𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒅𝒊𝒆𝒄𝒊𝒐𝒄𝒉𝒐

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Capítulo dieciocho: ¿Un beso?

El día había llegado. Un sábado cayendo la helada noche, luego de la salida que habían tenido, detuvo el vehículo frente a su casa. El joven español carcajeaba con los comentarios del polaco. Sabía perfectamente desde un principio que eso es lo que quería desde un inicio. En su interior desbordaba la felicidad de verlo sonreír tanto tiempo, de verlo contento, de poder ver como había construido un espacio en el que el joven se sintiera cómodo.

Las risas cesaron, el silencio se hizo presente, las miradas se conectaron. Una sonrisa tímida apareció en su rostro, sus manos tomaban su celular y lo tenían contra sus piernas, moviéndolo de un lado al otro sin darse cuenta.

Se dignó a dar un paso más, llevó su mano a su muslo y la apoyó, notando como se tensaba un poco.

—¿No quieres pasar a la casa? No quiero tenerte aquí en el frío— y como era costumbre, lo vió pensar en sus palabras.

Pero esta vez, a diferencia de otras, respondió más rápido. Parecía que solo lo había tomado por sorpresa, pero que sabía lo que quería.

—Sí, si no es mucha molestia— respondió sin dar muchas vueltas.

Entró a la casa y le hizo señas para que entrara, lo hizo sin dudarlo. Caminó siguiendo sus pasos, mirando un poco el lugar. Ahora que estaban ahí, su cabeza se llenó de preguntas y de cosas que podían suceder en ese momento.

—No tienes nada de qué preocuparte— llamó su atención y le tomó las manos, estaban calientes—. Estamos aquí solos.

—¿Solos?— repitió en un tono bajo—. ¿Y tus hijas?

Ahora el polaco se había quedado en silencio.

—Mis hijas estan con mi exesposa— un silencio se formó en el lugar. En su interior se dió un golpe con la mano abierta en su frente.

¿Había sido una pregunta estúpida? Sí, lo fue. ¿Dónde más podían estar si no estaban en la casa? Era obvio que debían estar con su madre, como correspondía.

Eso significaba que... ¿aún se mantenían en contacto?, ¿aún se veían? Claramente lo hacían, compartían una familia.

Nunca lo había pensado hasta ese momento, había estado tanto tiempo pensando en su mundo, que no había pensado ni un minuto en el que el de ojos celestes tenía una familia.

"¿Por qué se separaron?", "¿cómo se hablaran ahora?", "¿se llevarán bien?" Tantas preguntas entraron a él que comenzó a sentirse pequeño y una mala sensación lo arrastró a la profundidad de sus pensamientos.

Quizá no era nada malo, pero lo había tomado por sorpresa. Realmente no sabía que esperaba que le respondiera.

—Entiendo— respondió cuando pudo.

Luego de esa conversación las cosas regresaron a su estado de base. Gavi se mantenía cabizbajo, mirando sus manos, moviendo sus dedos. Sus respuestas se acortaron, no supo en que momento se sentaron en el sofá de la sala.

—Con ella solo nos hablamos por nuestras hijas. Cuando nos divorciamos, dijimos que queriamos lo mejor para nuestras hijas— habló de golpe.

—¿Qué?— alzó su mirada, viéndolo apoyar la espalda en el respaldo del sofá, tranquilo.

—¿te has quedado perdido en mi respuesta, no?— soltó el aire junto a una minúscula sonrisa que desapareció a los segundos—. Ya no tengo una relación con ella. Estoy soltero.