Eran mediados de Julio.
Los exámenes... ya habían finalizado.
Luego de una [extensa] temporada de estudios y de exámenes, los estudiantes ya podían estar tranquilos. Disfrutar de lo que quedaba de su ciclo escolar, confiando en que ya todo estaría bien en ese momento.
Las vacaciones y el baile de graduación era algo de lo que muchos hablaban y esperaban con ansias.
Un merecido descanso luego de todo lo ocurrido.
Pensar que finalmente, dentro de unos pocos días todo su sufrimiento en esa escuela del infierno terminaría... estaban más que emocionados.
Las secuelas seguirían por un tiempo, pero estaban seguros que podrían lidiar con ello.
O eso intentarían.
Y bueno, los dos primeros lugares de la escuela tampoco eran tan diferentes a los demás estudiantes, ellos también habían esperado emocionados ese momento, donde podrían ser libres...
Al menos momentáneamente.
~ • ~
La pareja de adolescentes se encontraba en la casa del menor de ellos. Estando en la sala de estar, con dos sobres tamaño oficio en sus manos.
Sobres que contenían su destino académico.
— ¿Estás listo? — Cuestionó el menor con cierto nerviosismo, preparándose para abrir el sobre.
Hacer lo que más odiaba y le aburría, el [estudio], además de soportar a sus insufribles compañeros que no habían dejado de molestarlo como estudiar juntos –y por supuesto negarse– esperaba que valiera la pena de alguna manera.
No podía permitir que todo saliera en vano.
— Si — Respondió con una sonrisa, ocultando a simple vista su nerviosismo.
A la cuenta de tres, ambos abrieron los sobres, sacando los documentos que se encontraban en el interior. Primero leyendo la carta que venía, donde anunciaban sus lugares generales en el desempeño académico y por supuesto, las felicitaciones por conseguir el primer y segundo lugar.
Fue en la tercera hoja donde estaba impresa su boleta de calificaciones.
Observaron cada número y materia correspondiente, terminando por cambiar de hoja, a la cuarta y última, donde se hayaban los resultados del último exámen escrito que habían tenido.
[APROBADO]
En letras mayúsculas y negritas, se encontraba aquella palabra que con su simple presencia, había definido bastantes cosas, junto a ella, con sus aciertos generales del último examen realizado.
Karma Akabane: [500/500]
Gakushū Asano: [496/500]
— Gakushū — El menor murmuró en voz baja, su voz a pesar de su tono, reflejaba una genuina alegría y felicidad.
La sonrisa de su rostro llena de entusiasmo.
— ¿Si? — Cuestionó, su rostro inexpresivo de siempre tratando de disipar la sonrisa que estaba tratando de formarse, sintiendo una calma y alegría indescriptible.
Incluso sí no era lo que buscaba... aliviaba a su corazón.
Estuvieron en silencio después de eso, cada uno procesando la información a su manera, pero sintiendo lo mismo.
Lo habían logrado...
— ¡Aprobamos! —.
Ya finalmente podían estar tranquilos, sólo teniendo que esperar a mañana clausura que estaba a la vuelta de la esquina. Sólo faltaba una semana...
El año sí que se había ido rápido.
Karma fue el primero en separarse del abrazo, tomando a Gakushū por su cintura para cargarlo y darle vueltas. Gakushū sólo riendo con las acciones de su novio, le gustaba verlo de esa manera.
Además, sabía perfectamente porque se encontraba repentinamente tan feliz, más de lo que ya estaba.
Bueno, tampoco era como que esperaba mantener su primer lugar, le daba a Karma méritos por haber logrado un puntaje perfecto en el examen.
El menor se había ganado el derecho de tener el primer puesto.
Karma se aferró a Gakushū sin dejar de cargarlo, ahora de tal manera que el mayor lo sujetaba de los hombros, y tenía sus piernas entrelazadas en la espalda baja.
Gakushū nunca lo admitiría, pero le encantaba cuando Karma lo cargaba de esa forma.
— De verdad lo logramos... — Karma murmuró con una sonrisa, acercándose hasta juntar sus frentes.
— Sí, lo hicimos — Gakushū tomó a Karma por sus mejillas, uniendo sus labios en un emocionados beso, y al separarse, sonrió alegremente — Te amo, Karma —.
Karma rió.
— También te amo, Gakushū —.
Juntaron sus labios, está vez en un beso mucho más apasionado. Karma acercó más sus cuerpos mientras lo tomaba firmemente de la cadera. Gakushū por su parte, acariciando el cuello y cabello de Karma.
Tampoco era como que antes hubieran tenido problemas para ese tipo de cosas.
Quizás lo único que había cambiado era que Gakushū ya no era tan penoso mientras estaba en sus cinco sentidos.
Bueno, todavía lo era, pero no tanto.
Se separaron del beso luego de unos segundos, jadeando por la falta de aire, pero sonriendo con una mirada llena de complicidad y deseo.
Estaba claro que ellos querían más que un simple beso.
— ¿No crees que necesito una recompensa, Violett? — Sonrió con un toque pícaro y coqueto, su mirada tan juguetona como siempre — Logré vencerte — Añadió a sus palabras, manteniendo un aura orgullosa.
Karma bajó cuidadosamente a Gakushū, esperando su respuesta.
— Bueno... lo pensaré — Respondió, riendo suavemente.
Igual ya estaba plenamente consciente que le entregaría lo que quería en ese momento. No podía negar que también lo estaba esperado, desde hacía tiempo realmente.
Semanas de abstinencia valían la pena ahora.
— ¿Por qué pensar? — De los dos, Karma parecía el más necesitado, atrayendo a Gakushū hacia él mientras lo sujetaba de su cadera, sonriendo coquetamente.
— ¿Quieres hacerlo ahora? — Interrogó con una sonrisa, alzando una ceja mientras colocaba sus manos en el abdomen de su pareja, dando suaves caricias para sentir lo que había debajo de la tela.
Quizás la abstinencia lo había hecho algo más atrevido...
Lo único de lo que estaba conciente, era que estaba haciendo cosas que su yo de hace unos meses no se atrevería ni de broma.
No sí quería caminar al día siguiente.
Karma sonrió al notar lo que Gakushū estaba haciendo, tomando sus manos por medio de sus muñecas, para después levantarlas a la altura de su cabeza mientras lo arrinconaba en una de las esquinas de la habitación.
— No tendría problemas — Susurró en su oído, con una voz lenta y seductora.
Ambos sabían que lo querían.
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Amor en la oscuridad
FanficTodos tienen una historia de la cual nunca hablan, y Karma tenía una