Macao - Tay

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"Yo, lo siento, pero..." la voz del rubio sonaba débil, su mirada no se despegaba del suelo y se mantenía clavada en ese lugar, sin atreverse a mirar al chico que tenía delante de él. Macao lo miraba con los ojos llenos de lágrimas, no entendía que sucedía de golpe, en qué momento todo se había torcido a ese punto, quería tocarlo, pero Tay se alejó cuando se percató de que el chico se intentaba acercar a él. El menor sentía como su corazón latía de forma rápida, confundido como hacía mucho tiempo que no se sentía, su mano se detuvo en el aire tras ver como el rubio se alejaba tan rápidamente y la bajó, escondiéndola dentro de la manga de su sudadera. Reprimía sus lágrimas a contra de su voluntad, no temía que Tay lo viera llorar, ya lo había visto en otras ocasiones, ya se habían visto por completo antes, pero su corazón le pedía tiempo, le pedía que no llorara todavía, era como si su propio corazón estuviera reteniendo las lágrimas para que no pudiera caer por mucho que sus ojos ya estuvieran al borde de inundarse por completo.

El motor de una motocicleta deteniéndose en el porche del apartamento donde habían estado viviendo Macao y Tay esas últimas semanas, en aquella casa de postal que solamente ellos dos conocían, hizo que Macao desviara la mirada hacia el ruido, sus puños se apretaron con fuerza cuando reconocieron a la persona que se encontraba en el vehículo, la cual estaba quitándose el casco y bajando de su moto. Su sangre ardía y se apartó, dirigiéndose hacia esa persona y empujándola con fuerza. "¿Qué le dijiste a P'Tay, eh?", su tono era agresivo por primera vez en mucho tiempo, siempre había intentado mantener las formas por respeto a Tay, y porque no podía rebajarse al nivel de la otra persona. Al escuchar la risa de Time, Macao tuvo que aclarar su garganta para evitar romper a llorar en ese momento exacto, hacía menos de tres semanas que había empezado a salir de manera oficial con Tay y, después de una tarde, el rubio había vuelto siendo una persona completamente diferente.

"Te dije que volvería, y que no te ilusionaste con una persona que ya tiene dueño", la voz del chico que tenía delante sonaba en eco en la cabeza de Macao, lo volvió a empujar con fuerza y repitió casi las mismas palabras que hacía un rato, "¿Qué le hiciste a P'Tay? No te lo voy a repetir una vez más", la sangre de su cuerpo había empezado a hervir, podía sentir la rabia crecer en su corazón, incluso las ganas de llorar habían desaparecido por completo para dar paso a su enfado. Aunque ni él mismo sabía que era exactamente lo que sentía en el fondo de su corazón, sabía que no estaba enfadado y lo sabía perfectamente, pero era su cuerpo el que respondía de esa forma, porque en realidad sentía dolor y desconcierto, sentía miedo y era ese mismo nudo de emociones lo que le provocaba la rabia que sentía dentro. Quería respuestas, sabía que Time había tenido algo que ver en el cambio del mayor, ese cambio de actitud tan rápido y tan impropio de Tay, de su pareja.

"El mismo volvió a mí por sí solo, únicamente lo llamé para ir a hablar a un café, solamente dije dos sencillas palabras y bastaron para que volviera a mis brazos, olvidándose por completo del pequeño hermano de Vegas~", la cabeza de Macao daba vueltas y, sin percatarse, golpeó con fuerza la cara de Time, provocando que este cayera al suelo. El menor podría haber seguido golpeándolo, desahogando toda esa rabia que sentía, pero no lo hizo, se detuvo tan rápido como se percató de lo que había hecho. Escuchó el grito de Tay y vio como este corría para agacharse y ayudar a Time a levantarse, Macao no podía justificar lo que veía con sus propios ojos, no podía creer que el rubio estuviera ayudando a la misma persona que lo dejó completamente roto hacía unos meses atrás. "Él no hizo nada, yo decidí volver y perdonarlo, tú mismo dijiste que creías en las segundas oportunidades. Me pusiste el claro ejemplo de tu hermano y Pete"

La voz de Tay rompió como cristales afilados el corazón de Macao, y más cuando usó el ejemplo de Vegas y Pete. No podía creer lo que estaba escuchando y por mucho que Tay justificara que fue él quien decidió quedar con Time para arreglar las cosas, seguía sintiendo que había alguna cosa que se le escapaba en sus narices y no era capaz de ver o entender. Intentó articular alguna palabra, de igual forma que había hecho con Time minutos antes, pero cuando veía al mayor a los ojos sentía que sus palabras no podían salir, sentía un nudo en la garganta que, si lograba sacar, solo lograría romper a llorar al segundo. "Ni siquiera le dejé hablar o explicarse, nunca, yo también compliqué las cosas por no hablar con él antes de que todo explotara y preferí irme contigo". Macao escuchaba las palabras del rubio con atención, aun sin entender lo que decía, como si estuviera hablando en un idioma que no lograba entender o descifrar, su corazón iba a mil por hora intentando descifrar el mensaje que había escondido detrás de ellas, aunque su cabeza le golpeaba diciéndole que no había nada escondido, intentando que su corazón dejara de intentarlo.

KinnPorsche cortos (2a parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora