𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒗𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒕𝒓𝒆𝒔

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Capítulo veintitres: Junto A Mí.

—¿Qué estás haciendo, Gavi?— se quedó completamente quieto al oir el susurro de una voz ronca en su oido.

Cerró sus ojos y se quedó quieto. Las sabanas se deslizaron hacia abajo y las manos del más alto se apoyaron en su cintura, masajeandola con los dedos.

Separó sus labios, soltando el aire, dejando que su cuerpo se relajara y se recostara sobre el otro, sintiendo un bulto en la entrepierna del polaco.

Las curiosas manos bajaron de su cintura y se movieron sobre su trasero, metiendose por debajo del short. Lo apretaba sin lastimarlo, bajando por sus muslos y regresando a su trasero.

Se podían oir los rápidos latidos que provenian desde el interior del pecho del mayor. Sus manos tomaban las sabanas con fuerza ante sus toques.

—No te hagas el dormido, sé que estás despierto— al no obtener respuesta, le pegó una nalgada, escuchandolo gimotear mientras daba un pequeño brinco.

Ese sonido que había soltado acabó por despertar todo su cuerpo. Las manos del español se arrastraron por su pecho, clavandose en su abdomen, quedando sentado sobre él. Su movimiento delicado para tomar su buzo y quitárselo, tirándolo por algún lado de la habitación.

Sus caderas iban y veían con un movimiento preciso. La poca cantidad de luz que entraba a la habitación a través de las cortinas servían para ver la silueta del más joven, quien jadeaba excitado al sentir el bulto rozar contra su cuerpo.

Mentía si decía que no le gustaba lo que estaba sintiendo en ese momento. Sus manos sobre la cintura, acompañando sus movimientos, escuchando sus jadeos y sintiendo sus músculos tensarse.

Dejaba que se moviera como quisiera sobre él y que llevara sus manos donde quisiera ser tocado.

Sus movimientos cesaron, llamando su atención. Lo vió levantarse y quitarse el short que llevaba puesto, quedando únicamente en ropa interior. Aprovechando ese momento, él también se quitó el pantalón de dormir que llevaba puesto.

El regresar a donde estaba sentado se convirtió en una tarea más complicada ahora que sus piernas temblaban, sintiendo que iba a caerse. Continuó con sus movimientos, sintiendo pudor al ser consciente que sus piernas estaban abiertas para un hombre del cual desconocía sus sentimientos por él.

Estaba entregándose una vez más, sabiendo que podría llegar a ser rechazado el día de mañana, o que no volvería a hablarle nuevamente, sabiendo que solo sería otra simple noche de sexo.

En ese momento, como los anteriores, ya no le importaba lo indecente que podía llegar a verse, solo quería que lo tocara de nuevo, que lo hiciera llegar al cielo con un orgasmo. Solo quería sentir que lo tenía como si fuera suyo y llenarse de placer con el sonido de sus jadeos que golpeaban contra su piel.

—Lewy...— murmuró, bajando a su oreja para hablarle, apoyando sus manos en sus hombros—. Lewy, por favor...

Su respiración agitada impedía que consiguiera completar una oración. El aire caliente que expulsava de su cuerpo, sentía que iba a morir. Cada parte de su cuerpo vibraba levemente, pero no quería acabar aún.

—Gavi...— susurró con su voz ronca—. ¿Te pusiste esa ropa para excitarme?

Su piel se erizó con cada palabra que salió de su boca, no sabía que decir. Asintió con la cabeza solo para saber que decía al respecto.

—Lo conseguiste.

Si no fuera porque se sostenía con fuerza, sus brazos facilmente lo hubieran dejado caer ante la declaración. Sus caderas se movieron un poco para los costados.