— Joven Akabane, pase a la habitación seis, joven Asano, usted pasará a la habitación siete — Indicó la mujer de la recepción.
Karma pasó saliva al escuchar a la mujer, aún sin poder asimilar del todo en donde se encontraba, ¿por qué dejó que Gakushū lo llevará a ese lugar?.
— Tranquilo Karma, estarás bien — Gakushū trató de relajar a su pareja al ver su aparente nerviosismo, posando una de sus manos sobre su hombro.
— Gakushū — Murmuró con temor y una mirada de súplica, sentía que no estaba listo para tal cosa.
Porque realmente nadie lo está.
Nadie está preparado para aceptar lo que en un principio se negó.
— Vamos —.
Con una expresión tranquila se levantó de su lugar, procediendo a tomar la mano del pelirrojo, para ayudarlo a levantarse y así ir juntos a las respectivas puertas que les habían tocado, porque ya era hora de enfrentar a sus fantasmas pasados.
Fantasmas pasados, como crueles pensamientos, vagos recuerdos tormentosos qué les impiden seguir adelante, y que hasta el día de hoy siguen presentes, por haber sido ignorados pero nunca superados.
Porque está bien ignorar o incluso olvidar lo que te hizo mal, lo que no está bien es dejar de lado sin antes haberlo superado.
Ambos adolescente llegaron a una puerta blanca con el número "6" en una placa del color del oro, por lo que Karma hizo más fuerte el agarre, teniendo miedo de lo que podría pasar al momento de entrar por esa puerta, temiendo de él y de su corazón ya fragmentado.
— Está bien Karma, estaré en la habitación de al lado —.
Karma pasó nuevamente saliva, asintiendo ante las palabras de su novio, sintiendo como éste lo soltaba, pero de igual manera le sonreía con tranquilidad, diciéndole con la mirada que todo estaría bien.
— D–De acuerdo — Respondió vacilante.
De esa forma Gakushū caminó hacia la puerta que le habían indicado a él, dándole una última mirada a Karma para después entrar.
Karma observó aquella puerta por donde entró Gakushū, dirigiendo después su vista a la puerta frente a él, tratando de buscar la misma seguridad y confianza que Gakushū había tenido para entrar.
Soltando un suspiro abrió la puerta, viendo de primera mano al que sería su psicólogo, que lo veía con una sonrisa amable y una mirada calmada, aparentemente ya lo había estado esperando desde hacía tiempo, cosa que Karma no supo cómo tomarse.
— Adelante joven Karma, siéntese donde guste — Con amabilidad, aquel adulto lo recibió.
Karma asintió ante sus palabras, adentrándose a la habitación y sentándose en un sillón rojo que estaba enfrente de aquel adulto, siendo una mesa de cristal lo único que los separaba.
De verdad estaba pasando.
De verdad estaba ahí.
Aquel hombre lo vió de pies a cabeza, notando al instante el movimiento en una de las piernas en el adolescente y un ligero temblor en sus brazos con su pecho subiendo y bajando de forma un poco más rápida de lo requerido, claras señales de nerviosismo e inseguridad.
— Karma Akabane, ¿no? — El adolescente asintió — Es un gusto conocerte, mi nombre es Sai Mitsuko, y en esta sesión seré tu psicólogo — Sai se presentó leyendo algo en su portafolio.
Ya había trabajado con adolescentes antes, y sin embargo, éste parecía ser un caso especial entre ellos.
— Tu apellido actual lo obtuviste cuando te adoptaron, y por lo que dice aquí el anterior era Yagi, ¿no es así? — Karma asintió — ¿Esta es tu primera con un psicólogo? — Cuestionó.
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Amor en la oscuridad
FanfictionTodos tienen una historia de la cual nunca hablan, y Karma tenía una