𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒗𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒏𝒖𝒆𝒗𝒆

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Capítulo veintinueve: Sentir.

Una vez más se encontraban en el vestuario del Camp Nou, alistándose para el partido que tendrían contra el Sevilla. Salían del lugar poco a poco, quedando menor cantidad de jugadores dentro. Gavira se colocaba las medias un tanto apurado, aún estaba algo dormido y se quedaba viendo la pared blanca con mucha atención, se perdía en la nada.

Cuando creyó que se había quedado solo, se levantó de donde estaba sentado y se acomodó las medias.

—Tengo sueño— dijo para sí mismo en voz alta. Cuando se levantó fue abrazado por la espalda, llamando su atención.

—Buenos días— lo saludó Robert.

—Buenos días, Lewy. Pensé que estaba solo aquí— llevó una de sus manos a su cabello y lo movió hacia un lado.

—Estaba esperándote— le dió un beso en la mejilla y lo soltó—. Ánda, hay que ir a entrenar.

Le pegó una nalgada. Pablo dió un paso y se dió la vuelta, sonriendo levemente.

—¿Y eso?— preguntó apoyando una de sus manos sobre el pecho del contrario.

—Se te ve bien el pantalón.

—¿Y vas a darme otra?— sonrió atrevido.

—No, hay que ir a entrenar— la sonrisa del español se borró.

—¿Y si me porto mal?— pegó su espalda al pecho de Robert, rozando sus cuerpos lentamente, siendo tomado de la cintura.

Movió la cabeza hacia un lado, sus labios quedaron cerca, sus narices se rozaron y al verlo acercarse, giró la cabeza hacia el frente, escapando de su agarre.

—Me dijiste que tenemos que ir a entrenar— se dió la vuelta, para ser tomado al instante por la mano y ser jalado con cuidado.

Sus cuerpos chocaron y sus dedos se entrelazaron, uniendo sus labios en un cálido beso. Con su mano libre lo tomó de la cintura con fuerza, mientras Gavi llevaba su mano a su nuca.

Se separaron del beso sin querer hacerlo, pero compartieron una sonrisa a la vez que se miraban. El joven se dió la vuelta sin soltar su mano y caminó hacia la puerta, recibiendo otra nalgada que lo hizo sacar un gemido.

—Esta vez podemos entrenar juntos, ¿verdad?— miró hacia atrás junto a una sonrisa emocionada en su rostro, manteniendo la mano del polaco unida a la suya.

—Si tenemos algún ejercicio de a dos, sí— asintió con la cabeza.

—Entonces espero que sí— regresó la mirada al frente, soltando su mano para subir al campo de entrenamiento.

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El primer tiempo había terminado y el marcador quedó cero a cero. Los jugadores estaban en el vestuario, tomando un descanso, bebiendo agua y calmando su respiración.

Gavi miraba a su lado. Veía al polaco cabizbajo, con una botella de agua en mano. Escuchó su celular sonar dentro de su bolso y lo vió sacarlo, atendiendo la llamada mientras salía del vestuario.

No sabía por qué, pero sentía extraño que recibiera una llamada en medio de un partido. Cualquier persona cercana a él sabría que está en un partido y no podría hablar, pero debía ser importante como para que atendiera el llamado sin perder el tiempo.

Faltaban tan solo dos minutos para volver a jugar y aún no regresaba, preocupando al más joven del grupo.

Ahora en dentro de la cancha, pudo verlo entrar de los últimos, con una expresión en el rostro diferente a la que se vió antes de que comenzara el partido. Se veía preocupado, distraido.