Capítulo 15 - ¿Quieres ser mi novio?

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Las clases ya habían dado por finalizadas en el instituto Kunugigaoka, razón para que estudiantes y maestros se retiraran a sus casas, con tal de descansar de ese lugar de pesadilla para la mayoría.

Gakushū por otro lado, caminaba tranquilamente por las calles de la ciudad en busca de un parque algo alejado del colegio para encontrarse con Karma, adolescente que por cierto lo había citado en dicho parque bajo la excusa de hablar de algo importante.

A ciencia cierta ya se imaginaba de que trataba aquel misterioso e importante asunto, y sinceramente no podía evitar sonrojarse levemente, recordando también lo que había sucedido esa mañana.

Sobre todo ayer en la noche.

Nunca pensó sentirse así por alguna persona, mucho menos por su rival que en algún tiempo odió más que a nadie, pero que ahora buscaba comprenderlo y descubrir que había dentro de su mente y corazón.

El pelirrojo era como un misterio, y él quería resolverlo.

Ya había llegado al parque, así que entró buscando al pelirrojo con la mirada, también apreciando el follaje de los árboles que comenzaba a tornarse de tonos naranjas y marrones debido a la estación del año.

Finalmente lo vio.

Karma se encontraba sentado en una banca cerca de una bajada. Estaba con la mirada perdida en el cielo como si no hubiera nada más interesante, quizás estaba perdido en su cabeza.

No era para menos ese pensamiento, después de todo, muchas cosas habían ocurrido en los últimos días, y los momentos más importantes que marcarían un antes y un después sería lo que pasó la noche anterior, la mañana y lo que pasaría esa misma tarde.

Gakushū lo notó, sonriendo ligeramente mientras se acercaba, sintiendo un poco de nervios por lo que muy posiblemente el pelirrojo mencionaría.

El adolescente de ojos carmín notó la presencia de alguien más después de unos segundos, sonriendo ligeramente al reconocer a la persona que se estaba acercando.

De esa forma Carmín y Violeta se encontraron, mientras que de un momento a otro el lugar se quedaba en silencio, como si el tiempo se hubiera detenido para ellos, dejándoles un ambiente de calma donde tranquilamente podrían hablar sin preocupaciones.

Aunque no dijeran nada, Gakushū se sentó al lado de Karma, recargando su cabeza sobre el hombro del pelirrojo, quien en forma de corresponder decidió colocar una de sus manos sobre la suya entrelazando sus dedos.

— Hola Violett — Murmuró el pelirrojo con una sonrisa.

— Hola Karma — Regresó en saludo también en un murmuro — ¿Cómo estás? —.

Ahora sólo estaban ellos dos en su mundo, sin importarles que hubiera gente cerca que los pudiera ver.

Sólo estaban ellos y nada más.

— Mucho mejor — Respondió con calma, sonriendo con suavidad y algo de alegría — Ven, me gustaría mostrarte algo — Declaró mientras se levantaba.

Gakushū imitó la acción levantándose también de aquella banca, sólo que un poco más lento debido a cierto dolor en sus caderas.

— ¿Aún te duelen? — Karma preguntó con una pequeña sonrisa.

— U–Un poco — Murmuró avergonzado y con un ligero sonrojo cubriendo sus mejillas.

Karma sonrió de lado, aparentemente feliz por la respuesta, y de esa forma, Karma volvió a tomarlo de la mano, comenzando a guiarlo colina abajo.

El de ojos violeta observó con sorpresa y conmoción al lugar donde el pelirrojo lo había llevado, siendo un hermoso lago con árboles afectados por el atoño a los alrededores, y algunos cisnes que nadaba cerca de la orilla con su pareja, y con algunas hojas volando con tranquilidad terminando por posarse con delicadeza sobre el agua.

Era una vista... encantadora.

Era de esos paisajes que sólo se podían ver en pinturas o películas de ficción, pero esto no era una película, mucho menos una pintura, era la vida real, y era lo que alegraba a ambos adolescentes.

— Es... hermoso — Murmuró con sorpresa pero una mirada encantada por tal vista.

— Sabía que te gustaría — Comentó con una sonrisa mientras lo miraba — Oí, lo que quería preguntarte —.

— Ah, si, ¿qué pasa? — Preguntó dirigiendo su vista a Karma.

— Bueno, con lo que pasó ayer y hoy en la mañana... eh, bueno, me gustaría confirmar algo según lo que me respondiste de si yo te gustaba — Murmuró un poco nervioso.

Gakushū lo miró con curiosidad e ilusión en su mirada, ¿de verdad eso estaba pasando?

— Gakushū... ¿te gustaría ser mi novio? — Preguntó finalmente viéndolo a los ojos.

Gakushū sonrió con tranquilidad y un toque de dulzura al ver lo nervioso del pelirrojo, acercándose un poco y posando sus dos manos sobre el abdomen de Karma.

— Si, si me gustaría ser tu novio — Respondió com calma acercando su rostro y uniendo sus labios con el pelirrojo.

Karma correspondió felizmente el beso, posando una de sus manos sobre la mejilla de Gakushū y la otra en su cintura, para así poder acercarlo más a él.

Estaba muy feliz.

Cuando se separaron decidieron sentarse cerca del lago para poder apreciar el paisaje, tomando sus manos mientras murmuraban cosas un tanto dulces pero sinceras, viendo el atardecer que fue testigo de varias promesas que no se dijeron en ese momento.

Porque no había necesidad de palabras, sólo con miradas sus promesas ya estaban hechas.

Esa había sido una tarde y noche tranquila, llena de amor y cariño, definitivamente un día que jamás olvidarían.

Después de todo, ese día definió su destino.

Amor en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora