Capítulo 77 - Recordando el pasado II

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La comida ya había llegado, carbonara y bistec, de bebida una buena botella de vino, y ahora estaban los dos adultos hablando de cosas triviales, ante su cena a la luz de las velas, y el sonido de las olas de fondo.

— Y dime, Gakushū, ¿recuerdas nuestros días de secundaria? — El menor cuestionó con una sonrisa, su mirada puesta sobre sus ojos, mientras que con su mano derecha tomaba el tenedor.

El mayor lo miró con intriga, comprendiendo su pregunta.

— Claro, claro, la época en la que fui un completo idiota contigo, ¿cómo olvidar algo así? — Respondió con un tono divertido, cortando un trozo de bistec.

Karma rió suavemente por las palabras de su marido.

— Vamos, no fuiste el único idiota de la situación, no te eches toda la culpa — Respondió de forma tranquila — Quizás yo no debí ensuciar tu uniforme... o arruinar tus apuntes... o llenarte de pintura — Sonrió apenado, Gakushū sólo mirándolo cómo "¿es en serio?" — Eh... ¿sí no fuera por eso no estaríamos aquí? — Lo miró con duda ante su mirada.

Gakushū relajó su expresión — Bien, creo que en parte tienes razón, pero creo que cambiar mi uniforme de educación física por el femenino no fue tan necesario —.

— Ya pedí perdón por eso —.

Rió — ¿Y qué hay de ti, cariño?, ¿qué recuerdas de nuestros días de secundaria?, Y que no sean tus bromas, por favor —.

Karma hizo la expresión de pensar — ¿Qué te puedo decir, entonces?... hm, ¡ya sé!, quizás la vez en la que nos conocimos — Sonrió mientras tomaba la copa de vino.

— ¿Cómo olvidarlo?, quise tirarme del último piso de la escuela cuando tan sólo cruzaste la puerta — Sonrió ligeramente forzado — Fuiste el único capaz de hacerme cara el primer año, así que te di puntos por eso. Aún recuerdo cuando destrocé alrededor de cinco lápices por tu llegada a la clase "A" en el primer semestre —.

— Sí... luego me cambiaron de clase por mis reportes —.

— Nadie te mandaba a hacer bromas a diestra siniestra a los directivos, ni a pelear con cualquier estudiante que se te parara en frente — Tomó su copa de vino, juntándola con la del pelirrojo.

— Ellos empezaban — Se encogió de hombros.

— Pero en serio, nadie había sido capaz de sacarme de quicio tan rápido —.

— Lo tomaré como un cumplido, gracias — Rió juguetonamente — ¿Qué tal en los últimos días?, cuando te gané en los exámenes finales~ — Canturreó.

— Hm, seguiré considerando que hiciste trampa — Se excusó rápidamente por la mención de ese recuerdo vergonzoso, había estado tan seguro que había sido una sorpresa haber perdido.

Y sólo por unos míseros puntos...

Un rubor cubrió sus mejillas ante el recuerdo de lo que había ocurrido luego de recibir las calificaciones.

— Oh~, ¿por qué? Se me hace que alguien aquí es un mal perdedor — Jugueteó con burla y diversión — Te gané sólo con mi intelecto... y tal vez cinco libros de matemáticas avanzadas y dos de fórmula general — Murmuró.

— ¿Qué dijiste? —.

— Nada, nada — Miró a otro lado.

— Hm, ¿y qué tal sobre... cómo se llamaba... Koro–sensei? — Gakushū lo miró con curiosidad — ¿Sabes?, aún me parece increíble todo lo que rodeó a la clase "E" por casi un año entero. Créeme, me quedé sorprendido cuando vi las noticias —.

— Ah, claro — Suspiró mientras sonreían — Aún me quedo pensando, ¿qué diablos pensaba el gobierno al dejar que estudiantes de secundaria matarán a un experimento que podría destruir la tierra? —.

— ¿Qué pensaste tú cuando te dieron la noticia? —.

— Un shock que fácilmente logré ocultar ante los agentes — Se encogió de hombros — En aquel momento lo único que quería era asesinarlo. Se atrevía a sí mismo llamarse maestro... luego comprendí que realmente tenía todo el derecho de llamarse así —.

— El único en esa clase que se acercó a ti, ¿no es así? — Gakushū se atrevió a cuestionar.

Koro había sido el único adulto... que se comportó como tal.

Sonrió con nostalgia, jugando con la copa de vino — Eso y más... — Se quedó en silencio por unos segundos, luego llevó su mirada a la de Gakushū.

"Karma–kun... sólo sigue adelante. Ya no estaré contigo de manera física... pero quiero que sepas que lo estaré en tu corazón. Ya casi llegas al final, sólo sigue esforzándote"

"La vida pronto te volverá a sonreir... lo sé"

Sus miradas se encontraron nuevamente.

— ¿Qué tal los días de preparatoria?, estoy seguro que hay más cosas que decir —.

— Tienes razón, tal vez... la vez en la que medio instituto se te declaró, ¡frente a mí! — Sonrió forzadamente mientras jugaba con el tenedor.

— Vamos, no puedes culparlas. En ese momento sólo los de nuestro salón sabían de lo nuestro, sólo porque alguien se averonzaba de mostrar afecto en público — Sonrió burlón — Además, fueron las de secundaria. Me apodaron "asalta cunas" por casi un ciclo — Rió nerviosamente, llevando después un pedazo de bistec a sus labios.

— Y bien merecido te lo tenías — Miró a otro lado.

— Bueno, al menos a mí no me apodaron "novia desesperada" en el último semestre — Contraatacó con una sonrisa divertida, sonrisa que se agrandó más al notar el ligero sonrojo que había aparecido en las mejillas de su pareja.

— ¿¡Cómo iba a saber que medio instituto nos estaba escuchando!? — Se defendió, un tanto avergonzado — Tuve suerte de que ese apodo no llegara a la universidad — Se encogió en su silla.

Karma sólo le sonrió con cariño.

— Ni tanta suerte, considerando que Saya y Ren se encargaron de divulgar una que otra cosa como parte de una broma por el día de los inocentes — Mencionó, comiendo después un poco de la Carbonara.

Gakushū se recargó en su silla, mirando el mar.

— ¿Cómo olvidarlo?, no había un lugar en el que mis compañeros no me preguntaran "¿por dónde es mejor?", "¿duele mucho?", ¡incluso llegaron a preguntarme sobre tiendas para conseguir ya sabes que!... agh, fue realmente molesto — Sonrió cínicamente — Ren se arrepintió desde ese día —.

— ¿Y crees que fuiste el único?, ¡ni siquiera sé de dónde sacaron que yo me travestía! — Se encogió de hombros — Perdí la dignidad desde que una de mis compañeras me preguntó frente a toda la clase que tipo de ropa me gustaba usar más en "ese" ámbito — Guardó silencio por un momento — Saya ya no volvió a hacerme una broma igual — Rió con psicopatía.

— ¿Qué me dices de la fiesta de graduación?, ese día fue el más vergonzoso de toda mi vida académica — Se estremeció.

— Ya somos dos — Suspiró — Tuve el cabello pintado de ropa por dos semanas, sin mencionar que tuve escrito en mi rostro sin saberlo "Monster in bed" toda la fiesta —.

— No tan alejado, eh — Murmuró para si mismo — ¿Qué hay de mí?, tuve el cabello de color lavanda por casi un mes, sin mencionar que conmigo usaron plumón permanente y escribieron "Passive in bed". La suerte que tuvimos que nuestra boda fuera tres meses después. En sueños iba a aparecer en las fotos con mi cabello lavanda —.

— Les faltó escribir en la fiesta sumiso y lascivo — Susurró.

— ¿Uhm? —.

— Nada —.

Amor en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora