Capítulo 40 - Navidad

42 7 0
                                    

Navidad finalmente había llegado.

Este día ya no era importante para él, es más, era un día como cualquier otro sin ninguna importancia, porque para él aquella festividad y sobre todo, el evento que se suponía debía de festejarse ese día había perdido todo el valor que alguna vez tuvo.

Era algo en lo que simplemente no podía cambiar de opinión, al menos, no tan fácil.

Siendo sincero, sólo había aceptado pasarlo con Gakushū para que éste estuviera feliz, para no quitarle los ánimos que le transmitió al contarle como pasaba su navidad.

Se veía incapaz de quitarle esa emoción al decirle lo que realmente significaba para él esa fecha.

Por ende, de forma automática su mismo cerebro bloqueó su usual despertar mañanero, por lo que ahora se le podía ver dormido, con una expresión calmada, disfrutando de la paz de estar dormido, y de no tener que soportar los sentimientos de melancolía y tristeza que llegaban al despertar.

Él tratamiento psicólogo lo ayudó a ya no llorar, a ya no culparse por aquellos hechos, pero eso no le impedía sentir el dolor que permanentemente quedó en su corazón.

— Feliz cumpleaños, Cariño — Murmuró con una expresión calmada, acariciando los cabellos de su pareja con suavidad y delicadeza.

Después de unos minutos se dignó a levantarse, entrando al baño para su aseo personal y necesidades básicas, listo para iniciar con ese día y declarando la guerra a los sentimientos negativos del pelirrojo al despertar.

La vergüenza aún estaba en él debido a la ropa que se había dispuesto a poner ese día, y sin embargo, ya se encontraba ahí, con todo planeado al pie de la letra, debiendo de cumplir lo que había prometido.

Además, otro de sus motivos para usar era ropa era por cierto chico de apariencia andrógina.

Por cierto pajarito de plumaje amarillo y ojos celestes, se había enterado que anteriormente, antes de que todo aquel caos comenzara, su pareja había estado muy cercano a un azulito, y con algunas fotografías que le fueron enviadas, sabía que Karma contaba con algunas imágenes de su querido amiguito de cabello celeste con trajes de maid, porrista o simplemente conjuntos de chicas.

Él, obviamente, sabía que aquel pajarito quería que se alejara del pelirrojo, un movimiento bajo realmente, y que por supuesto, no funcionó.

Es más, lo motivo para seguir ganándose a su novio.

Y claro, no es como que estuviera celoso, era imposible que alguien como ese pitufo le ganara en algo, por supuesto que no estaba celoso de que su novio travistiera a ese azulito siendo sólo amigos, y a él no aún siendo novios, es más, no hubo ni mención del tema.

Era obvio que no estaba celoso, nótese el sarcasmo.

Se quitó la pijama que traía puesta, comenzando a cambiarse con aquel conjunto femenino con temática navideña, rezando internamente para que Karma no se despertara en aquel momento, ya que tenía planeado sorprenderlo no sólo con la ropa, sinó también con un desayuno sorpresa.

No por nada desde días anteriores se la pasó buscando en secreto recetas de cocina para algunos desayunos que posiblemente le pudieran gustar a su pareja.

Ya cambiado, salió del baño y se dispuso ir a la cocina. En sí, no conocía tan bien los gustos del pelirrojo en el desayuno, gracias a que el pelirrojo mayormente preparaba los desayunos que le gustaran a él, así que tuvo que hacer una ardua investigación para al menos encontrar lo más acertado a los gustos de Karma. No le entregaría cualquier cosa y ya.

No, el desayuno también tenía que ser especial.

Ya en la cocina, comenzó a buscar los ingredientes que utilizaría, como harina, huevos, mantequilla, entre otras cosas.

Amor en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora