La cena que tuvieron fue como cualquier otra, sólo que con comida más elaborada. No había muchos cambios, porque eso de una cena romántica era algo de todos los días, con ellos dos cenando y lanzándose miradas, con las cursilerías del pelirrojo y con las pequeñas pero significativas respuestas de Gakushū.
Para ellos no era necesario tener una cena como en las películas de romance, con la simple presencia de su pareja, ya había de esa cena una hermosa velada.
Ya han de suponer de quién fue la idea de esa frase, y sí aún no lo captan, fue hecha por cierto pelirrojo que era poeta cuando le convenía.
Pero dejando de lado ese momento, ahora nos enfocaremos en lo que sucede ahora, siendo las 7:00 de la noche, con un pelirrojo listo para sorprender a su pareja, y con un chico de cabello anaranjado nervioso hasta los pies.
Según dictaminaba la hora y las palabras que Gakushū le había dicho y prometido a Karma, éste primero estaba consciente que en cualquier momento, Karma le pediría su último "regalo".
— Violett~ — Karma llamó a su pareja con un tono coqueto en su voz, acercándose y tomándolo de la cintura.
— C–Cariño, ¿sucede... necesitas algo? — Cuestionó intranquilo, corrigiendo su pregunta, mientras terminaba de acomodar la mesa del comedor.
— Ven conmigo — Comentó con una sonrisa traviesa, dejando un beso en el cuello de Gakushū.
Gakushū se sonrojó al sentir los labios del pelirrojo sobre su cuello, su cuerpo se tensó de forma instintiva, y escuchó una risa juguetona por parte de su pareja, que no tardó en tomarlo de su mano, y llevarlo a las escaleras para subir a la segunda planta.
Gakushū sólo lo seguía en silencio, dejando que Karma lo tomara de la mano, mientras que su mano libre la llevaba a los bordes de su falda, ya que el movimiento de sus piernas subiendo las escaleras hacen que la falda de levante, sólo unos milímetros, más Gakushū seguía incómodo y algo nervioso,así que eso lo obligaba a sujetar su falda.
Sabía que Karma lo iba a llevar a la habitación con un sólo propósito, cosa que lo hacía ponerse nervioso y ciertamente... incómodo.
No exactamente porque el pelirrojo le incomodara o porque aún le tuviera miedo, o porque temiera hacerlo nuevamente, sinó simplemente porque el pelirrojo no lo había tocado de esa forma luego del incidente del secuestro, así que con el simple hecho de pensar que lo harían nuevamente lo hacía... no sabía cómo explicarlo realmente.
Era una mezcla se sentimientos confusos, como los nervios, la emoción, curiosidad, etc.
Karma, que aún sujetaba a Gakushū de la mano, se detuvo una vez estuvieron frente a la puerta de la habitación, con su mano libre tomó la manija de la puerta y la abrió con un movimiento lento bajo la atenta mirada de Gakushū.
— Feliz Navidad, Violett —.
Cuando la puerta fue abierta, los ojos de Gakushū se abrieron de par en par por la vista inesperada, viendo con sorpresa la decoración que había en la recámara. Estaba hermosamente decorada con los colores rojo y blanco, una pequeña montaña de regalos perfectamente envueltos en la cama, y un muérdago que colgaba en el centro.
— C–Cariño, ¿cuándo?... — Preguntó en un murmuro, llevando ambas manos a su boca por la conmoción.
Y no era para menos su reacción, sí su pareja siempre se había mostrado racio en torno al tema de la navidad, también estaba consciente que Karma sólo aceptó celebrar la navidad por él, y que de un momento a otro hiciera todo eso... era simplemente increíble.
— Me dijiste que la Navidad no sólo se trata de recibir, así que... q-quería darte algo también —.
Por un momento, Karma se vió algo avergonzado y apenado, y un leve sonrojo apareció en sus mejillas. Karma sonrió ligeramente con un atisbo de timidez, tomó nuevamente a Gakushū de la mano, y lo llevó en dirección a la cama donde se encontraban los regalos.
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Amor en la oscuridad
Hayran KurguTodos tienen una historia de la cual nunca hablan, y Karma tenía una