𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒂𝒕𝒐𝒓𝒄𝒆

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Capítulo catorce: Labios.

Parado frente a la puerta de la habitación, durante su tarde libre, sin saber si él también lo estaba, pero era tarde, ya estaba parado ahí. ¿Podía haberle enviado un mensaje? Sí, pero por los nervios olvidó por completo  que tenía su número de celular y fue igual. Aún tenía tiempo para irse, aún podía arrepentirse de tocar la puerta e irse a esconder a su habitación, sin salir hasta que fuera obligatorio.

Tenía miedo, no quería recibir esa frialdad que había tenido el otro día, no quería oir que le dijera "no tengo ganas de hablar, nos vemos luego", no quería que le cerrara la puerta en la cara. Quería saber que le pasaba, por qué no quería hablar, por qué se sentía así. Quería saber si no quería hablar con él o no quería hablar con nadie. Quería acompañarlo en el mal momento que tal vez estaba pasando, o quizá solo había sido imaginación suya.

Sentía su cuerpo caliente, pero estaba bien, no se sentía enfermo. No creía necesario estar acostado y dormir, su cuerpo le pedía estar cerca del polaco, tanto que no supo cómo ni en que momento llegó hasta ahí.

Se sentía como un niño, asustado, con su corazón en la garganta, sin poder moverse, tenía miedo de interrumpir en un mal momento. Varias veces se lo dijo en su interior "vamos, ahora sí" pero no podía hacerlo, cuando la cuenta regresiva llegaba a cero, se acobardaba.

Luego de varios minutos, cerró sus ojos con fuerza y tocó la puerta. Rapidamente alejó la mano de la puerta y se quedó quieto en su lugar, esperando a que abriera. No pasó más de unos minutos cuando el compañero de habitación de Lewandowski abriera la puerta.

Hubo unos segundos de silencio en los que no hubo más que una mirada de Frankowski, que por lo que el español pensó, no parecía ser aceptado por el colega.

—¿Está... está Lewandowski?— preguntó con timidez, viéndolo cruzarse de brazos.

—Jak śmiesz się tu pojawiać po pocałowaniu swojej przyjaciółki na środku korytarza? (¿Cómo te atreves a aparecer aquí después de besar a tu amigo en medio del pasillo?)— al oir su tono de voz y su rostro, supuso que no era nada bueno.

—¿Qué has dicho?

—Hiszpański bez wstydu (Español sin vergüenza)— escupió con odio.

—Co ty mówisz, Frankowski? (¿Qué estás diciendo, Frankowski?)— el mencionado se dió la vuelta, viendo a su compañero saliendo del baño con una toalla que se envolvía en su cintura, cubriendo sus partes íntimas.

Otra toalla rodeaba su cuello, cayendo por su pecho desnudo. Se acercó un poco, tratando de ver con quién estaba hablando.

—Nic nie mówiłem, tu w drzwiach stoi twój mały hiszpański partner, który chce cię zerżnąć (Yo no he dicho nada, aquí en la puerta está tu compañerito español que te quiere follar)— fue lo único que dijo, acto seguido salió de la habitación, dejando la vista completamente libre para que Gavi observara el interior de la habitación.

Se le erizó la piel al verlo levantar la mano y llamarlo para que se acercara. Tragó en seco y entró a la habitación, cerrando la puerta detrás de él. No sabía por qué había hecho eso, ahora sentía el ambiente tenso y aún más caluroso, ni siquiera podía concentrarse al saber que el polaco estaba casi desnudo.

—¿Que haces aquí?— preguntó parándose frente a él con los brazos cruzados, mirando las expresiones de su rostro.

—Yo... yo quería verte— tartamudeó nervioso, notando como las palabras se mezclaban en su interior.