Capítulo 49 - Promesa

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Karma acarició delicadamente la mejilla de Gakushū, sonriendo amorosamente y sintiendo como su corazón latía desenfocado... algo que sólo una persona podía provocar.

Gakushū le regresó la misma sonrisa, con una pizca de intriga en su mirada.

— Violett... desde la primera vez que cruzamos miradas en el pasillo, sentí como tú despertabas un sentimiento totalmente desconocido en mi... me dio miedo los primeros días, no mentiré, pero... también me hacia feliz —.

De manera lenta, el mayor colocó sus manos sobre los hombros del mayor, sus mejillas ruborizadas y su corazón desbordando de felicidad.

El amor podía ser peligroso... pero también hermoso.

— Y siendo sincero... jamás creí que siquiera pudiera tener una oportunidad contigo, con el chico perfecto del instituto... ¿podría alguien tan brillante fijarse en alguien sin futuro? —.

Gakushū no sabía sí era una pregunta en sí, sí debía de responderla o sólo continuar escuchando. No lo dijo con palabras, pero demostró una aceptación al momento de juntarse más con el pelirrojo.

Siempre tuviste un futuro... — Pensó.

— Y ahora estamos aquí, en tu cumpleaños... los dos, como pareja, y sé que tal vez pueda sonar apresurado, pero... —.

Gakushū retrocedió un paso, sus ojos abriéndose con sorpresa y conmoción, observando con melancolía como el pelirrojo sacaba una pequeña cajita de color negro de uno de los bolsillos de su gabardina.

¿Era lo que él creía?

— Somos jóvenes, nuestro futuro no esta definido, y no sé sí nuestros sentimientos puedan perdurar en la oscuridad en la que nos encontramos. Pero mientras estemos aquí, me gustaría que juntos aprendieramos el significado de amar sanamente, de querernos y apoyarnos... —.

Karma se puso en una rodilla, abriendo la cajita y revelando dos hermosos anillos de plata, uno en especial, contaba con tres pequeñas gemas, dos rojas y una anaranjada.

Un anillo que tradicionalmente se entregaba luego de años de casamiento, representando el pasado, el presente y el futuro.

Pero para ellos... era algo que desde antes ya veían consigo.

— No te puedo prometer un futuro seguro, ni una vida tranquila. Pero lo que sí puedo asegurar, es que te querré en cada momento que estemos juntos, y me encargaré de hacerte sentir que eres único y tratarte como siempre mereciste —.

Gakushū llevó sus manos a su boca, sus ojos cristalizados y sus mejillas sonrojadas, con un sentimiento de nostalgia y alegría.

Eran jóvenes para amar tanto y en poco tiempo, para prometer con el corazón, pero lo intentarían.

"El que no arriesga, no gana. Y sí pierde, aprende una enseñanza"

— Así que, aunque no tengamos un futuro seguro, con este anillo, ¿me harías la promesa de casarte conmigo al ser mayores? — Sonrió tiernamente, esperando con ansias la respuesta del mayor.

— ¡Si! ¡Claro que sí! — Respondió con emoción, abrazando a Karma con alegría.

Karma suspiró, sonriendo mientras correspondía el abrazo. Al separarse, el pelirrojo se incorporó nuevamente, sacando el anillo con gemas de la cajita, más sin embargo, antes de entregárselo, quizo añadir algo más.

"Amor en la oscuridad" —  Leyó la pequeña frase escrita en el interior del anillo, tomando suavemente la mano de Gakushū, y colocando el anillo en su dedo índice.

Gakushū observó con una sonrisa el anillo en su dedo, tomando el último anillo que quedaba, y colocándoselo a Karma.

Karma colocó las manos de Gakushū entre las suyas, un leve sonrojo en su rostro, su mirada brillando con emoción y la esperanza de un mejor futuro.

— Gakushū, eres alguien especial para mí, quizás más de lo que debería, y eso me encanta — Dejó un pequeño beso en su mejilla — Me alegra que hallamos llegado hasta aquí juntos, incluso cuando al principio tuvimos grandes diferencias... prometo hacerte feliz mientras esto dure —.

Con cuidado, pasó sus manos por las mejillas de Gakushū, limpiando sus lágrimas, sonriendo con amor.

Gakushū le devolvió la sonrisa, conmovido por sus palabras. Con sus manos limpio las lágrimas restantes, sintiendo como el tiempo parecía detenerse, con ellos dos en ese bucle, donde podían revivir su momento especial por siempre.

Las manos de Gakushū se posaron de nueva cuenta en el abdomen de Karma, quien lo tomó de su cintura, acercando más sus cuerpos, transmitiéndose calor en medio de esa noche helada de invierno.

Sus labios lentamente comenzaron a acercarse, hasta sellar su promesa con un cálido beso.

— Te amo, mi Gakushū —.

— Y yo te amo a ti, mi Karma — Respondió con una sonrisa enamorada, abrazándolo con fuerza y ocultando su rostro en al abdomen del pelirrojo.

Luego de un tiempo, ambos se separaron, rieron ligeramente, compartiendo un rápido beso.

— Vamos a casa, Violett —.

— Si —.

El regreso a su hogar fue más corto que el principio del largo viaje que habían hecho a ese lugar. Y ahora los dos se encontraban acostados en la cama, mirándose directamente con sonrisas de ternura.

Quizás algo de complicidad en sus miradas.

— Te amo, Violett — Murmuró el menor, tomándolo de la cintura y dejando un beso en su mejilla.

— También te amo, Cariño — Respondió, abriendo con picardía la camisa del pelirrojo, dejando que sus manos hicieran contacto directo con el abdomen de Karma.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal del pelirrojo, sonriendo coquetamente mientras llevaba sus manos por debajo de la camisa de Gakushū, acariciando suavemente su espalda, de manera lenta pero pasional.

Acercó más sus cuerpos, sus manos explorando mejor el cuerpo de su pareja.

— K–Karma... — Jadeó en voz baja, abriendo ligeramente sus labios mientras dejaba salir un suspiro de placer.

Karma sonrió con complicidad, abrió la camisa de Gakushū para dejar a la vista su abdomen, acariciando la piel expuesta mientras juntaba sus labios en un intenso beso lleno de pasión y deseo.

Sin perder el ritmo del beso, Gakushū abrió ligeramente sus labios, dejando que Karma invadiera su cavidad bucal con su lengua, aferrándose más a los hombros del pelirrojo, con su cuerpo temblando ligeramente por las emociones que estaba experimentando.

— ¿Me dejarías poseerte está noche... my lady? — Preguntó, susurrando en su oído mientras se posicionaba arriba de él, sujetándolo de la cintura.

— S–Si — Sonrió tímidamente, mirándolo con complicidad.

Karma comenzó a repartir suaves besos en el cuello de Gakushū, acariciando su espalda y cintura de manera lenta, asegurándose de marcar el cuerpo de la persona que le pertenecía.

Gakushū jadeó en voz baja, entrelazados sus brazos al cuello de su pareja, enredando sus dedos entre el cabello del pelirrojo, jugando con las hebras rojizas de cabello mientras disfrutaba de los besos en su cuello, y del tacto del pelirrojo en su cuerpo.

— De verdad te amo, Gakushū — Confesó en voz baja, bajando las besos al abdomen del mayor, dejando leves mordidas en sus pezones.

— T–También te amo, Karma — Respondió en un suspiro de placer, cubriendo sus ojos con su antebrazo, dejando escapar pequeños gemidos de placer.

Le encantaba cuando Karma lo tocaba de esa manera.

Haciéndolo sentir querido, especial, único. Tocándole como sí se tratara de una fina pieza de porcelana, y dejando besos y caricias en donde sabía que eran sus lugares favoritos.

Le encantaba sentir el calor que el pelirrojo le transmitía, la calma y pasión, el amor y la lujuria.

Un momento perfecto.

Amor en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora