Capítulo 29 - Subasta

56 11 3
                                    

Era casi la media noche, y eso sólo significa una cosa para el protagonista pelirrojo de esta historia.

Era hora de recuperar lo que le pertenecía.

Karma se encontraba caminando con tranquilidad por las calles de la ciudad de Kioto, escondiéndose de vez en cuando en los callejones más oscuros que había.

Hace ya unos días se había aplicado un bloque de queda para la mayor parte de las personas, así que debía de tener cuidado de no encontrarse con algún oficial de policía que estuviera haciendo patrullaje, lo que menos necesitaba ahora era llamar la atención.

Había estado trabajando en un plan desde hace cinco días, gracias a una persona experto en combate y en el área del asesinato, que por cierto, tenía a la policía y al gobierno de Japón comiendo de su mano.

Fue una buena idea contactarlo ese día.

— Ya puedes ir — La voz de Lovro se escuchó atraves del comunicador.

— De acuerdo — Respondió con una ligera sonrisa, comenzando a caminar hacia el centro comercial abandonado a unas cuadras de distancia.

Había estado rondando el lugar todo este tiempo, debido a que necesitaba el permiso de Lovro para poder entrar, y que de esa forma nadie sospechara de lo que podría pasar esa noche.

Cuando llegó se aseguró de entrar por medio de una puerta en un callejón que conectaba con dicho edificio, colocándose un antifaz negro de toques dorados, caminando por unos minutos hasta llegar al área de comida rápida, dirigiéndose al único lugar que estaba abierto y que era custodiado por una persona de traje negro.

— Identificación —.

El hombre no se inmutó por su presencia, él sólo estaba haciendo su trabajo.

— No lo necesito, Red Dawn me envió — Respondió con calma sonriendo con psicopatía, era momento de entrar en el papel.

El hombre de traje se quedó paralizado por un momento, dando de forma inconsciente una reverencia ante el adolescente como acto de respeto al saber quién lo había mandado.

— Adelante —.

Karma sonrió ligeramente mientras comenzaba a caminar al interior del local, recordando en el proceso el como se sentía tener a todos bajo sus órdenes sin que nadie se opusiera.

Quizás volvería a hacerlo, pero en menor medida, claro.

Regresando al presente, Karma bajó por unas escaleras que había detrás del mostrador del lugar, llegando a un pasillo muy mal iluminado, pero con una especie de salida decorada con luz anaranjada.

Con curiosidad siguió con su camino, llegando finalmente a aquel lugar que tanto esperaba.

Era una habitación realmente espaciosa, con varias personas hablando o riendo mientras tomaban algo de unas copas, todos con ropa de gala y antifaces. Y con un gran escenario en uno de los lados de la habitación.

Se mezcló fácilmente con las personas, que lo trataron como igual o incluso superior tan sólo con mencionar el apodo de "Red Dawn".

Eso sin duda que lo ayudaba demasiado.

Pasó cierto tiempo desde su llegada, cuando cuatro personas aparecieron subiendo al escenario.

Era una mujer de buen cuerpo con un traje negro provocativo que no dejaba nada a la imaginación, un hombre de traje blanco y bastón, y por último dos hombres robustos que cargaban alguna especie de caja cubierta con una lona blanca.

— ¿Red Dawn está aquí? — Preguntó el hombre de traje blanco en un murmullo, dirigido a la única mujer a su lado.

— No, nos contactó hace unos días para decir que no podrá asistir, sin embargo, declaró que alguien más vendría en su lugar para ver si su encargo es de su agrado — Respondió igualmente en un murmullo.

— ¿Y se podría saber quién es esa persona? — Cuestionó.

— No dio detalles de quien sería, pero según el guardia que lo recibió era pelirrojo, de traje y antifaz negro, con este último con unos detalles dorados en los bordes —.

El hombre de traje blanco dirigió su mirada al público, buscando entre las personas a alguien con las características dichas, encontrándolo después de unos segundos en una esquina del lugar hablando tranquilamente con una mujer pelirosa que parecía estar coqueteando con él.

Lo más extraño era su sonrisa cínica, que logró erizarle la piel.

Por supuesto, si es ayudante de Red Dawn — Pensó con ironía regresando su vista al público en general.

Era hora de comenzar con la subasta.

~ • ~

Karma se sentía ciertamente asqueado por lo que veía y escuchaba, viendo las deplorable condición de los adolescentes jóvenes y pubertos que estaban subastando.

No quería ni imaginarse lo que tuvieron que pasar.

Lamentablemente no podía hacer nada más que soportar, debía de quedarse hasta poder encontrar a Gakushū, que era su única misión en aquel momento.

— Éste es el mejor producto de esta noche — Anunció el hombre de traje blanco con una gran sonrisa.

La mujer de traje provocativo no tardó en quitar la lona blanca que cubría una superficie cuadrada, revelando de esa manera una jaula de metal sólido, siendo su contenido un adolescente, ya nada que extrañaba después de un tiempo en ese lugar.

Eso si, como si una especie de burla fuera para el joven estudiante, tenía puesto una camisa blanca de botón muy corta, que apenas era capaz de cubrir su abdomen, teniendo una corbata roja y una mini falda escolar que no cubría lo que debería, con una venda negra cubriendo sus ojos.

Sobre todo, la ropa tan corta que vestía dejaba a la vista varias heridas.

— Pueden deleitarse con él o tenerlo como mascota, tampoco se vería mal en un ritual. Depende del cliente su venta en partes — Comenzó a explicar con calma.

La gente –sobre todo hombres– se veía maravillada por aquel estudiante, siendo la única excepción el adolescente en cubierto, que veía con atención al adolescente dentro de la jaula.

— Sus ojos son de un hermoso color violeta que se puede ver reflejado en el cielo del verano, cuando está en una transición entre el atardecer y la noche. De un color tan brillante que se asemeja a las amatistas. Déjenme mostrarles — Anunció haciendo un movimiento de mano.

La mujer de traje provocativo se paró detrás de la jaula, pasando sus manos dentro de la jaula para poder quitarle la venda al adolescente.

El lugar se llenó de murmullos cuando la venda fue retirada, mostrando la mirada violeta del adolescente y también revelando más heridas en su pálido rostro.

Karma comenzó a caminar hacia enfrente para acercarse más al escenario, conteniendo su sed de sangre al reconocer al joven adolescente.

Gakushū.

Como lo imaginaba, está interesado — Pensó con una sonrisa satisfecha — Empecemos la subasta con mil, ¿qué les parece? —

Las ofertas iban y venían, todos maravillados y buscando conseguir al adolescente subastado en ese momento, y sin embargo, la persona que se suponía que debía de estar más interesada se quedó callado sin mostrar ninguna expresión.

Aquello desesperó al hombre de traje blanco.

— Espera a que den su última oferta — Lovro indicó atraves del comunicador, fue él quien en todo este tiempo había tratado de mantener la calma en Karma.

¿Por qué no dice nada? — Se cuestionó — Bueno, creo que debo presionarlo un poco — Pensó colocando la gran sonrisa que comenzaba a caracterizarlo — ¡Nos quedamos con–! —.

— ¡Diez millones! — Karma lo interrumpió.

Gakushū al escuchar tal suma de dinero volteó a verlo, y claro, al no reconocerlo fácilmente lo vio con mala cara, pero resignando a lo que sería de ahora en adelante, y con suerte sí lo drogarían tanto que no sentiría nada.

Al parecer ya todo había acabado.

Amor en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora