𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒐𝒄𝒉𝒐

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Capítulo ocho: Ser Suyo.

No sabía en que momento apagaron las luces, ni en que momento lo había empujado a la cama y se había subido arriba del polaco. Había perdido la cabeza completamente, solo se dejaba llevar por el deseo y el placer que tanto rogaba su cuerpo. Se frotaba contra su erección mientras su cuello era devorado y sus grandes manos que estaban metidas por debajo de su ropa paseaban por su suave cuerpo. Luego lo tomó de la cintura, ayudándolo con su movimiento.

No podía soportarlo. Tomó el mando y dejó chupones en su cuello, bajando con calientes besos por el marcado abdomen del más alto. Se deslizó lentamente hasta que quedó sentado en el piso frente a sus piernas. Su respiración agitada y sus miradas conectadas, compartiendo el mismo sentimiento y deseo.

Sin quitarle la mirada de encima, se acercó a su entrepierna y tomó el elástico del pantalón deportivo.

—¿Qué estás haciendo?— preguntó con una sonrisa en el rostro, llevando su mano al mentón del contrario para acariciarlo con sus dedos, mirando la lujuria que tenía encima, como sus ojos brillaban de emoción.

Lo vió separar los labios para responder, pero solo balbuceó, soltando suspiros por el camino.

Tomó el valor y le bajó el pantalón junto al boxer, dejando a la vista su miembro erecto.

Su interior se convirtió en un huracán de emociones. Estaba apenado por lo que hizo, pero no podía quitar su mirada de encima y no quería admitir que su boca había comenzado a soltar saliva que tuvo que tragar.

Abrió su boca, metiendo el glande a su boca, cubriéndolo con su caliente saliva, tocándolo cuidadosamente con su lengua, escuchando al instante como suspiraba. Metió un poco más, sin llegar a la mitad del tronco y lo sacó, dejando que su saliva lubricara el lugar. Lo tomó con su mano y comenzó a hacer un lento movimiento de arriba hacia abajo, haciendo una ligera presión cerca de la punta.

Se acercó nuevamente para meterlo a su boca, pero el mayor lo detuvo, colocando su pulgar sobre sus labios.

Gavi sonrió, dejando todo lo que estaba haciendo para acercarse a su oido.

—¿Qué pasa, Lewy?, ¿no es esto lo que querías?— susurró con un tono de voz diferente al de siempre, sonaba seductor—. Si he visto como me mirabas mientras comía.

—Eres menor que yo, Pablo, muchos años menor que yo— lo miró de reojo, escuchándolo reír por lo bajo.

—¿Eso te preocupa?— acarició su pecho por encima de la remera, bajando su mano nuevamente—. Ya soy mayor de edad. Esta noche solo te pido que me dejes terminar con esto.

No espero a que respondiera que se arrodilló en el piso una vez más y sin dar más vueltas, tomó el miembro con su mano y lo metió a su boca, chupándolo y lamiéndolo. Envolvía su lengua en el tronco, metiendo la mitad a su boca.

Lo veía jadear con su respiración agitada, con una mano sobre la cama y la otra sobre su cabello, acariciándolo.

Lo sacó de su boca al sentir como algo caliente caía y con su mano continuó masturbándolo, viendo como salía un poco de líquido preseminal de la punta del pene, sacándole una sonrisa.

Presionó sus piernas con fuerza, sintiendo su ropa interior mojada. Tenía su entrepierna palpitando de la excitación, del placer que le causaba esa escena.

Y una vez más lo metió a su boca, sacándolo y volviéndolo a meter, cada vez un poco más rápido, a la vez que sus manos acariciaban sus muslos y subían a su abdomen, tocándolo sin ningún miedo.