Capítulo 71 - Miéntras que ellos juegan

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— K–Karma... ¿qué quieres hacer? —.

Se adentró a la habitación con un paso ligeramente inseguro, jugando nerviosamente con sus manos mientras veía la decoración. Una de las tantas habitaciones de invitados en aquella casa perteneciente a los padres de su querida pareja.

La mansión Akabane.

El piso era de madera de roble, las paredes de color vino y el techo de color blanco. Frente a él, una cama matrimonial con almohadas blancas bastante suaves y esponjosas a la vista, con sábanas del mismo color que las paredes.

En las paredes, algunas obras de arte.

Se dió la vuelta, observando como Karma ya había entrado y cerrado la puerta, colocando el seguro.

— Pensé que ya lo sabrías, Violett — Sonrió coquetamente, acercándose y tomándolo de la cintura, llevándolo lentamente a la cama y sentándolo en aquel lugar.

— Karma, no — Posó sus manos en el abdomen de su marido, impidiéndole acercarse más — Nos pueden descubrir — Debatió.

— No lo harán, Gakushū — Tomó las manos del mayor, apartándolas — Todos están ocupados en los juegos que hemos organizado — Se acercó un poco más, rozando suavemente sus labios contra el cuello de Gakushū — Vamos... aprovechemos este momento juntos mientras que ellos juegan —.

Dio una pequeña mordida en su cuello.

Gakushū se estremeció ligeramente, llevando sus manos a la espalda de su pareja, dejando que éste lo acostara con cuidado sobre la cama, comenzando a besar su cuello.

También quería hacerlo.

— Ah... K–Karma... — Jadeó.

— Tranquilo, me aseguraré de no dejar ninguna marca — Susurró en su oído, volviendo a besar su cuello, mientras que sus manos descendían lentamente por el cuerpo de Gakushū.

Karma se separó después de unos minutos, observando a Gakushū con una sonrisa. Dejó un beso en sus labios, para después acercarse a la falda del vestido, lo levantó levemente, relamiendo sus labios al ver las piernas descubiertas de Gakushū.

Tomó sus piernas por sus muslos, abriéndolas ligeramente.

Se arrodilló frente a él, besando y mordiendo los muslos de Gakushū, está vez dejando varias marcas y chupetones. Como consecuencia, el mayor comenzó a gemir en voz baja, removiéndose en su lugar, mientras que mordía su labio inferior, sólo para impedir que su voz sonara demasiado alto.

— Ah... K–Karma, hm~ — Gakushū lo miró con sus mejillas sonrojadas, un poco avergonzado.

Karma lo miró atentamente por unos segundos, soltando después una pequeña risa. Se acercó a su rostro y mordió el lóbulo de su oreja, luego dejando besos en sus mejillas.

— Te amo tanto, Gakushū — Dejó un beso en sus labios.

El pelirrojo llevó sus manos por debajo del vestido, tomando los bordes de la ropa interior de Gakushū, comenzando a bajarla lentamente hasta dejarla cera de los tobillos.

Sonrió con deseo.

— Date la vuelta — Ordenó con una mirada de lujuria.

Gakushū acató la orden sin decir nada, Karma ayudándolo para que se arrodillara en el suelo, apoyando sus brazos sobre la cama y dejando sus caderas alzadas. Las manos de Gakushū se aferraron a las sábanas, acostando su rostro sobre el colchón de la cama, buscando callar sus gemidos mientras sentía las manos de su marido tocar otros lugares.

El menor llevó sus manos en medio de las piernas de su pareja, sus dedos jugueteando sobre el lugar que más parecía gustarle a Gakushū.

— Hm~, m–más — Susurró en voz baja, gimiendo suavemente mientras se acomodaba mejor, disfrutando del momento de calentura con su marido.

Karma separó un poco más las piernas de Gakushū, tomando su miembro y comenzando con un lento movimiento de arriba a abajo.

Gakushū se estremeció, sus gemidos subiendo cada vez más de intensidad, intentando callarlos inútilmente con una de sus manos, mientras que la otra seguía aferrándose a las sábanas, sus ojos llorosos por el placer.

No negaría que le gustaba tener esos momentos con Karma.

Siento que es más sensible... —.

— Karma, ah~... m–más rápido... — Gimió, moviendo un poco sus caderas, quería más contacto.

El pelirrojo rió suavemente, sonriendo con malicia mientras hacia lo ordenado, con su mano contraria seguía jugando con la entrada de Gakushū.

— ¿Te gusta de esta forma, querido? — Cuestionó, sólo para asegurarse que el de cabellos anaranjados se encontraba cómodo en la posición en la que se encontraban, de ser lo contrario, buscaría otra forma para hacer lo que ambos querían.

— S–Sí... hm~ —.

Comenzó a mover su mano más rápido, con su otra mano comenzando a meter dos dígitos en el interior de Gakushū, quería prepararlo lo antes posible. Tampoco quería tardar demasiado.

Cuando Karma consideró que el mayor ya estaba listo para ir más adelante, se separó, quitándose su cinturón y luego bajando un poco su pantalón junto con su ropa interior. Su "amigo" ya estaba ansioso por dar el siguiente paso.

Así como Gakushū ya quería comenzar.

— Ya entraré, ¿está bien? — Comenzó a dejar besos en sus piernas.

— S–Sí — Respondió con voz ansiosa, preparándose para lo que iba a suceder a continuación.

~ • ~

— ¿Quién es él? — Hito le cuestionó a Saya, acomodando sus lentes mientras observaba al hombre con el que Haruka estaba bailando en ese momento.

Es lindo — Seiryu pensó.

— Agh, el nuevo pretendiente de Haruka... aparentemente — Saya se cruzó de brazos — Como sí nada, ese tipo vino aquí y la invitó a bailar — Miró a otro lado.

— Se me hace que alguien está celosa~ — Seiryu jugueteó con Saya.

— Ah, creo que lo reconozco. ¿Tanaka Isayama?, creo. Era compañero de Karma que me acuerde. ¿Se acuerdan el tipo que empujó a Karma a la piscina en la fiesta de graduación de la universidad? — Asintieron — Ese mismo —.

— Bien, ya me agradó — Saya sonrió.

— Por cierto, ¿han visto a Karma y a Gakushū?, hace tiempo que no los veo — Seiryu los miró.

— Por ahí deben de andar — Hito se encogió de hombros — Por cierto, Seiryu, ¿quieres bailar un rato?, siento que ya necesito hacer otra cosa que simplemente vagar por aquí — Sonrió mientras le tendía su mano.

— Claro, Hito —.

Y otra vez sola — Saya observó como Hito y Seiryu se iban a la pista de baile, luego observó a Haruka y a Isayama, su mirada terminó en Satoshi y Sakakibara.

— Ahm... disculpa... ¿podrías concederme una pieza, Ichinose–san? —.

Saya se volteó, observando con interés a la persona que le había hablado. Hombre de estatura promedio, cabello castaño y ojos avellana. Kyosuke Nishimura, su ex compañero en el área de administración en la universidad.

Se encogió de hombros, sonriendo.

— Claro, Nishimura–san —.

Amor en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora