Los niños veían con nerviosismo fuera del automóvil, observando lo que sería su casa mientras la adopción preadoptiva seguía. Una casa de tres pisos, paredes blancas y limpias. Un jardín delantero con una vaya de madera pintada también de blanco, y por lo que podían ver un poco más allá, también un jardín en la parte trasera de la casa.
Su mirada fue rápidamente a la puerta del automóvil, que había sido abierta por el pelirrojo — Ya llegamos — Sonrió ligeramente.
Los niños asintieron aún decir nada, bajando del automóvil. Ciel jugaba con su camisa, mientras que Océane jugaba con su cabello, ambos nerviosos mientras esperaban las siguientes indicaciones de los adultos.
Los cuatro entraron a la casa, los niños maravillados por la decoración moderna y minimalista.
Subieron al segundo piso de la casa, los mayores dándoles un pequeño recorrido años niños por el lugar, cuando llegaron a la habitación al final del pasillo.
— No sabíamos sí iban a requerir habitaciones separadas, así que por el momento la compartirán, esperamos no les moleste — Karma explicó mientras habría la puerta que daría con la habitación de ambos hermanos.
La habitación era grande, de paredes azul marino con flores blancas y rosas dibujadas en los bordes. Contaba con dos camas matrimoniales con sábanas azules y almohadas realmente esponjosas que se podían comparar con algodones de azúcar. También una mesita de noche en medio de las dos camas, también había dos contactos cercanos.
Igualmente, la habitación contaba con dos ventanales grandes, una enfrente de ambas camas con cortinas blancas con flores rosas en los bordes, mientras que la otra estaba en el lado izquierdo, con un espacio donde se podían sentar, teniendo estanterías por el momento vacías.
Había dos escritorios de madera de color café claro, éstos en el lado izquierdo y separados por una puerta blanca con rencillas, que muy seguramente sería el clóset.
La mirada de los niños se detuvo en otra puerta.
Gakushū sonrió al notar su mirada — Ese es el baño, cuenta con regadera y tina, con lo que mejor se ajusten — Explicó con tranquilidad.
También había una mesa larga de cristal frente a ambas camas, imitando la figura de un óvalo, y debajo de ella una alfombra de color azul oscuro, combinando con el color de las paredes.
Dos armarios de color blanco, que eran separados por la puerta de entrada a la habitación, y también dos baúles en una de las esquinas, estos estaban juntos, pero tenían una pequeña insignia, que contenía los nombres de los mellizos.
— Esperamos que les guste, aunque como esperamos que esto se convierta en algo formal, notamos que aún faltan unas cuantas cosas, como decoraciones, juguetes —.
— No olvidas una laptop, quizás libros — Agregó el pelirrojo haciendo un repaso de lo que faltaba, considerando también lo que usarían para la escuela — Se pueden agregar sillones puf para que no siempre tengan que sentarse en sillas de escritorio o la cama —.
— También podemos cambiar las cortinas si no les gustan o el color de las paredes —.
— Por el momento no sabíamos si–.... ¿Uhm? —.
Karma y Gakushū detuvieron su hablar al instante, al sentir un ligero jalón en sus chaquetas, viendo a Ciel y Océane que los veían un poco apenados.
— N–Nosotros... estamos bien sólo teniendo una cama y un baño... no necesitamos muchas cosas — Ciel murmuró con timidez y un poco de temor, sin atreverse a ver de frente a los dos adultos.
— Oh, perdón sí los incomodamos, sólo... queremos que no les falte nada — Karma confesó con una sonrisa apenada — Pero venga, los ayudaremos a acomodar sus cosas, ¿de acuerdo? — Los miró con espectativa.
— S–Sí —.
~ • ~
— ¿Crees que los estamos haciendo bien hasta ahora? —.
En la cocina de la casa, Karma y Gakushū se encontraban preparando el almuerzo para ellos y para los niños, hablando en voz baja mientras compartían lo que antes no habían dicho.
— Supongo que sí... espero que sí — Karma sonrió un poco nervioso, cortando las verduras.
Sólo esperaban que mientras pasaba la acogida preadoptiva, pudieran entablar una mejor relación con aquellos niños. Esperaban que estos quisieran ser parte de su familia.
Gakushū decidió cambiar de tema — Mi madre me llamó hace unas horas, lo más probable es que venga por la tarde con mi padre. Está emocionada por conocer a Ciel y Océane —.
— Mi madre también está emocionada, aunque quizás no puedan venir hasta la semana — Rió ligeramente.
— Sólo espero que todo esto salga bien —.
— Lo hará, estoy seguro —.
~ • ~
Ciel y Océane estaban en la sala de estar, sentados en el sofá de color negro, mientras veían la televisión donde estaba pasando un anime dirigido al público infantil.
— Océane... ¿qué opinas de ellos? — Con una voz baja y suave, Ciel le preguntó a su hermana, jugando con los bordes de su camisa.
— No lo sé, Ciel... pero parecen buenas personas — Respondió, tratando de sonreír para tranquilizar a su hermano, cuando ella misma estaba insegura sobre toda la situación — Supongo que mientras nos den un techo y comida estará bien. Sólo tenemos que ser cooperativos y todo saldrá bien —.
— Si nos portamos mal, ¿regresaremos al orfanato? —.
— Quizás... simplemente hay que comportarnos bien, y así no regresaremos a ese lugar — Océane trató de mostrar el poco positivismo que le quedaba.
— No quiero regresar — Murmuró.
— Yo tampoco... —.
— Océane, Ciel, ya está listo el almuerzo, pueden venir al comedor — Escucharon la voz de Karma desde la cocina.
Océane apagó la televisión, levantándose del sofá, y en compañía de su hermano se dirigieron al comedor, donde ya estaban los dos adultos por terminar de poner la mesa. Asano alistando los cubiertos, mientras que Karma sirviendo la comida.
Miraron con asombro la comida servida.
Pasta, pan, curry, arroz, ensalada de verduras y demás, mientras que en el centro, el pelirrojo había puesto una deliciosa tarta de manzana con pasas bañadas en albaricoque, también a un lado, un plato con algunas galletas.
— ¿Van a querer agua natural, zumo de naranja o de fresa? — Gakushū les cuestionó con una sonrisa, dejando cuatro vasos de cristal en la mesa y colocando después tres jarras con las respectivas bebidas.
— Ah... zumo de naranja — Océane pidió con timidez.
— Zumo de fresa — Ciel susurró.
Ambos niños se acercaron en silencio, dudando de dónde sentarse, pero terminando por tomar lugar frente a los dos adultos.
— De acuerdo — Karma sirvió el zumo de naranja en dos vasos, y el zumo de fresa en los dos vasos restantes, mientras que Gakushū colocaba dos platos ya con comida enfrente de Océane y Ciel.
— Esperamos les guste —.
ESTÁS LEYENDO
Amor en la oscuridad
FanfictionTodos tienen una historia de la cual nunca hablan, y Karma tenía una