Amor en la oscuridad

Capítulo 9 - Lovro

Ya había pasado una semana.

Este era un día especial, al menos para la clase del tercero "E", después de todo, hoy tendrían la visita del mentor de Irina, Lovro, quien se encargaría de supervisar su entrenamiento y ver en que fallaban.

— ¿Qué opina? — Preguntó Karasuma mientras se acercaba al asesino.

— Nada mal, cada uno tiene un gran potencial, sólo falta desarrollarlo adecuadamente, sin embargo... — Guardó silencio.

— ¿Sucede algo? — Cuestionó alzando una ceja.

— ¿Cómo se llama aquel chico? — Preguntó con cierto interés mientras apuntaba a Karma, quien en ese momento se encontraba entrenando separado de sus compañeros.

Desde lejos se notaba la distancia y tensión que había entre él y el resto de la clase.

— Su nombre es Karma Akabane, su especialidad en específico es utilizar trucos y engaños para derrotar a su oponente —.

— ¿Seguro? — Preguntó.

— Al menos eso es lo que ha dado a demostrar — Respondió, aclarando su garganta.

— Deben de tener cuidado — Advirtió con seriedad.

— ¿Hay algo malo? — Preguntó Karasuma con sospecha mientras lo veía de reojo, sin comprender sus palabras o a qué se refería.

— ¿Acaso no te das cuenta?, la mirada de ese chico sólo refleja el odio que le tiene a este sociedad, y por lo que veo, parece tener cierto rencor hacia sus compañeros, ¿qué fue lo que pasó? —.

— Ocurrió un incidente hace algunos días, el trato de las otras clases empeoró hasta el punto de afectar directamente a Akabane. Sus compañeros lo tomaron como una oportunidad de doblegar al chico más orgulloso del lugar, pero no contaron con lo que éste haría después — Explicó con tranquilidad pero con el mismo sentimiento de culpabilidad por no haber hecho nada.

— Así que es eso. Pasar por un momento de debilidad incapaz de protegerse a sí mismo, pero con la esperanza de que las personas por las que podría llegar a dar su vida lo ayudaran... y simplemente recibir la espalda — Reveló con tranquilidad.

Karasuma guardó silencio ante las palabras del asesino.

Nunca había observado mucho a sus alumnos, más que sus habilidades para el asesinato, por ende, nunca supo cuando alguien estaba mal o no, cuando alguien esperaba la ayuda en silencio por miedo a hablar, pero que simplemente no llegaba.

Cuando alguien gritaba pero no abría la boca.

— Ha pasado por mucho, se ve en su mirada. Una vida de sufrimiento oculta tras su indiferencia, pero también reflejada en esa misma —.

Lovro sonrió.

— Ese chico es una contradicción en sí. Tiene una idea clara de lo que quiere y de lo que puede hacer, pero a la vez ni él mismo logra entenderse porque aún hay algo que lo perturba, algo... que no lo deja en paz —.

— ¿Cree que sea peligroso? —.

— Los sentimientos y la confusión pueden ser algo peligroso en las manos equivocadas, tanto para él mismo como para las personas en su entorno, se necesita que alguien lo guíe para que no pierda su propio camino... alguien que sea uno de sus motivos para superar lo que no lo deja descansar. En pocas palabras, necesita algo o alguien que sea su razón para no cambiar su rumbo —.

— ¿Quién o qué podría llegar a ser tan importante? — Preguntó con confusión.

— La palabra "importante" tiene diferentes significados para cada persona. Para alguien lo más importante puede ser el dinero, cosas materiales que fácilmente se pueden remplazar pero aún así ser un motivo. Luego están los que prefieren el amor incondicional de alguna mascota, algo que cuidar, algo que dependa de ellos y que los haga sentir bien. Y terminamos con los que necesitan a una persona. Familiar, amigo, conocido o incluso pareja. Alguna persona que quiera y que sepa quererlo de la misma forma. Alguien que le enseñe cosas nuevas, que lo guíe por el camino correcto —.

Al terminar sus palabras comenzó a caminar en dirrección a Karma, llamando la atención de más de un estudiante, y provocando que los ejercicios que se tenían por entrenamiento pausaran.

— Joven Akabane —.

Karma se detuvo al momento de escucharlo, volteando a verlo mientras ladeaba la cabeza.

— ¿Necesita algo, Lovro–san? — Preguntó.

— ¿Cuánto confías en tus compañeros? — Preguntó interesado.

— ¿Confiar? — Rió ligeramente — Lo último que haría en esta vida sería confiar en ellos — Declaró con una sonrisa.

— Como lo suponía — Pensó viendo a los demás estudiantes, regresando después su vista a Karma — Realmente los odias, ¿no? —.

— ¿Odiar?, yo no los odio — Respondió, ignorando las miradas de sus compañeros sobre él — ¿Por qué debería de odiarlos? — Cuestionó.

— Quizás porque esperabas su ayuda y nunca te la dieron — Respondió sonriendo en sus adentros al ver como el aura tranquila que desprendía el chico cambiaba.

— Igual no los odio — Aclaró — Yo me odio a mi, no a ellos —.

Lovro abrió los ojos con sorpresa al igual que los demás estudiantes, incluso Koro-sensei y Karasuma se vieron sorprendidos por la respuesta.

Nadie esperó esa respuesta.

— ¿Te odias a ti? —.

— Si — Afirmó — Ellos no tienen la culpa de nada, yo soy quien tiene la culpa por haber confiado en ellos ciegamente, por eso me odio, porque no fui capaz de darme cuenta de la verdad hasta que fue demasiado tarde —.

— ¿Y qué planeas hacer? — Cuestionó — ¿Te seguirás odiando por eso? —.

— Realmente no lo sé — Confesó — Pero dentro de lo que cabe, quiero tenerlos lejos de mi, serán sólo un estorbo más en mi camino si los dejo entrar nuevamente —.

— ¿Tienes rencor por lo que pasó? — Preguntó más interesado por el estudiante.

— No tengo amnesia — Respondió mientras sonreía y ladeaba nuevamente la cabeza — Y sí me disculpa, debo de seguir entrenando — Informó regresando a su aura tranquila.

De esa forma el pelirrojo se fue para seguir con los ejercicios, dejando a la clase "E" y maestros sorprendidos, y con Lovro con una sonrisa de orgullo y satisfacción.

Había conocido a un estudiante realmente interesante.