Notaba las caricias en su brazo, sus labios sonreían ampliamente mientras se dejaba mimar. La ropa estaba tirada por el suelo, completamente desordenada, pero eso parecía no importarles en absoluto, no esconderían lo que había pasado en ese cuarto minutos antes, el más alto arregló el pelo con cuidado, mientras se incorporaba para poder dejar un leve beso en sus labios. El más bajo cerró los ojos, dejándose llevar por las caricias del otro, yéndose hacia otro mundo mientras se relajaba apoyado en su pecho, podía escuchar los leves latidos del corazón de Time en concordancia con los suyos. Ambos se miraban con un brillo en los ojos especial, un brillo que ninguno había experimentado antes con nadie más, y la tranquilidad se apoderaba de sus corazones al conocer que Kinn no había reaccionado de mala manera a su relación.
El más bajo se incorporó, aún cubriéndose el torso con la sábana, provocando que Time quedaran tapado únicamente de cintura hacia abajo. Cogió una de las camisas del suelo y se la puso, levantándose de la cama para poder ir hacia la ducha para prepararse para cenar y poder descansar. Time lo miraba mientras se fijaba en sus acciones, recorriendo el cuerpo de Tay con la mirada y sonriendo levemente; terminó por imitar sus acciones, aunque optó por no coger ropa y tirar del brazo del chico, llevándolo directamente a la ducha del pequeño apartamento que compartían desde hacía unos días.
Encendió el agua rápidamente, a pesar de las quejas del más bajo, ya que este seguían con su camiseta puesta y la iba a mojar, pero eso al más alto no le importaba, lo envolvió en sus brazos y le acarició la espalda. Lentamente, se deshizo de la única pieza de ropa que cubría al chico y lo besó rápidamente. Tay sonrió y no pudo evitar corresponder, mientras pasaba sus brazos alrededor de su cuello, acercándolo más a su cuerpo, rompiendo la leve distancia que había entre ellos. Las caricias volvieron a aparecer rápidamente, aunque estas parecían no ser tan inocentes como las de hacía un rato en la cama, incluso parecían ir con otras intenciones, al parecer había tiempo para una segunda ronda.
El primero en salir de la ducha fue Time, el cual mantenía la toalla enrollada en su cintura mientras se acercaba a la cómoda al lado de la cama para coger algo de ropa limpia para ponerse. Cogió unos pantalones de chándal grises y se dirigió hacia la cocina, dejando la toalla en el pequeño cubo que había al salir de su cuarto. Al llegar a la cocina empezó a preparar algo sencillo para poder cenar ambos, puso la pequeña mesa que había en el centro y cogió dos copas del armario, sacando el vino tinto favorito de Tay, sirviendo las dos copas que, después, llevó a la mesa junto a los platos de la cena.
Tay salió unos minutos más tarde, él ya había dejado la ropa con la que dormiría en el cuarto de baño antes de ducharse, por lo que salió con la ropa puesta y secando su pelo con la toalla que, al igual que el más alto, después dejó en el cubo negro al salir de la habitación. No pudo evitar sonreír tras ver la pequeña y saludable cena que, su novio, les había preparado a ambos. Brindaron y se besaron antes de empezar a cenar, no pusieron el televisor, preferían hablar o, simplemente, dejar que el silencio y la calma los envolviera tranquilamente, no les molestaba en absoluto quedarse callados.
Pequeñas miradas se desviaban en ambos, fijándose en como sonreía la persona que tenían en su lado, fijándose en pequeños detalles del otro al comer, en como el más bajo tendía a cubrirse con el dorso de su mano al sentirse observado, gesto que adoraba el más alto, lo encontraba adorable de su parte. Time acarició el pelo de Tay y sonrió de vuelta, levantándose para recoger los platos y sacar una bandeja con fresas que habían comprado esa misma mañana para poder comerlas después de cenar. Cogió el azúcar y la nata, dejándolo todo sobre la mesa para que cada uno las comiera como las prefiriera. Tay colocó una cucharada de nata en el borde de la bandeja y cogió una de las fresas, pasándola por la nata y comiéndola, mientras se tapaba la cara al sentir como el otro lo observaba con una sonrisa en sus labios.
Time se acercó a él y apartó sus manos, limpiando con una servilleta la comisura de los labios de Tay, provocando que este se sonrojara por completo ante tal acción a la que no estaba acostumbrado. Ambos empezaron a reír levemente y volvieron a centrar su atención en terminar de cenar antes de seguir dándose miradas y sonrisas, el mayor acercó una fresa a los labios del más bajo y este hizo la misma acción de manera inconsciente. Mordieron la fruta a la vez y sonrieron ampliamente, mientras el rubio se movía para poder apoyarse en el hombro de Time antes de seguir comiendo y dándose de comer de vez en cuando, hasta que terminaron la bandeja de fruta.
Se levantaron para poder recoger las cosas y apagaron la luz, sus manos se unieron y se guiaron hasta la habitación. Al tumbarse, Tay se apoyó de nuevo en el pecho de Time, intentando poder centrarse en su corazón una vez más, mientras que el más alto se centró en acariciar, de nuevo, la espalda del chico que descansaba en su pecho. Leves palabras se cruzaron en el aire, suaves te quiero y buenas noches fueron las únicas palabras que se escucharon en el ambiente, seguidas de pequeños besos. Tay fue el primero en quedarse dormido, Time prefería esperar a asegurarse de que el más bajo dormía antes de poder centrarse en dormir él también, quería asegurarse de que el rubio descansaba plácidamente para poder dormir más tranquilo.
Tay observaba el horizonte desde la ventana de su apartamento, recuerdos volvían a su mente involuntariamente, no quería recordarlos, no quería seguir pensando en ellos, porque entre más lo hacía más dudaba en cuál fue el punto donde todo se torció, en donde su relación empezó a llenarse de mentiras y de engaños, en que punto su perfecta relación de libro desapareció para convertirse en su peor tormento, o quizás siempre fue así y Time fue muy bueno escondiéndolo y engañándolo desde un inicio.
Un brazo rodeó su cintura, haciendo que todo recuerdo de Time desapareciera por completo de su cabeza, sus labios sonrieron de vuelta y se giró para poder mirar al menor a los ojos. Pasó sus brazos por el cuello de Macao y le revolvió el pelo mojado con cuidado de no hacerle daño, empezando a reír ante la escena tan adorable que acababan de recrear. Sus ojos estaban levemente humedecidos, pero negó ante la pregunta del más alto, no quería pensar en ello de nuevo, ya que ese chico era el único motivo que lo hacía olvidar todo lo malo que le hizo pasar el otro, y no quería que sus pensamientos le arruinaran los ratos al lado de Macao, ya no.
Juntó sus frentes y cerró los ojos, dejando que sus narices jugaran levemente antes de empezar a reír, abrazando al otro con fuerza. Macao lo elevó en el aire y lo sentó encima de la cama, tirándose encima de esta después y empezando a reír, Tay lo miraba con una gran sonrisa en sus labios y se apoyó sobre sus manos para observar esa felicidad que tanto adoraba del menor, una felicidad que, sin saberlo, le había regalado él. Ver al chico sonreír era lo que le bastaba para sacar de su cabeza a Time, para borrar de su cabeza todo recuerdo a su lado y llenarlo con nuevos recuerdos al lado del chico que le había reconstruido el corazón sin darse cuenta y que ahora lo tenía mirándolo con una sonrisa de oreja a oreja, una sonrisa que solo él había sido capaz de provocar en el mayor.
-Time<3