𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒔𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒐𝒄𝒉𝒐

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Capítulo sesenta y ocho: Recuerdo.

—Hoy tenemos la llegada de una persona muy importante— anunció Araujo. Gavi entrelazó las manos con González.

—¿Sí?, ¿quién?— preguntó Ferran, Pedri reía junto a Gavira, quien estaba apoyado contra la pared y su mejor amigo le hacia cosquillas cada que se distraída.

—Oh... ¿no te has enterado aún?— lo miró Ronald—. ¿No has oído las noticias?

—No tuve tiempo para hacerlo— el uruguayo rió.

—No es nada más, ni nada menos que Robert Lewandowski— Gavi detuvo sus movimientos y miró a Araujo, interesado en lo que había dicho.

—¿Robert Lewandowski?, ¿el polaco del Bayern Munich?— soltó las manos del pelinegro.

—Ese mismo— Pablo se quedó en silencio durante unos segundos.

—¿Cuándo llega?— Araujo volvió a reír al notar su interés que lo hizo dejar de jugar.

—Escuché que mañana, durante la comida.

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Quizás era la quinta vez que se miraba al espejo en esa mañana, pero solo pasaba para asegurarse que su cabello estuviera bien peinado, que su cara estuviera limpia, sus dientes blancos y su ropa impecable. Al llegar al lugar, se miraba en cualquier reflejo solo para revisar que todo se mantenga como quería.

Estaba nervioso, siempre era algo emocionante la llegada de un nuevo integrante al grupo, y aunque él también era nuevo, eso no significaba que no hubiera visto personas llegar. Este caso era un tanto diferente, llegaba una joya brillante, una bestía en el campo de juego, además de ser un perfecto goleador que atemorizaba. No hablaba español, por lo tanto suponía que las conversaciones serían complejas al ser que, al contrario de Lewandowski, él no hablaba inglés de una forma tan fluída.

"¿Será alto como se ve en las fotos?, ¿le caeré bien?, ¿será amargado o serio?, ¿le gustará el perfume que estoy usando?" Fueron unas preguntas que se le vinieron a la cabeza, sentado en la mesa. De pronto vió entrar unas cámaras y supo que ya había llegado.

Detrás de las puertas apareció el hombre que erizó su piel. Cabello corto y negro, unas cejas no tan marcadas, con unas pestañas curveadas hacia arriba, gruesas y negras, potenciando el color celeste mar de sus ojos, sin barba, con unos labios finos y pequeños, pero largos. Una sonrisa apareció en el rostro del polaco que lo flechó, saludando a cada uno de los presentes en la habitación.

Se miró en el reflejo de su móvil, tomando un poco de aire hasta que estuvo a su lado. Se levantó y le dió un abrazo como saludo, sintiendo el olor de su perfume caro, tan fuerte y natural. Su sorpresa fue cuando lo sintió olfatear su hombro, cosa que hizo que su cuerpo quisiera pegarse, pero se contuvo.

—Hola, mucho gusto— fue lo único que dijo el más alto, con un acento extranjero y una voz ronca. Sonrió inevitablemente, le pareció un acto tan dulce aprender a saludar para poder hablar con sus nuevos colegas.

Palmeó su hombro y se separaron para que continuara saludando al resto.

Luego de unas horas, un poco tembloroso, se acercó a un paso lento al hombre que estaba sentado en una silla, apartado de los demás, escuchando lo que hablaban. Sus dedos jugueteaban frente a su cuerpo, se paró adelante.

—Hola— llamó su atención, viéndolo levantar la cabeza.

—Hola— con un poco de miedo a ser tratado mal, se sentó a su lado.

𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora