𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒆

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Capítulo cuarenta y nueve: Noche.

"—Jaki był powód świętowania dzisiejszego meczu? (¿Cuál ha sido el motivo de celebración del partido de hoy?)— preguntó la entrevistadora al polaco luego del partido de Polonia y Moldavia—. Czy była to litera "G", czy może się pomyliliśmy? (¿Fue la letra "G" o nos equivocamos?)

—Tak, to była litera "G". Był to wyraz mojego wsparcia i sympatii dla bliskiej mi osoby (Sí, era la letra "G". Era una muestra de mi apoyo y afecto a una persona cercana)— respondió cuando la entrevistadora finalizó de hablar."

—¿Persona cercana?— Gavi estaba acostado sobre el pecho desnudo de su pareja, recibiendo mimos en el cabello humedo.

—Lo siento, es así como me ha salido— mantenía sus ojos cerrados, controlaba su respiración. Levantó su mano con la que sostenía el control de la televisión y la apagó, dejando caer su brazo contra la cama—. No quería decir nada sin preguntarte a tí primero.

—Es lo mejor por el momento— se acomodó sobre su cuerpo, sintiendo sus pieles rozar.

—Solo pensaba en tí en ese momento. Preferí no arriesgarme— Pablo sonrió.

—Gracias por pensar en mí— se levantó un poco para besarlo en la boca y acostarse nuevamente.

El silencio entró a la habitación, las manos del más alto se deslizaron por la espalda de Pablo, masajeándola con sus dedos. El tranquilo ambiente fue interrumpido por el tono de llamada del celular de Robert, quien dejó la suave y caliente piel de Gavira para tomar el móvil. Miró el nombre y frunció el ceño, atendiendo la llamada.

—Już tu jesteś? (¿Ya estás aquí?)— el español levantó la cabeza, curioso al oirlo hablar en su lengua nativa.

Se acercó, queriendo oir el tono de voz de la persona que estaba del otro lado, quería saber de quien se trataba. Una voz femenina que hablaba en polaco se hizo presente, hablaba tranquila.

En su cuerpo invadió la necesidad de marcar su territorio, aunque no sabía de quien se trataba al no decifrar a quien le pertenecía. Se acercó y besó con lujuria sus labios, podía oir como la mujer continuaba hablando, pero no le importó. Bajó sus besos a su cuello, paseaba sus manos por su pecho y abdomen, subiendo a sus hombros y volviendo a bajar.

Se frotó contra su cuerpo, dejando sus dulces feromonas impregnadas en su piel, encaprichado por querer sus caricias.

Lo vió colgar la llamada y dejar su móvil en la mesa de luz, tomándolo para acostarlo en la cama y levantarse, buscando su ropa para vestirse.

—¿Mmh?, ¿a dónde vas?— se puso su ropa interior y lo siguió con la mirada, viéndolo entrar al baño de la habitación.

—Llegarán mis hijas en un rato— respondió secando su cara con la toalla—. Me gustaría prepararles el desayuno.

Salió del baño, viéndolo acostado boca arriba en la cama. Sus manos levantadas, mirando sus uñas mientras chillaba en un tono bajo. Sus piernas ligeramente flexionadas, intercalando el movimiento sube y baja de sus pies.

Iba a salir de la habitación, pero se detuvo y cambió sus planes sin pensarlo, sin tener una buena razón. Se acercó a la cama y se sentó, mirando sus mejillas rojas.

—¿Vas a desayunar conmigo?— la parte exterior de su dedo índice se deslizó por su mejilla, Pablo bajó sus brazos y lo miró, su respuesta fue hipar. Sonrió—. Tienes que tomar agua.

Lo vió levantarse de la cama y sentarse sobre sus piernas, abrazándose a su cuerpo con sus brazos y piernas. Se levantó de la cama, tomándolo para que no se cayera. Sacó ropa y lo bajó para que pudiera vestirse.

𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora