Y ahora nos ubicamos en un centro comercial en el centro de la ciudad.
De primera mano, cuando Ren le había dicho eso de ir al centro comercial para comprar algunas "cosas", –no comprendió el uso de las comillas–, se imaginó que sería para comprar algunos regalos para el pelirrojo, y sin embargo, esa idea estaba fuera de la realidad en aquel momento.
Realmente, estaba afuera de su realidad, porque el castaño ya tenía una idea en mente.
Y entonces ahí se encontraba Gakushū, dentro de un vestidor listo para morirse de vergüenza mientras se veía en el espejo de cuerpo completo.
— ¿Por qué tengo que utilizar esta ropa? — Preguntó, avergonzado por su propio reflejo, y utilizando sus manos para estirar un poco más la falda que portaba.
Era demasiado corta para su gusto.
De igual manera, eso de utilizar ropa femenina no le llamaba para nada la atención, menos cuando la que estaba utilizando mostraba más piel de la que le gustaría, además de que esa falda en particular marcaba demasiado su cintura.
— ¡Es sólo una prueba, aún hay más ropa! — Respondió el castaño del otro lado del vestidor, ya sin ganas de tener la misma discusión por quinta vez — ¡Ya sal de una vez, no puede ser tan malo! — Exclamó.
Gakushū suspiró apenado, revisando por última vez la ropa para checar que no mostraba de más, y así finalmente recorrió la cortina del vestidor, deseando también que no hubiera ninguna persona en aquellos lugares.
Sí alguien más lo viera vistiendo eso, buscaría una ventana.
¿Qué pasó con Ren?, bueno, él casi se desmayaba por hemorragia nasal al ver a Gakushū.
Con sus ojos como platos, miró de arriba a abajo a su amigo de cabello naranja, aún sin poder creer lo que estaba viendo.
El conjunto de ropa que Gakushū portaba, no era otra cosa que un atuendo navideño, que consistía en una mini falda de color rojo con los bordes afelpados de color blanco, y con un cinturón negro que era el que más marcaba su cintura, una camisa corta que le llegaba arriba del ombligo, sin hombros y del mismo color de la falda. Guantes y medias largas de un color negro, botas negras para mujer que le llegaban unos centímetros debajo de la rodilla, y contando con un top negro debajo de su camisa, dejando ver sólo los tirantes.
Y bueno, su posición no mejoraba mucho su imagen masculina que se veía de por sí opacada por la ropa.
Tenía sus piernas juntas en la parte de arriba, mientras que su rodilla derecha estaba ligeramente doblada a un lado, manteniendo una de sus manos en los bordes de la falda, y su mano contraria tomando su otro brazo por arriba del codo.
— ¿C–Cómo me veo? — Preguntó al borde de la muerte debido al sobrecalentamiento de su rostro.
— Oh, por Buda — Ren murmuró con sorpresa — ¡Te vez increíble, Gakushū! — Exclamó con una gran sonrisa, y siendo sincero, por poco y no reconocía a su amigo.
El sonrojo en Gakushū creció aún más sí es que eso era posible, aunque su vergüenza seguía siendo más por la ropa que tenía que por las palabras del castaño.
— ¿D–De verdad lo crees? — Preguntó inseguro, soltando finalmente el borde de la falda para ponerse derecho, ya tomando un poco más de confianza en sí mismo y en la ropa que tenía. Eso sí, sí alguien más entraba a los vestidores no dudaría en lanzarse de regreso al vestidor que estaba utilizando.
— Por supuesto, apuesto todo a qué Karma estará encantado, mas porque él podrá ver más — Respondió con picardía, codeando en el proceso al de cabellos naranja.
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Amor en la oscuridad
FanfictionTodos tienen una historia de la cual nunca hablan, y Karma tenía una