Capítulo 78 - Hablando del presente

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El postre llegó al poco tiempo, un delicioso pay de manzanilla y pasas bañadas en albaricoque. Estuvieron en silencio por un tiempo, regalándose sonrisas y miradas, estas últimas después las desviaban, terminando por reír ligeramente.

Gakushū sonreía tímidamente, con un rubor en sus mejillas mientras veía a su pareja, su mano jugando con el tenedor, que simplemente se deslizaba por la cobertura del pastel.

Hasta que el pelirrojo decidió iniciar una nueva conversación.

— ¿Y qué piensas de nuestro presente, Violett? — Cuestionó, su mirada sobre los ojos violeta de su pareja, sonriendo con cariño.

— ¿Nuestro presente?... hm —.

Gakushū guardó silencio por un momento. No se había planteado esa pregunta hasta ese momento, ni siquiera en la ceremonia de bodas o en la fiesta. Simplemente estaba viviendo el momento, pero sí lo pensaba bien.

Había muchas cosas que decir.

— Bueno, me gusta como estamos ahora — Respondió, sonriendo con sinceridad — Estar aquí... a tu lado, poder disfrutar finalmente e nuestra vida sin ningún otro problema. Creo que ahora ya todo está bien, ¿tú qué opinas? —.

— Creo lo mismo, querido — Sonrió — No me dejarás mentir, es simplemente algo increíble todo lo que hemos logrado en estos años, desde que nos conocimos en la secundaria, hasta ahora, en nuestra luna de miel —.

Observó sus alrededores. El brillante mar bajo la luz de la luna que poco a poco iba subiendo en el cielo nocturno, la forma en que el lugar era iluminado por la luz de velas y los pequeños iluminadores en las orillas del muelle que llevaban a la playa, donde más personas se encontraban disfrutando de las deliciosas comidas que el hotel proporcionada y la vista natural del entorno.

Simplemente maravilloso.

La brisa fresca le daba un toque más tranquilo y acogedor al lugar, un sentimiento de calma en sus corazones, y sobre todo, le daba un buen ambiente a la conversación que en aquel momento estaban teniendo sobre su presente.

— Todo es simplemente increíble —.

— Fantástico — Karma sonrió, tomando la mano de su pareja.

— Extraordinario — Gakushū le correspondió la sonrisa con un tierno sonrojo en sus mejillas y una mirada de cariño y ternura, entrelazando sus dedos con los de su pareja.

— Difícil de creer — El menor se acercó un poco más.

— Fuera del pensamiento — El mayor igualmente decidió acercarse.

Sus miradas brillando a la par de las velas.

— Irreal — Dijeron al unísono, mirándose a los ojos.

Ambos se soltaron a reír por las cursilerías que se decían mutuamente. Años atrás ni en sueños se hubieran imaginado estar en ese tipo de situación. Más la verdad estaba en cada palabra, ese sentimiento de sinceridad que acompañaba a cada letra.

Karma posó su mano sobre la mejilla de Gakushū, acercándose hasta juntar sus labios en un suave y cálido beso. Gakushū correspondió felizmente el beso otorgado por su pareja, cerrando sus ojos mientras disfrutaba el contacto.

Se separaron al poco tiempo, un rubor en sus mejillas mientras se miraban con cariño.

En serio lo amo —.

— ¿Quién pensaría que al final, esos dos chicos que se odiaban a muerte... ahora están casados?, además de estar planeando su vida juntos — Gakushū cuestionó — Siendo sincero, me parece el típico cliché de una película de drama y romance —.

— Ya lo creo, lo tiene todo. Peleábamos, resulta que los dos tenemos problemas del pasado, uno casi se vuelve antagonista, reconciliación bastante rápida, y por no decir que a los dos sus suegras los aman, pero sus suegros no los quieren ver ni en pintura — Rió ligeramente — Vamos, no me sorprende que esta historia estuviera plasmada en un libro —.

— No lo niego. Pregunta tonta, sí alguien por algún motivo, te diera a leer un libro de nuestra historia, ¿lo leerías? —.

— Claro que sí — Sonrió — Me daría gusto poder leer cada cosa que hicimos desde que nos conocimos, y no sé, quizás recordar cierto actuar tuyo en nuestras primeras noches — Le dirigió una mirada pícara.

Un rubor instantáneo tomó las mejillas de Gakushū.

— ¿Y qué hay de ti?, ¿leerías el libro? —.

— Claro, me gustaría leer nuestras primeras interacciones luego de ser pareja — Tomó un trozo del pay de manzana — Además, es bueno recordar ciertas cosas que me contaron tus padres de cuando eras niño —.

Está vez fue el turno de Karma se que sus mejillas se ruborizaran, riendo nerviosamente mientras tomaba un sorbo de su copa de vino.

— ¿Ah, sí?... no me habías hablado de eso antes —.

— Hm, no me contaron cosas tan importantes... más que alguien se pegaba como chicle a su hermano mayor... y quizás algunos vídeos de ti llamando a Yako–san por "Yako–nii" — Sonrió juguetón.

Karma tosió un poco — Ahm, bueno... no puedo negar que tú madre también me enseñó cosas interesantes de ti —.

— ¿Cosas... interesantes? — Se tensó.

El menor sonrió en sus adentros, sabiendo que estaba cumpliendo su objetivo.

— Bien, a mí tampoco me contaron cosas tan importantes — Se aseguró de recalcar la última palabra — Sólo una que otra fotografía de un pequeño niño rodeado de conejos... o con pijamas de conejo... ¿cuenta también el como llamabas Gakuhō–san como "papá" con la voz más aniñada que puedes imaginar? — Le sonrió divertido.

— Cosas del pasado — Trató de quitarle importancia con un ademán de mano — Oye... ¿y desde cuándo llamas a mi padre por su nombre y un honorífico? —.

Se encogió de hombros — Sólo lo llamo suegro cuando él está presente, es fácil molestarlo, ¿sabes?, aún no acepta que su querido hijo ahora es mi querida esposa, y que ahora tiene mi apellido — Guiñó un ojo.

Gakushū sólo rió suavemente mientras se ruborizaba.

Aún recordaba perfectamente cuando en el civil su padre estaba rotundamente en contra de que tuviera el apellido del pelirrojo.

"Ningún hijo mío perderá mi apellido", fueron sus palabras, antes de recibir un golpe en la cabeza por parte de su madre, que se lo llevó a rastras mientras les decía "no se preocupen, sigan con lo suyo. Yo me encargo de él".

Por el contrario, el padre de Karma estaba más que feliz con eso, por no mencionar que su madre estaba encantada.

Se quedaron en silencio por unos minutos, sólo disfrutando del tranquilo silencio que se había formado entre ellos, cuando Gakushū decidió tomar la palabra nuevamente.

— ¿Sabes?, sí a mí yo del pasado le hubieran dicho que terminaría de está forma, casado contigo y teniendo tu apellido... definitivamente no hubiera dudado en reírse en sus caras. Sería lo último que estaría planeando, ¿yo y el delincuente juvenil?, ni en mis pesadillas —.

— Dímelo a mí. Yo seguramente los habría mandado a volar, ¿yo y el presidente estudiantil?, sólo en sueños —.

— Ni que lo digas —.

Se miraron a los ojos con una tierna sonrisa, después simplemente observaron su postre, dando un nuevo bocado mientras disfrutaban de la combinación de manzana y pasas.

El silencio entre ellos era acogedor, y el ruido relajante que las olas creaban sólo daba un ambiente más calmado.

— Definitivamente, adoro nuestro presente —.

Amor en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora