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Capítulo treinta y uno: Discusión.
Un olor a rosas hizo que despertara. Un perfume femenino había ingresado a la casa, pero no hizo que se levantara de la cama. Tomó su celular y revisó la hora, eran las nueve de la mañana. Cerró los ojos nuevamente, tapándose con las sabanas por el frío que sentía. Como siempre, en la cama se encontraba solo él, vistiendo una ropa cómoda que servía como pijama para dormir. Eso fue diferente esa noche, no había ocurrido nada de lo que solía ocurrir. Fue silenciosa y fría.
De pronto abrió los ojos al oir como una mujer alzaba la voz en el comedor y fue respondido por Lewandowski, quien puso el mismo tono de voz.
Al instante se dió cuenta de que discutian en polaco, así que no conseguía entender nada de lo que decían. Sin poder pensar más la situación, su mirada se movió a la puerta, la cual se abrió solo un poco, dejando ver dos melenas rubias entrar a la habitación con cuidado.
Sus ojos se clavaron en las pequeñas niñas que, al verlo, se acercaron curiosas. Subieron a la cama y se sentaron cerca, mientras el mantenia distancia. Laura, la más pequeña, acercaba la mano a la del español, quien solo podía oir a su corazón latir con fuerza, sintiendo el perfume de las niñas.
La discusión acabó y unos pasos se escucharon por el pasillo, pero pasaron de largo hacia otra habitación. A los segundos se acercaron nuevamente y se abrió la puerta por completo, dejando a la vista al polaco, cambiando su expresión de molesto, a una leve sonrisa.
—Tata! (¡papá!)— dijo Klara mientras se bajaba de la cama e iba a abrazar la pierna de su padre.
—Laura, chodź tu (Laura, ven aquí)— llamó a su hija más pequeña.
Caminó con cuidado hasta quedar parado cerca de la cama, viendo como Laura se paraba en la cama. La alzó y la pequeña se abrazó a su cuello.
—Jesteście głodni? Zrobię ci pyszne śniadanie (¿tienes hambre? Te prepararé un delicioso desayuno)— hablaba con su hija más pequeña, acariciando su mejilla con su dedo índice, haciéndola reir.
Bajó su mano hacia la cabeza de su hija Klara y le acarició el cabello, regalándole una sonrisa. Miró a Pablo, quien aún se mantenía en su lugar, en silencio, observando la escena.
—Buenos días, Gavi— lo saludó—. ¿Quieres desayunar?
Tomó la mano de Klara y salió de la habitación sin decir nada más. Gavira tomó su ropa y se cambió mientras entraba al baño. En tan solo unos minutos ya se encontraba bajando las escaleras, caminando hacia la cocina.
Las niñas estaban sentadas, tomando un desayuno nutritivo. En un vaso tenían yogurt de vainilla, en sus platos tenían unas tres tortitas de avena con miel arriba y en un plato aparte, que traía Robert en su mano y recién apoyaba en la mesa, tenían manzana y banana cortadas en partes.
Pablo pasó sintiendo el delicioso olor del desayuno, haciéndole agua la boca. Se paró a un lado de Robert, viéndolo pasar el batido a un vaso de vidrio.
—¿Te gusta el batido de banana?— el español arqueó una ceja, creía poder ver una expresión de malicia en el rostro del contrario. Sintió las mejillas calientes.
—¿Lo has hecho a propósito?— preguntó agarrando el vaso, aceptando la bebida.
—No sé de lo que hablas— respondió declarándose inocente.
—De es...— calló al ver que le acercó un trozo de tortita a la boca, rodando los ojos y comiendo el trozo.
—No sé por qué piensas que estoy jugando contigo— acarició su mejilla con su dedo pulgar, bajando lentamente hasta su mentón—. No lo estoy haciendo.
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𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊
Fanfiction"¿Quién diría que las cosas podrían cambiar con tan solo una palabra? Me hiciste ver el mundo de otra forma, conocer cosas nuevas. Me hiciste creer en el amor, como ninguna otra persona me ha hecho creer. Yo te amo a tí, solo a tí". • Historia final...