Era medianoche, Tay descansaba encima del pecho de Macao mientras jugaba con sus dedos encima de la palma de la mano del otro. Macao, por su parte, observaba la tierna imagen que tenía encima de él mientras que su mano libre acariciaba y peinaba el pelo del mayor con delicadeza. Habían pasado toda la tarde entre besos y caricias, de la mesa de la salita al sofá, y finalmente en la cama, ni siquiera se habían planteado levantarse para ir a preparar la cena o pedir alguna cosa, ninguno de los dos quería romper el momento, se sentían demasiado en su pequeña burbuja como para salir de ella.
Pero a veces sus cabezas los traicionaban y de la nada los atacaban recuerdos dolorosos. En esta ocasión le sucedió a Tay, llevándolo de vuelta a un recuerdo espantoso con Time.
Tay recordaba a la perfección aquella noche, fue de las últimas veces que se acostó con Time, incluso a veces cuando tocaba su cuerpo al ducharse o cuando Macao lo acariciaba era como volver a aquella vez. Aún no era consciente de lo mal que lo trataba su pareja, aún no era capaz de aceptar y asumir que su pareja, la persona de la que estaba completamente enamorado, lo había estado engañando, que ya no le importaba cómo se sentía o como estaba. Recordaba el frío de la cama cuando se despertó al día siguiente, sin él a su lado, recordaba el dolor en sus piernas y en su espalda, la ropa estaba toda tirada por el suelo, y su cuerpo estaba completamente frío encima de la cama, desnudo, sin nada que lo cubriera. Se fue a la ducha aún con ese sentimiento de confusión en la cabeza que lo hacía dudar de lo que había sucedido la noche anterior.
Vio llegar a Time con alguien a su lado, escuchaba sus voces, pero no lograba reconocer quien era la otra persona que estaba con él, su ilusión que apreció al escuchar la voz de su chico desapareció al ver como besaba a la persona que estaba enfrente de él. Era real, todo lo que él no quería creer era verdad, Time no era una persona fiel y por eso había cambiado su forma de ser en los últimos meses y ahora lo acababa de ver con sus propios ojos, ya no podía seguir mintiéndose a él mismo por lo que hacía a su relación, Time ya no le quería... se encerró en el baño, las lágrimas habían empezado a caer tan rápido como su cabeza había empezado a golpear su corazón intentando demostrarle que lo que llevaba tiempo pensando era real y que Time ya no era el mismo, que por las noches no dormía en casa porque se iba con otro y no como su corazón quería entender.
Mientras dejaba que el agua fría recorriera su cuerpo, a medida que esta iba descendiendo podía ir recordando lo que había pasado la noche anterior, se les fue completamente de las manos después de haber bebido un poco más de la cuenta. Besó a Time al llegar a casa, tan pronto como la puerta de su apartamento se había abierto, la ropa empezó a sobrar entre ellos y casi se la iban arrancando a cada paso que daban dentro del lugar. Cuando llegaron a la habitación, el más alto lo empujó, provocando que Tay cayera a la cama, pero su mente se volvió a emborronar cuando escuchó la puerta cerrarse, por lo que rápidamente saludó indicando que estaba dándose una ducha. No sabía si Time recordaba lo que había pasado, tal vez manos bebieron mucho y tampoco era capaz de recordar lo que pasó, pero ¿por qué se fue sin avisar? No había dejado ninguna nota o alguna cosa, ni siquiera se había molestado en taparlo con la sábana.
Salió al poco rato y se puso el pijama, intentando esconder el temor de su mirada tras una sonrisa y un poco de alegría por ver de nuevo a su pareja en casa, aunque en el fondo de su corazón este estuviera llorando y gritando por una explicación. Se sorprendió al ver el rostro de Time y como este sonreía ampliamente y lo abrazaba antes de preguntarle sobre cómo estaba, fingía preocupación, pensando que Tay no había visto nada, quizás incluso pensaba que acababa de despertarse. El rubio negó con la cabeza antes de justificar que a penas recordaba bien lo que había sucedido la tarde anterior, pero la risa de Time lo sacó aún más de sus pensamientos, desconcertándolo por completo. "Simplemente, te desmayaste cuando terminamos, y yo recién me levanté y salí a comprar un par de cosas para desayunar, estaba preocupado".
El rostro de Tay se descompuso, verdaderamente tenía la mente en blanco porque perdió la consciencia mientras se acostaban y Time fue incapaz de, ni siquiera, ayudarlo a taparse o cubrirse con alguna manta para que pudiera descansar. No estaba preocupado, y eso Tay lo sabía a la perfección, ¿pero qué podía hacer? No podía dejarlo, no podía decir lo que había visto minutos antes porque no podía dejar a Time, su corazón no podía. El rubio negó con la cabeza y se apoyó en su pecho, sus piernas temblaban levemente, aún dolían y suponía que el motivo era por el revolcón de la noche anterior, habían bebido antes, pero nunca había llegado al punto de perder el conocimiento al terminar. Intentó sacar la idea de su cabeza varias veces, tal fue la misma resaca la que le provocó ver a Time con otra persona, ¿verdad? Igual que se desmayó tras acostarse con su pareja, también podía haber visto algo que no era, además Time traía alguna cosa en una bolsa para desayunar, esa parte no podía ser mentira.
"Aunque podemos repetirlo cuando quieras, no conocía esa parte de ti a pesar de llevar tantos años juntos, y me gustó demasiado", el rubio correspondió al beso de Time y se apartó con cuidado, intentando no parecer incómodo. "Quizás deberíamos comer primero, estoy sin fuerzas todavía", la voz de Tay sonaba un poco acelerada, buscando alguna excusa para sacarse al otro de encima y corrió a la cocina para poder preparar alguna cosa para tomar junto con las pastas que había traído el más alto. Su pecho empezaba a encogerse y sentía que le faltaba el aire, no recordaba casi nada de esa noche y por mucho que intentaba hacerlo se sentía mareado cada vez que lo hacía o se forzaba a ello, pero no entendía el porqué, al parecer lo habían pasado bien ¿no? Que importaba, él se encontraba bien y no arruinó la noche, sino al contrario, no había necesidad de preocuparse tanto.
Las manos de Time en su cintura lo sacaron de sus pensamientos y apoyó la cabeza en su hombro, notando como una de las manos de su pareja recorría su espalda hasta llegar a su pelo, donde tiró levemente de él, provocando un leve suspiro de los labios del rubio. Su piel se erizó y de golpe fue como si los recuerdos volvieran a él, recordó cada detalle de aquella misma noche, recordaba el porqué de su desmayo, y sus mejillas se pusieron completamente rojas, girándose rápidamente y quedando cara a cara con Time. Sentía vergüenza ante lo sucedido, y aunque era incapaz de explicar qué pasó exactamente o cuál era el motivo para que se desmayara, sentía que lo que sucedió ayer por la noche fue un error, sentía esa sensación de nuevo en su estómago, como sus piernas fallaban levemente por el cansancio, ese mismo que sentía por la noche cuando se acostaba con Time y como este lo sujetaba con fuerza, sin detenerse en ningún momento. Tay tampoco pidió que parara, escuchaba a la perfección sus palabras en el recuerdo, y solo quería tumbarse en la cama y encogerse por la vergüenza, él no era así y no entendía por qué se dejó llevar y hacer de esa manera por el otro.
Time lo levantó, sentándolo en el mármol de la cocina y besó su cuello sin pedir permiso, Tay se quedó paralizado sin saber bien bien cómo reaccionar, si dejarse llevar o detener al chico. Intentaba corresponder a sus acciones, pero su cuerpo no reaccionaba correctamente, no estaba cómodo, ahora no. Quería apartarlo, pero su cuerpo no respondía como su mente quería, su corazón no quería soltar al chico y seguía aferrándose a la idea de que todo era mentira y una imaginación, por lo que finalmente decidió seguir las acciones de Time y dejarse llevar por completo, tal vez esa era la única forma de recordar qué hizo esa noche y que le gustó tanto al otro, aunque quizás se arrepentiría más tarde.
Macao supo que algo no iba bien con el mayor, le agarró la mano con fuerza y hundió la cabeza en su pecho mientras empezaba a temblar levemente, el más alto lo abrazó con fuerza dejándole tiempo al otro para que se calmara entre sus brazos.
A veces les pasaba, se perdían en su mente y lo pasaban mal, pero al volver siempre encontraban al otro a su lado, abrazándolo con fuerza y alejando a los fantasmas del pasado.
-Moon & Time