No sé a qué te refieres, P", Kim bajó la mirada y negó, el maldito loco de su hermano mayor le había enseñado muy bien cómo debía actuar para sacarlo de quicio. Se aclaró la garganta y siguió hablando "Hace semanas que me ignoras si nos vemos por la casa, algo ha cambiado desde la vez que preparamos el regalo de tu hermano en la cocina, en ese momento parecía que me estabas dando una segunda oportunidad, Porschay"
El menor lo miró, pero no contestó, recordaba que Tanakhun le había prohibido disculparse o explicarse delante de su hermano pequeño, debía ser fuerte, hacer que fuera Kim el que hablara y abriera su corazón, que fuera él quien se disculpara y explicara como se sentía por el repentino cambio de actitud que había tenido Che. El mayor de los dos sentía que su corazón iba a dejar de latir en cualquier momento si no descubría que era lo que estaba sucediendo concretamente, necesitaba una respuesta y estaba viendo que Che no se la iba a dar si no daba él el primer paso. Cerró los ojos con fuerza, "está bien, tú ganas", Kim asintió con la cabeza y miró al menor a los ojos, intentando ordenar las ideas que corrían a mil por hora en su cabeza.
"Sentía que me estabas dando una segunda oportunidad para empezar de cero, como si nada hubiera pasado y sé perfectamente que actúe muy mal y eso no debe perdonarse tan fácilmente...", paró antes de seguir hablando, cogiendo aire y negando, se sentía completamente estúpido abriendo su corazón por primera vez, ¿eso era lo que su hermano decía que sentía cuando se le declaró a Porsche en el bosque? Porque no le gustaba sentirse tan vulnerable delante de nadie. "Pero tenía miedo Che, estoy metido en un mundo en el cual nunca sabes lo que puede pasar y tenía miedo de que te pudieran hacer daño por mi culpa, como hizo o intentó hacer Tawan. No sabes el miedo que sentí en mi corazón en aquel preciso momento, cuando veía que se te llevaban y yo era incapaz de moverme e ir a por ti"
Che miraba con ojos llorosos al mayor, sentía como su corazón se detenía y latía más lentamente mientras le escuchaba hablar, nunca hubiera puesto la palabra miedo en los labios de Kim, nunca hubiera pensado que ese chico que robó su corazón desde que tenía uso de razón podría sentir algo como el miedo a perder a alguien y, quizás, había olvidado que Kim también era una persona humana, igual que él y también podía sentir esa emoción a pesar de formar parte de esa familia que, ahora, era también la suya. Había visto como no dudaba en desenfundar su arma si era necesario, le había visto matar sin mirar atrás, sin remordimiento, apretar ese gatillo sin problema alguno, sabiendo que estaba matando a otra persona. Pero ahora le acababa de decir que tenía miedo de que le hicieran daño.
El menor no sabía cómo contestar a eso, las lágrimas habían empezado a caer pero no era capaz de romper a llorar, no viendo como Kim era incapaz de mantenerle la mirada, viendo como las manos del mayor temblaban levemente mientras agarraban con fuerza la silla en la que estaba sentado. Se levantó de prisa de la cama y abrazó a Kim con fuerza, apretando su cabeza en su pecho y acariciando su pelo con delicadeza. Nunca había hecho eso después de la vez que durmieron en la casa del menor, y siempre había soñado en volver a hacerlo a pesar del dolor que aparecía en su corazón cada vez que pensaba en Kim.
Kim tardó en reaccionar, sus manos se movieron lentamente hasta llegar a la cintura de Che, abrazándola con fuerza, la misma que el más pequeño estaba ejerciendo para abrazarlo. Sentía como si su corazón se hubiera quitado un peso de encima, era una sensación bonita, tal vez esa era la sensación de la que habló Kinn, una sensación de liberación, de haber sido capaz de expresar lo que tu corazón quería decir pero no eras capaz de hacer. "Che, te quiero, y cuando pensé que me dabas una segunda oportunidad para demostrar que la había fastidiado y que podía cambiar y ser mejor persona para ti, sentía como si mi corazón latiera de una forma más rápida, como nunca lo había hecho antes..."
El menor colocó su dedo índice en los labios de Kim y sonrió levemente, negando con la cabeza antes de hablar, "No he podido perdonar el dolor que causaste en mi corazón, y no será fácil que pueda perdonarte, pero estoy dispuesto a esa segunda oportunidad, estoy dispuesto a empezar de cero contigo". Una sonrisa apareció de nuevo en los rostros de ambos y volvieron a abrazarse con fuerza. Esa noche, Che se quedó a dormir en el cuarto de Kim, le escuchó tocar la guitarra hasta las dos de la mañana, cantando para él esa canción que compuso y solo fue capaz de escuchar una vez entre lágrimas. Durmieron abrazados, la ventana abierta hacía que una pequeña brisa los ayudara a relajarse, Che escuchaba el latir del corazón de Kim apoyado en su pecho, mientras que el mayor acariciaba la espalda del chico con delicadeza, ambos relajándose en los brazos del otro, empezando una historia de cero para ellos dos.
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