Hacía un tiempo, los camareros ya se habían encargado de servir las múltiples comidas que tenían en el menú, que variaban entre diferentes tipos de pastas, ensaladas y platos más fuertes que involucraban carne entre otros productos de origen animal.
Karma y Gakushū habían tomado cierto gusto por caminar en los alrededores, saludando a los invitados y de vez en cuando mirando a los niños que jugaban o adolescentes que jugaban como niños.
— La envidia que les tengo — Karma murmuró con ojos de cachorro, observando a un grupo de adolescentes colándose en un inflable.
Gakushū sólo sonrió apenado mientras le daba palmadas en la espalda.
— Ya, ya — Rió suavemente mientras consolaba a su pareja.
Era tierno ver como el pelirrojo aún mantenía ese gusto por los juegos infantiles. No por nada en su nueva casa ahora tenían una habitación sólo para juegos –al principio Gakushū lo pensó mucho, pero luego de tanta insistencia terminó por aceptar–.
— ¿Crees que ya sea hora de partir la torta? — Gakushū cuestionó mientras veía las mesas cercanas, en la mayoría los invitados –y colados– ya habían terminado con su comida, algunos hablando entre ellos o asaltando los contenedores con pequeños refrigerios menores para comer.
— Hm... —.
Pasaron frente a una mesa, y Karma aprovechó para tomar una fritura de queso y comerla con una sonrisa.
— Sí, está bien — Respondió finalmente.
Karma se encargó de llamar a uno de los camarógrafos y un fotógrafo, quienes inmediatamente comenzado a ver los mejores ángulos para tomar video o fotografías sobre el momento.
Esta vez, fue Gakushū quien tomó la palabra, atrayendo la atención de todos los invitados, para después él junto con Karma, colocarse detrás de la mesa en donde se encontraba una torta decorada con betún blanco y pequeñas esferas de dulce de color dorado.
Karma tomó a Gakushū de la cintura, con su mano contraria posó su mano sobre la de su pareja, con la que sujetaba el cuchillo.
Y así, partieron la torta.
Aplausos de escucharon de fondo, al igual que los flashes de las cámaras no tardaron en aparecer.
— Hora del postre~ — Karma habló con un tono juguetón, sirviendo el primer trozo de pastel en uno de los platos que se le había sido proporcionado por Gakushū.
— ¿Por qué no inicias tú? — Gakushū le preguntó divertido, tomando algo de betún y colocándolo en la nariz y mejilla de Karma.
— ¿Conque esas tenemos, eh? —.
Karma sonrió con burla, tomando del betún y el cual embarró en la nariz y las dos mejillas de su pareja, quién tampoco quiso quedarse atrás, volviendo a atacar.
Los invitados sólo observaban con diversión e intriga como los novios parecían tener una lucha campal de quién conseguía ponerle más betún a su contrario. Algunos ya estaban haciendo sus apuestas sobre quién ganaría aquella pelea pastelera.
Al final de la competencia que terminó sin ningún ganador claro –según Gakushū–, la torta comenzó a ser repartida entre todos los invitados, y algunos colados que quién sabe cuándo habían llegado.
El chiste, era que había más gente de la que habían invitado.
Karma y Gakushū –luego de limpiarse– comenzaron a degustar del delicioso pastel de tres leches, cuando sus amigos se acercaron a su mesa, aunque entre ellos, parecía haber una pelea de quién hablaría primero, mejor dicho, quién llegaría primero a ellos sin caerse en el intento.
De entre la pelea, Saya –para mala suerte de Gakushū– había sido la ganadora.
— Vaya, vaya, Shū–kun — Sonrió mientras se colocaba detrás de él, tomándolo de los hombros — El vestido sí que se te ve genial, ¿seguro que no eres una mujer en cubierto? — Preguntó con diversión — Esas caderas y cintura no las tiene cualquiera —.
Los demás rieron ligeramente, Karma sólo se limitó a sonreir mientras disimulaba su risa. Le daba algo de razón a Saya, Gakushū se veía muy bien con ese vestido.
— Agh, guarda silencio — Gakushū se quejó mientras le daba un sorbo a su copa de vino — Y sabes bien que es por el corsé —.
— Vamos, Asano–kun, debes de admitir que... sí te ves algo femenino con ese vestido — Ren mencionó, pero con un tono de precaución, usando a Satoshi como escudo humano ante cualquier cosa que se pudiera aproximar.
— Ya entiendo por qué lo elegiste, ¿eh, Karma? — Hito bromeó mientras codeaba a Karma.
A veces, Karma llegaba a pensar que sus amigos en serio les faltaba instinto de supervivencia. Ninguno parecía temerle a Gakushū, incluso cuando éste había sido por bastante tiempo alguien de autoridad en la escuela intermedia.
— Ya déjenlo en paz, chicos, se desahogará conmigo — Karma mencionó con una leve sonrisa nerviosa.
No era la primera vez que sus amigos decían cosas parecidas a las de ese momento, o simplemente cosas que nada que ver pero que terminaban por irritar a Gakushū. Y cabía decir que cuando su pareja se desahogaba con él... había veces que no era tan bonito.
Otras sí, pero le costaba cierto dolor en el cuerpo luego de una "noche".
— Ya, está bien — Saya se cruzó de brazos mientras sonreía — Pero seguiré insistiendo con lo mismo, se ve increíble en ese vestido — Miró a otro lado.
— Bueno, realmente el blanco te queda bastante bien, Gakushū–kun — Haruka sonrió sinceramente, mirando con cariño a la pareja.
— Ah, gracias, Haku–chan — Gakushū respondió, ya un poco mejor y con sus instintos asesinos disminuyendo considerablemente. Haruka era la única de su grupo de amigos que no lo hacía perder la cabeza, ni siquiera Karma llegaba a esos niveles, y eso que era su pareja.
Al menos había algo bueno en toda esa situación.
¡Gakushū podía estar sentado finalmente! Quizás era una tontería, pero en sus entrenamientos de artes marciales, jamás había sido obligado a pasar más de tres horas de pie usando tacones.
Consideraba seriamente que usar tacones debía de ser como otra prueba de resistencia.
— ¿Gakushū?, ¿estás bien, Violett? — Karma pasó su mano por la cintura del mayor, mirándolo con interés.
— ¿Uhm? — Volteó a ver a su pareja.
— Te quedaste en silencio repentinamente, y no dijiste nada cuando ellos se fueron por unos bebidas, ¿en qué estás pensando? — Ladeó suavemente su cabeza.
Gakushū parpadeó un par de veces, apenas había notado que sus amigos ya no estaban.
— En nada, cariño — Negó suavemente con su cabeza.
Karma lo miró con algo de duda, pero terminó por dejarlo pasar al final, acostando su cabeza sobre el hombro de su pareja, sin separar su mano de su cintura. Gakushū en respuesta, acostó su cabeza sobre la del pelirrojo.
Ambos se quedaron en silencio, simplemente observando a sus invitados caminar por el jardín, o bailando en la pista.
— Sigo sin creer que este es nuestro día — Karma murmuró de repente.
— Yo aún no lo asimilo — Gakushū respondió en voz baja.
— Te amo, Cariño —.
— Yo te amo más, Violett —.
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Amor en la oscuridad
FanfictionTodos tienen una historia de la cual nunca hablan, y Karma tenía una