𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒗𝒆𝒊𝒏𝒕𝒊𝒔𝒆𝒊𝒔

1.4K 194 172
                                    

~...♥︎...~

Capítulo veintiseis: Te Quiero.

El mes de Enero estaba acabando. Ya habían pasado dos semanas desde su victoria contra el Real Madrid por la Super Copa, desde que se había acostado con Robert, desde que escuchó aquella llamada. Ya habían jugado cuatro partidos y todos los habían ganado, algunos cón más facilidad, otros con un poco más de esfuerzo. El próximo partido era el 1 de febrero contra el Betis, así que entrenaban para ello.

En esa mañana de frío en Barcelona, con el cielo nublado, amenazando con lluvia, Gavi estaba encerrado en el baño de su habitación, sentado en el piso. Sus mareos empezaron a ser más fuertes y constantes, pero esa no era la razón por la cual estaba en el piso.

Su estómago se revolvía, a pesar de aún no haber desayunado, ya estaba vomitando la poca agua que había tomado.

Cuando sintió que ya no podía vomitar más, se levantó como pudo, apoyando sus manos en la pared para sostenerse. Tambaleante caminó hacia el lavamanos y lo primero que hizo fue enjuagarse la boca.

Mientras se cepillaba los dientes, se miraba al espejo. Tenía ojeras, estaba pálido, sus ojos entrecerrados y su boca seca. Se tiró agua en la cara para poder despertarse, le había costado levantarse de la cama. Su cuerpo le pedía a gritos un descanso, quería quedarse tapado, durmiendo y comiendo dulces.

Dejó las cosas en su lugar y salió del baño, vistiéndose lentamente, tratando de no marearse ni caerse. Se sentía débil, había bajado de peso durante ese tiempo.

Ahora estaba recostado en la cama, con los ojos cerrados. Sus manos apoyadas en su abdomen, respirando lentamente. Escuchó como la puerta se abría.

—Gavi, tu padre está esperándote para llevarte a entrenar— escuchó la dulce voz de su madre. Sus pasos se acercaron y sintió como se sentaba en el borde de la cama—. ¿Qué pasa, querido?

Peinó su cabello y suavemente bajó a su mejilla, acariciándola con el pulgar.

—¿Estás enfermo? No tienes fiebre— le habló bajito para no aturdirlo, tocando su frente con el dorso de su mano.

—No me siento bien— respondió con el mismo tono de voz.

—Lo sé. No le he dicho a tu papá, pero te he escuchado vomitar luego de cada comida— le tomó la mano y la besó, para luego acariciarla—. Debes quedarte a descansar hoy, yo llamaré para avisar que estás enfermo, ¿sí?

—No, mamá— se levantó e intentó pararse, pero su madre lo detuvo, recostándolo—. No puedo no ir, debo entrenar. Se me pasará, pero no puedo faltar.

—Házme caso, por favor. Mañana irás a entrenar, hoy quédate para recuperarte— miró sus manos y las tocó con cuidado—. Tienes unas manos hermosas.

El joven sonrió al oir el tierno comentario.

—Anda, quítate esa ropa y duerme. Te despertaré para comer, ¿que quieres comer?— preguntó mientras se levantaba de la cama y caminaba hacia la puerta.

—No lo sé— rió—. Prepara tu comida rica.

—Vale— sonrió—. Te quiero.

—Y yo a tí— al escuchar como la puerta se cerraba, se levantó para ponerse una ropa cómoda y se tapó con las sabanas, tomando una almohada para abrazarla mientras cerraba los ojos para dormir.

~...♥︎...~

—Vamos, vamos— gritó Xavi mientras observaba al equipo trotar de un lado al otro.

𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora