Capítulo 57 - Baile de graduación

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La graduación de Kunugigaoka había sido como la de cualquier institución. Se dio el discurso, los reconocimientos, palabras de los alumnos, etc., no había nada importante que recalcar en ese aspecto.

Más que las miradas despectivas de las demás clases a la clase "E".

Y quizás el hecho de que los estudiantes de la clase "E" quisieron hacer un nuevo intento para hablar con él, pero nada.

Sólo cosas banales.

Y ahora, cada estudiante se encontraba en su hogar, alistándose para el baile de graduación que el director se había encargado de organizar esa noche.

Karma ya estaba listo. Tomando su cartera y teléfono móvil, junto con una hermosa rosa de color rojo brillante, se dirigió a la salida de su hogar. Observó su reflejo en un espejo del pasillo, sonriendo con confianza, y así finalmente salir.

El aire cálido del verano fue el primero en recibirlo.

Caminó tranquilamente por las calles de la ciudad nocturna, llegando en poco tiempo a la casa de su pareja.

Se dirigió al porche, tocando el timbre con un sentimiento ansioso en su interior. Luego de unos minutos, fue Gakushū quien abrió la puerta.

Tan hermoso como siempre.

— K–Karma — Dijo con sorpresa, no esperaba que su novio llegaría un tiempo antes de la hora que dijeron.

— Hola, Violett — Saludó alegremente.

Sin esperar una respuesta de regreso, se acercó un poco más, robándole un beso que terminó por pintar las mejillas de Gakushū, pasándolas a un hermoso color rojo carmín.

— Te ves hermoso como siempre, Violett — Elogió con una sonrisa, que se agrandó más al verlo sonrojado.

Le ofreció la rosa que traía consigo, mirándolo con cariño.

— G–Gracias, cariño — Agradeció con una sonrisa, tomando la rosa y acariciando delicadamente los pétalos de la flor — Es hermosa —.

— ¿Hm?, hijo, ¿quién es? — Se escuchó a la madre de Gakushū en el interior de la casa, acercándose hacia Gakushū, hasta que su mirada se cruzó con la de Karma — ¡Oh, Karma–kun! ¡Bienvenido! — Mitsui sonrió cálidamente, abrazando a Karma.

— Es un gusto verla nuevamente, Asano–san — Karma sonrió alegre, y Mitsui al separarse, él hizo una reverencia — ¿Me permitiría robarme a su hijo por está noche?, prometo regresarlo mañana por la mañana —.

— Claro, Karma–kun, pero sólo sí prometes regresarlo sin su Domingo 7 — Bromeó.

— ¡Mamá! — Gakushū exclamó con vergüenza, su rostro enrojecido.

Karma y Mitsui rieron por la forma es que Gakushū respondió a su broma, mientras que Gakushū por su parte, sólo se ruborizaba y pedía internamente que dejara de reírse.

El humor de su madre y de su pareja se habían combinado, y eso sólo significaba una cosa cuando estos dos se juntaban:

Iba a pasar vergüenza como nunca.

— Veré si puedo — Respondió con una sonrisa coqueta, tomando a Gakushū de su cintura y lo acercaba más, dirigiéndole una sonrisa juguetona.

Dejando claro sus intenciones para después del baile.

Sus mejillas se calentaron aún más, sí es que eso aún era posible.

~ • ~

Una vez que las bromas difícilmente cesaron, y donde Gakushū sólo deseaba que la tierra lo tragara, finalmente él y su pareja pudieron irse de la casa.

Su destino, la escuela secundaria Kunugigaoka.

Al momento se cruzar las puertas del gimnasio, las miradas se posaron en ellos. Sorpresa y desconcierto, no sólo por su llegada juntos, sinó por tener sus manos entrelazadas.

Karma sonrió con ironía.

— Y yo creyendo que éramos obvios — Comentó divertido, mirando sus alrededores con notoria curiosidad.

Incluso cuando las personas sólo eran un paisaje gris y negro, con sus voces casi inexistentes para él, eso sólo lo hacía sentirse más maravillado, pues era capaz de disfrutar de las luces que adornaban el lugar y de la música que sonaba en los parlantes.

Por segunda vez, agradeció a su cerebro por lo que había causado.

Después se que las vacaciones de invierno terminaran –y él hubiera finalizado con sus citas con el terapeuta– sus ataques y peleas que solía tener o provocar habían disminuido considerablemente.

Parte de eso no sólo se debía a la ayuda psicológica, sinó que su anterior comportamiento había dejado una marca en los demás estudiantes, por lo que ya nadie se había atrevido a siquiera acercársele, sólo por miedo a ser su siguiente víctima.

Sin embargo, cuando las peleas y su comportamiento agresivo casi desaparecieron, fue cuando los demás estudiantes parecieron relajarse, pero manteniendo la distancia.

Uno que otro murmullo se escuchaba, pero nada de su importancia.

De esa manera, los meses de septiembre a diciembre sólo quedaron como muy malos recuerdos, que tal vez en algún futuro quedarían olvidados.

~ • ~

Se pasaron todo el baile de graduación yendo de un lado a otro, bromeando entre ellos, contando historias o riendo por cualquier broma hecha por el pelirrojo, tomando refresco o consumiendo los bocadillos que habían en la mesa de comida.

Misteriosamente todo aquello que tuviera que ver con fresas desapareció mágicamente de la mesa.

Se encontraban cerca de la pista, hablando tranquilamente sobre algún tema sin importancia para pasar la noche, cuando al DJ que estaba encargado de la música decidió cambiar la tonada animada, por una un poco más romántica.

Un vals.

Gakushū miró sus alrededores con interés, observando como las luces se apagaban repentinamente, y ahora eran reemplazadas sólo por puntos rosas y rojos de diferentes tonos que se movían por todo el lugar, siendo controlados por el DJ.

Los ex estudiantes comenzaron a cambiarse de lugares, algunos para alejarse de la pista, otros para acercarse.

— Violett — Canturreó el pelirrojo con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¿Hm? —.

Gakushū se dió la vuelta para mirar a su pareja. Karma sonreía coquetamente, con una mirada juguetona.

— ¿Gustas bailar, my lady? — Cuestionó con una mirada pícara, extendiendo su mano para que su novio la tomara en caso de que aceptara su humilde invitación a un baile juntos.

Sólo un baile inocente, ¿no?

Un rubor cubrió las mejillas de Gakushū al escuchar aquel apodo, sonriendo ligeramente mientras aceptaba la mano de Karma, que lo guiaba lentamente a la pista de baile donde más parejas habían comenzado a ir.

— Me encantaría, my lord —.

Amor en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora