"Te veré mañana, adiós Cariño"
— ¡Gakushū! — Karma exclamó con preocupación mientras se despertaba de golpe, no dudando en ningún momento para ver sus alrededores.
Soltó un suspiro agobiado al darse cuenta que estaba en la sala de estar, tomando después su teléfono en la mesa de cristal frente a él, deseando encontrarse con alguna llamada o mensaje de Gakushū.
Prendió su móvil esperanzado, pero toda esa esperanza no hizo otra cosa más que desaparecer cuando no encontró ninguna llamada ni ningún mensaje.
¿Qué había pasado?
Cuando apagó el móvil vio su propio reflejo en la pantalla, logrando ver sus ojeras y sus cabellos revueltos y un tanto enmarañados, lo que sólo fue un recordatorio de que anoche no había dormido por esperar un mensaje de Gakushū.
Un mensaje que jamás llegó.
Sin pensarlo dos veces, volvió a prender su móvil comenzando a llamar a Gakushū, con la esperanza de que éste contestara y le dijera que había olvidado mandar el mensaje.
Gakushū no respondió.
Se sentía intranquilo y ciertamente preocupado, y aunque tal vez sólo fuera paranoia suya, tomó una decisión un tanto arriesgada, llamando al teléfono fijo de la casa de Gakushū.
— ¿Hola? —.
Karma reconoció rápidamente la voz del director, lo que le hizo pasar saliva un poco nervioso.
— B–Buenos días, ¿está Gakushū Asano? — Preguntó.
— ¿Joven Akabane? — La voz del director se escuchó sorprendida — Lamento informarle que Asano no se encuentra, ¿para qué lo necesita? — Cuestionó desconfiado.
— Sólo... eh, quería preguntarle sobre algunas cosas de un tema personal, pero sí no se encuentra no le quito más su tiempo —.
Colgó.
Estaba preocupado, eso era más que obvio. Sabía que el director no era de mentir si se trataba de un asunto trivial que no lo afectaría ni a él ni a la escuela, por lo que sus palabras de que Gakushū no se encontraba lo dejaron intranquilo.
Vamos, se puede pensar que Gakushū si llegó, y que esa mañana se había ido para atender un asunto y por ende las palabras del director diciendo que su hijo no se encontraba.
Pero sí nos vamos del lado malo de esas palabras, se puede pensar que Gakushū no llegó realmente a casa, y que claramente, sus padres no estaban preocupados porque seguramente Gakushū les había dicho ayer que se quedaría con un amigo.
¿Con cuál opción se iba?
Quería escoger la que menos le preocupara, pero aunque la escogiera igual se sentiría tenso e intranquilo al no saber el paradero de Gakushū.
De alguna forma, su cuerpo pareció mandarse solo, y sin preocuparse por su ropa arrugada u ojeras, siguió con su camino, pasando por las calles que probablemente Gakushū utilizó para regresar a su casa.
Deseaba que Gakushū no hubiera tomado ningún desvío.
Caminó por veinte minutos aproximadamente, ya encontrándose a una calle del hogar de Gakushū.
Quizás la opción correcta si era la primera.
Con ese pensamiento en mente planeó regresar a su casa e intentar llamar a Gakushū después, cuando algo llamó su atención, y fue un destello de luz que salió de un callejón.
Con curiosidad se acercó, sólo para ver qué era, encontrándose con algo no deseado.
El móvil de Gakushū.
Reconocía perfectamente la carcasa negra del teléfono de su novio, perfectamente cuidada y simple, aunque en este momento tenía algo de tierra.
Se acercó al móvil tomándolo con una mano, procediendo a prenderlo y reconociendo lamentablemente el fondo de pantalla gris y las aplicaciones perfectamente ordenadas en carpetas.
¿Por qué?
Observó sus alrededores con atención, logrando ver una especie de tarjeta blanca, así que también la tomó.
La credencial de estudiante de Gakushū.
Pasó saliva aún más nervioso y con su cuerpo tensó, caminando y llegando al final del callejón sin salida, acercándose a los grandes contenedores de basura de los locales de al lado.
Abrió uno de ellos sin encontrar nada, y así fue con todos, hasta llegar a un bote de metal en terribles condiciones, abriéndolo y llevándose una no muy grata sorpresa.
Una mochila.
Sacó la mochila con cuidado, dejándola en el suelo para después abrirla. En su interior había libros escolares y útiles, junto con cosas personales que reconoció como pertenecientes a Gakushū.
Ahora sus sospechas se habían hecho realidad.
~ • ~
— ¿Hola? —.
— Lovro–san, necesito su ayuda —.
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Amor en la oscuridad
FanfictionTodos tienen una historia de la cual nunca hablan, y Karma tenía una