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Capítulo setenta y cuatro: Amor Mío.
Caminaba de un lado al otro por la habitación, esperando a que regresen los médicos junto al polaco. Ni siquiera podía comprender lo que acababa de suceder, lo que acababa de ver. Claramente llamó a Ferran, disculpándose cien veces por haberlo llamado durante la mañana, pero no sabía a quien decirle lo que había sucedido. Ferran lo entendió y le dió su apoyo, diciendo que podía ir en ese momento a acompañarlo, pero Gavi se negó, no quería que fuera durante la madrugada, que prefería que continuara durmiendo y viniera más tarde.
—Estaré bien, no te preocupes— dijo Gavi, intentando convencerse de ello.
—¿Estás seguro? Puedo ir a acompañarte, de verdad no tengo problema en ir— Pablo se secó las lágrimas con el dorso de su mano.
—Sí, estoy seguro. Ven más tarde, nos vemos.
—Vale, nos vemos— escuchó antes de colgar.
Pasaron algunas horas y comenzó a preocuparse al notar que no habían noticias de él. Comenzó a hacerse muchas preguntas, mirando la hora de su móvil cada vez más seguido. Intentó calmarse, pero le fue imposible, solo podía pensar en lo que podía estar pasando en ese momento.
Se sentó en el sofá y se hizo una bolita, abrazando sus piernas, estaba asustado. De pronto pudo escuchar que se abrió la puerta de la habitación y entraron con la camilla, dejándola en su lugar. El médico guardó su lapicera en su bolsillo y lo miró.
—No parece tener algún problema, por el momento— explicó mirando los papeles—. Tiene bien los reflejos, sus ojos reaccionan a la luz, puede mover cualquier parte de su cuerpo sin problema ni dolor y puede comprender lo que uno dice.
Soltó el aire que contuvo, sintiendo un gran alivio al saber que todo se encontraba bien.
—Ahora... tiene problemas para hablar, pero suponemos que es debido a que sus cuerdas vocales no trabajaron, además de tener la garganta seca. Volveremos más tarde para más estudios, por el momento, debería preguntarle si recuerda algo, sin estresarse ni gritar porque puede entender cualquier gesto— se despidió y se retiró de la habitación junto a los médicos que terminaban de acomodarlo en la cama.
Gavi se quedó observando la puerta por donde se habían ido. Tomó un poco de aire y se dió la vuelta, sin poder creer lo que estaba viendo, estaba medio sentado en la cama, mirando su mano con atención, como si fuera algo nuevo para él. Caminó a un paso lento, sentándose en el borde de la cama, jugueteaba con sus dedos como la primera vez.
—Hola— vió como giraba su rostro para verlo, aunque no respondió—. ¿Puedes decir algo?
Tenía su atención en él, los ojos celestes estaban apagados, sin ningún brillo. Nuevamente no tuvo respuesta, pero lo vió separar un poco los labios, soltando un sonido que provenía desde su garganta.
—Mi nombre es Pablo Gavira, Gavi— lo saludó agitando la mano—. Y tu nombre es Robert Lewandowski, nosotros somos...
Calló al ver como apoyaba su mano sobre su cabeza, tocando su cabello con curiosidad, le parecía entretenido al ver que era tan suave y se veía esponjoso.
Se quedó quieto, permitiendo que tocara su cabello, dejándolo experimentar y sentir las cosas. Lo vió bajar la mano y tocar su mejilla, su nariz y finalmente tocar sus labios, parecía gustarle sus labios, toda su atención estaba en ellos. Con sus dedos intentó separarlos y Gavi lo ayudó, hasta que vió que metía sus dos dedos dentro de su boca.
Abrió sus ojos por completo, sintiendo que los movía, tocando cada parte de su cavidad bucal. No pudo resistirlo, suspiró entrecortado, poniendo los ojos en blanco mientras dejaba que continuara tocando. Gimió, sus ojos se llenaron de lágrimas y sus mejillas se prendieron fuego.
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𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊
Fanfiction"¿Quién diría que las cosas podrían cambiar con tan solo una palabra? Me hiciste ver el mundo de otra forma, conocer cosas nuevas. Me hiciste creer en el amor, como ninguna otra persona me ha hecho creer. Yo te amo a tí, solo a tí". • Historia final...