𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒕𝒓𝒆𝒊𝒏𝒕𝒂

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~...♥︎...~

Capítulo treinta: Mentiras.

—Sabes que esta conversación aún no ha terminado.

—No entiendo— miró a su lado.

—Hay algo más que no me has dicho y es sobre tí.

—¿Sobre mi?

—Claro, porque el hecho de que estás enfermo debe ser por algo, ¿no?— se inclinó hacia él—. Estoy preocupado por tí.

Mantuvieron el contacto visual durante unos minutos hasta que Gavira retiró la mirada, buscando las palabras correctas.

—No sé que es lo que tengo, Ferran— dijo en un suspiro—. He ido al médico, pero no me han dado ninguna respuesta aún.

—Pero... ¿eso que ha dicho tu madre es lo único que sientes?

—No lo sé... siento que mi cuerpo me duele, pero no puedo decirle a mis padres. Mi padre ha dicho que debía dejar de entrenar por un tiempo por recomendación del doctor, pero no puedo, Ferran, no puedo. Siento que voy a desmayarme, pero no puedo dejarlo, no ahora— soltó entrecortado, dejando que sus ojos se llenaran de lágrimas—. No puedo...

Con esas últimas palabras su voz se quebró, comenzando a llorar mientras cubría su rostro con sus manos. Era un llanto con una mescla de tristeza y preocupación al no saber que ocurría. Finalmente lo había conversado con alguien y podía sentir como su cuerpo dejaba de estar tenso, ya no sintiendo tanto peso como antes.

—Yo estoy...— continuó entre lágrimas, buscando en su bolso la caja de pastillas para dársela a su amigo—. Estoy tomando esto que me dió el doctor. Al principio funcionaba un poco, pero ahora siento que solo lo empeora.

Ferran tomó entre sus manos la caja y la observó, intentando encontrar algún texto que diga que es, para que sirve.

—No sé que hacer, no...— suspiró y regresó al llanto, con la cabeza agachada.

—Gavi...— lo llamó e intentó tomar su mano. Lo ayudó a sentarse sobre sus piernas, viéndolo ocultar su rostro en su pecho—. ¿Por qué no lo has dicho antes? Has pasado tantos días solo, sin contárselo a nadie.

No obtuvo respuesta. Acariciaba su espalda de arriba hacia abajo, dejando que llorara sobre su pecho, sin importarle que mojara su remera, solo quería que se desahogara.

Las manos de Gavi se aferraban al cuello de su amigo, sin intención de soltarse. A Ferran no le molestaba para nada.

—Sabes que yo estoy para tí.

—Por favor, no le digas a nadie— se separó un poco para mirarlo.

—Pedri debería...

—No, no le digas a Pedri, no sé cómo va a reaccionar— Ferran miró aquellos ojos cristalinos, los cuales le rogaban que mantuviera todo en silencio. Suspiró.

—Está bien, Gavi.

~...♥︎...~

—¡Oh, es imposible ganarte!— se quejó Gavi, dejando a un lado el joystick.

Pedrí pegó un salto, festejando su victoria en el juego. Se sentó nuevamente y miró a su amigo.

—Nunca podrás ganarme.

Los chicos se encontraban en la casa de Pedro, pasando la tarde juntos.

—Nunca dejaré de intentarlo— se miraron con una sonrisa.

Pedri saltó sobre Gavira, cayendo sobre la cama, haciéndole cosquillas, escuchando como reía.

—Para ya— dijo entre carcajadas, empujándolo con sus manos para alejarlo.

𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora