Capítulo 59 - Preparatoria

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Un nuevo ciclo había dado inicio en la Escuela Preparatoria Kunugigaoka, llegando consigo a nuevos estudiantes, y abriendo sus puertas nuevamente para recibir a aquellos viejos estudiantes que subieron un escalón más en su enseñanza en aquel lugar.

Pocos se quedaron realmente.

Karma Akabane, antes conocido como un delincuente juvenil, o un demonio sin piedad y con quién debías de cuidarte la espalda, ahora se encontraba llegando a la institución, está vez lata cursar el décimo año, o como otros lo conocen, el primer año de preparatoria.

El pelirrojo caminaba tranquilamente por los pasillos de la escuela, sus manos en los bolsillos de su pantalón, su mirada pasando por uno que otro rostro nuevo.

Sólo estaba esperando a que la primera asamblea del año comenzara, más sus pensamientos estaban metidos en otro asunto.

Uno de ojos violeta y cabello anaranjado.

~ • ~

Gakushū Asano, antes presidente del consejo de estudiantes en la Escuela Secundaria, se encontraba llegando a Kunugigaoka, en compañía de su padre.

— Nos vemos después, Asano–kun — Su padre se despidió, yéndose a una dirección contraria a la suya.

El menor no le tomó mayor importancia, sólo respondiendo la despedida con un movimiento de mano. Comenzó a dirigirse hacía el segundo piso del edificio, buscando su salón de clases para poder dejar su mochila, y así sólo esperar a la asamblea.

Me pregunto sí Karma ya habrá llegado — Pensó, observando sin interés sus alrededores.

Uno que otro estudiante pasaba a su lado y lo saludaba, a la mayoría ni siquiera los respondía, y los que sí, realmente lo saludaban con un movimiento de cabeza, pero pasaban muy rápido.

Para no ser descortés, respondía los saludos con la misma sonrisa que mostraba a sus antiguos compañeros, sin embargo, lograba notar como algunas nuevas alumnas, quizás de secundaria, se ruborizaban al verlo y sonreían tímidamente.

Dañaría su orgullo compararse con esas niñas sí es que acaso, se tratara de Karma.

No mostraba esas mismas expresiones con Karma...

¿Verdad?

Igual, estaba más que seguro que eso no pasaría sí es que aquellas chicas supieran que su pareja era una de las personas más peligrosas de ese lugar, y que había sido capaz de mandar a un sinfín de estudiantes al hospital sin tener represalias.

Al menos, no legalmente.

Ante la situación y de recibir algunos saludos por parte de las menores, sólo les regaló una sonrisa y siguió con su camino.

Tengo novio, niñas — Pensó.

Ya había llegado a su salón de clases. Entró al salón en silencio y escogió el primer pupitre de la tercera fila.

Dejó su mochila en la mesa, yendo a la puerta con la intención de salir e ir al primer piso en busca de alguien, cuando al abrir la puerta y cruzar el marco, chocó con alguien que buscaba entrar al salón.

— Lo sien– — Se calló de inmediato al momento de que a su pareja frente a él.

Karma había tenido un cambio en su aspecto.

El cabello del pelirrojo ahora estaba peinado de una manera más formal y ordenada, teniendo una raya en el costado derecho y un leve flequillo en la parte izquierda. Portaba el uniforme completo para la sorpresa del mayor, quién ya se había acostumbrado a verlo llegar al instituto con su típica chaqueta de cuero o blazer.

Algo que había pasado por algo en el primer momento, era su cabello, que había tomado por completo su color natural, ya no se había teñido las puntas de negro.

— ¿Acaso te comió la lengua el gato, Violett? — Preguntó burlón mientras lo miraba.

— K–Karma, te ves diferente — Dijo sin pensar.

— Bueno... pensé que era momento de un nuevo cambio, ¿no lo crees? — Sonrió ligeramente, pasando su mano por su cabello — ¿Te gusta? — Dejó su mano en su cabeza, con hebras de cabello entre sus dedos.

— S–Sí... — Murmuró en voz baja, con una sonrisa.

Sin importarle que hubiera gente caminando por el pasillo, o los estudiantes dentro del salón, se acercó un poco más a Karma, dejando un pequeño beso en sus labios.

— Hm, hoy alguien amaneció cariño — Karma bromeó, un leve rubor en sus mejillas.

El beso lo había tomado por sorpresa.

— Es imposible no serlo sí te tengo a ti de novio — Respondió con un toque juguetón.

— Y también cursi. Oye, no me quites mi trabajo — Bromeó mientras le daba un suave golpe a su costado con su codo.

Gakushū soltó una pequeña risa burlona por el comentario de su pareja, regresándole el codazo. Se hizo a un lado para dejar pasar a Karma, quién simplemente colocó su mochila en uno de los pupitres al lado del de Gakushū.

— Vamos, falta poco para que la asamblea comience — Mencionó.

— Sí, vamos — Respondió con una sonrisa mientras lo seguía, saliendo junto a él del salón.

~ • ~

— ¿¡Quieres ser mi novio!? —.

Esa fue la frase que alrededor de 15 estudiantes femeninas, que estaban haciendo una reverencia mientras que en sus manos extendidas, se encontraba una caja de chocolates.

Era 14 de Febrero.

Karma se quedó blanco al escucharlas, primero, porque era la primera vez que aquello le había pasado, y segundo, porque aunque anteriormente ya le habían regalado chocolates, nunca se le habían declarado tan directamente y en manada.

¿Alguna broma?

¿Alguna trampa?

Gakushū que estaba a su lado, sujetó con fuerza su teléfono que por suerte no se rompía incluso con la presión. El aura que lo rodeaba tenía una clara advertencia.

Una que hasta Karma temía.

~ • ~

— Sólo... te pido darme un poco más de tiempo — Gakushū murmuró en voz baja, con sus mejillas completamente ruborizadas — No me gustaría pensar que... ya no quieres estar conmigo —.

En la oficina del director, estando sólo Karma y Gakushū luego de que el director los dejara momentáneamente luego de traerlos por un disturbio que habían creado en medio de la clase. Ahora, Gakushū mostrando la inseguridad que había causado su ataque de celos.

— Violett, sabes que siempre estaré contigo — Besó su frente — ¿Por qué creíste lo contrario? —.

— Esa chica... —.

Karma rió suavemente — Ella no es nada de mí, sólo me estaba pidiendo orientación para una materia — Explicó tranquilamente, acariciando su mejilla — Ahora, recuerda... siempre seré tuyo — Susurró en su oído, para después alejarse nuevamente — Y tú sólo mío... sólo mío — Sonrió con coquetería, y quizás algo de diversión oculta, su mirada puesta sobre cierta lucecita roja que parpadeaba.

— Sí... sólo tuyo —.

Ojalá Gakushū supiera de que el micrófono que daba con los parlantes de los salones estaba prendido.

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Dato curioso:
Karma casi se queda sin descendencia luego de la broma con la bocina en la oficina del Director.

Gakuhō aquí no fue despedido. :v

Los quiero mis queridos suicidas <3

Amor en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora