𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒕𝒓𝒆𝒊𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆

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Capítulo treinta y siete: Labios.

Un día de entrenamiento más había finalizado, cada jugador se iba a su respectivo hogar en su vehículo. Gavira, guardó sus cosas con rapidez cuando vió a Lewandowski tomar su bolso y salir de la habitación. Se despidió de sus amigos y salió detrás de él, caminando a un paso acelerado para tocar su espalda con la punta de sus dedos, llamando su atención.

—Gavi...— murmuró por lo bajo, viendo como unía sus manos frente a su cuerpo, moviendo los dedos nervioso.

—Robert— soltó Pablo, acto seguido relamerse los labios—. Quería disculparme contigo.

Arqueó una ceja y bajó los hombros, estaba confundido.

—¿Por qué?

—Por lo que he hecho. Creo... creo que no debí evitarte, pero no lo sé...— se mantuvo unos minutos en silencio, con la cabeza agachada, tratando de armar una oración—. Yo no quería hacerlo, pero tenía miedo que mis padres sospecharan de lo nuestro, pero no es porque no quiera que sepan que estoy contigo, es solo que aún no me siento listo para que ellos lo sepan. Lo siento.

Al ver que había terminado de hablar, Robert llevó su mano al mentón del contrario, levantando su cabeza para mirarlo a los ojos. Le regaló una sonrisa y besó su mejilla.

—No debes disculparte, yo entiendo tu situación. Gracias por decirlo, necesitaba saberlo— soltó su mentón y dió un pasó hacia atrás—. Nos vemos en el entrenamiento de mañana.

Dió una media vuelta y caminó hacia su vehículo, mientras Gavi se quedó parado por unos instantes, hasta que comenzó a caminar detrás de él, tomando su muñeca para detenerlo.

—¿Qué ocu...?— no consiguió terminar su pregunta al ser besado en los labios.

El menor se abrazó al cuello del más alto, sintiendo como sus brazos rodeaban su cintura, pero poco a poco y con el paso del tiempo, subieron a sus hombros y lo separaron.

—¿Qué... qué pasa?— preguntó Pablo ante la reacción de Robert, quien soltó sus hombros lentamente.

—No pasa nada— deslizó sus dedos suavemente por la mejilla del español, quien lo miraba confundido—. De verdad, no pasa nada.

Su ojos llevaron su atención a la persona que estaba detrás del joven, quien se dió la vuelta para saber que había llamado su atención.

—Pablo, tenemos que irnos— dijo su padre.

Regresó su mirada a Lewandowski, sintiendo una leve presión en el pecho. Siguió a su padre, mientras su cabeza se llenaba de preguntas.

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—¿Otra vez estás con fiebre?— preguntó su madre, tocando su frente—. Hay algo que te tiene preocupado.

—Se me pasará por la mañana— tapado hasta el cuello, sentía su cuerpo arder—. No te preocupes.

—Está bien. Cualquier cosa, toma una pastilla— besó su frente y sonrió—. Buenas noches.

Se levantó de la cama, apagó las luces y salió de la habitación. Pablo suspiró, apoyando su antebrazo en su frente, mientras con su mano libre tomaba una almohada y la colocaba sobre su entrepierna, sentía que estaba fría en comparación a su cuerpo. Sus piernas inconscientemente se separaron y su mano tomó con fuerza la almohada, cosa que rapidamente quitó, para luego levantarse de la cama. Caminó hacia su armario y lo abrió, para sacar la prenda que se encontraba a la vista.

𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora